Manuel Heredia, director de la fábrica de Mahou-San Miguel en Málaga

«Con las inversiones realizadas, la fábrica de Málaga se sitúa en el 'top' del sector cervecero»

–Usted ha dirigido diferentes fábricas del Grupo Mahou-San Miguel, desde Lérida hasta Tenerife. ¿En qué se distingue la de Málaga?

–Esta es la segunda fábrica del grupo por volumen de producción [la primera es Alovera, Guadalajara]. Una cosa muy particular de Málaga es su ubicación: el hecho de estar totalmente rodeada por la ciudad y pegada al aeropuerto. Eso marca la actividad y cómo debemos relacionarnos con la ciudad y con las infraestructuras que nos rodean. Tenemos una ventaja evidente: estar en uno de los principales aeropuertos de España, en una ciudad de moda absoluta como es Málaga, que genera muchas oportunidades de negocio, mucho movimiento de personas.... estamos en un expositor de marca inigualable. Son la cara y la cruz de la misma moneda: complica en cuanto a que es un sitio constreñido en espacio físico, pero a su vez proporciona oportunidades.

–¿Qué inversiones tienen en marcha en la fábrica?

–En cuatro años (de 2019 a 2023) estamos invirtiendo 45 millones de euros en la renovación de numerosas partes de la instalación industrial. Las dos principales han sido la sustitución de dos líneas de envasado completas, con 30 millones de euros invertidos, y la renovación de la sala de cocción, con 5 millones. El proyecto de las líneas de envasado, en cuanto a su dimensión, es pionero para Mahou-San Miguel. Ha supuesto una inversión de 5 millones de euros en reformar el edificio y de 25 millones más en la sustitución de la maquinaria. A cambio hemos casi duplicado la capacidad productiva de las líneas de envasado, pero además en estas líneas nuevas tenemos un control de procesos mayor y consumen menos agua y energía. Otra ventaja es que nos permite innovar y ser más flexibles. De hecho, gracias a las nuevas líneas de envasado hemos realizado desde Málaga el lanzamiento nacional de la Alhambra Reserva 1925 en formato retornable. La tecnología que hemos instalado aquí es punta de lanza en producción cervecera. Así que nos posicionamos en el top de nuestro sector; damos un salto adelante muy notable para esta fábrica.

–Hablando de sostenibilidad, llevan años anunciando inversiones dirigidas a reducir consumos. ¿Cuál es el balance?

–El grupo se ha marcado el objetivo de ser carbono-neutral para 2030. ¿Cómo se está plasmando? En los últimos cinco años esta fábrica ha reducido prácticamente en un 15% el consumo de agua y de energía. El año pasado generamos 60 kilos de residuos a vertedero y este año llevamos cero.

–Si el consumo de cerveza se pudiera tomar como un indicador de la salud económica de un país. ¿Cómo diría que va España?

–2022 ha sido un año realmente bueno para el Grupo Mahou-San Miguel, recuperando niveles prepandemia. Parece que las convulsiones que hemos vivido en los últimos años van quedando atrás.

–¿Y qué me dice de Málaga?

–Pues que Málaga es un lugar muy boyante. Yo estuve fuera de Andalucía 20 años y ahora que he vuelto aprecio dinamismo, ganas, ilusión. Sí, veo a Málaga como punta de lanza económica, desde luego.

– ¿Cómo van las ventas este verano? ¿Van a batir su récord de producción?

–Partíamos con buenas expectativas, en consonancia con las previsiones turísticas que hablan de récord de visitantes. ¿Récord de ventas? Ojalá suceda. Desde luego, la fábrica está preparada para ello.

–¿Cuál es la capacidad de producción de esta planta?

–La capacidad máxima de la fábrica está en 2,5 millones de hectolitros anuales. En una semana punta llegamos a producir hasta 5 millones de litros de cerveza, que es el equivalente a unos 15 millones de latas. En esta fábrica sacamos casi 100 referencias diferentes de cuatro marcas: Alhambra, Mahou, San Miguel y Reina.

–¿Cómo evolucionan los hábitos de consumo ligados a la cerveza?

–El consumidor medio es más conocedor de la cultura cervecera, es capaz de apreciar y demandar sabores o elaboraciones más personalizados. Por eso continuamente ampliamos nuestro portafolio incorporando productos cada vez más transgresores. Recientemente hemos lanzado Mahou Rosé.

–Y usted, ¿es innovador o clásico para la cerveza?

–Yo como consumidor soy menos evolucionado, pero las pruebo todas. Me gusta mucho San Miguel, Reina... Todas son fantásticas.

–¿De grifo o de botella?

–Una caña bien tirada es sublime.

–¿Qué ha quedado del boom de la cerveza artesana?

–Han sido un vehículo de la sofisticación del consumidor. A través de estas iniciativas se han generado nuevas productos y nuevos sabores. Eso va permeando en el consumidor, genera conciencia y tira de la categoría hacia arriba. Nosotros operamos con varias marcas de cervezas artesanales, creemos que es una manera de generar valor para la categoría.

–¿Cómo están en términos de empleo? ¿Tienen dificultades para cubrir determinadas vacantes?

–Nuestra plantilla media es de 220 empleados; la cifra fluctúa a lo largo del año según la producción. Ahora, por ejemplo, nos encaminamos al pico de producción. Nosotros requerimos una especialización industrial en prácticamente todos nuestros puestos de trabajo. Y a veces nos cuesta encontrar a gente, porque Málaga no es una provincia muy industrial. Lo que sí tenemos es un índice de rotación de personal muy, muy bajo.

–¿Tienen calculada cuál es su contribución a la economía malagueña y andaluza?.

–En la comunidad andaluza tenemos cuatro fábricas; es un polo importante para nuestro grupo y las compras a proveedores locales ascienden a 38 millones en Andalucía, de los que 18 millones corresponden a Málaga.

–¿Qué parte de la producción de cerveza de Málaga se vende en el extranjero?

–En torno al 10%. La actitud hacia la internacionalización es decidida: vendemos productos desde aquí, tenemos productos licenciados y fábricas en otros países.