«Yo fui a los Donuts»: Aquellas excursiones a las fábricas de los 80 en Málaga
Los escolares malagueños de los años 80 y 90 aprendían cómo funcionaba la industria visitando las instalaciones de Donut, Coca-Cola, Colema, Bacardí o San Miguel
Julio Basulto o cualquier nutricionista infantil de los de ahora se llevaría las manos a la cabeza. Niños en edad escolar visitando fábricas de bollos ... ultraprocesados, refrescos azucarados… y espera, que viene lo mejor:¡bebidas alcohólicas! En los años 80 y 90 la preocupación por la obesidad infantil aún no existía y lo que se entendía por alimentación saludable era bastante diferente a lo que se entiende ahora. Los bocadillos se untaban con margarina porque era más sana que el aceite de oliva, a la leche se le echaba colacao para que tuviera «más alimento», los quioscos vendían cigarrillos de chocolate (del legal) y en las celebraciones familiares aún había quien le daba a probar el vino al niño, para hacer la gracia.
En aquella época de meriendas felices y poliinsaturadas frente a 'Barrio Sésamo', los niños malagueños aprendían cómo funcionaba una fábrica visitando las principales industrias de la ciudad. Entonces había para elegir: Colema, Coca-Cola, Cervezas San Miguel, Donut y Ron Bacardi eran los clásicos básicos en la agenda escolar de excursiones, pero había otras muchas posibilidades: La Casera, Fujitsu, Amoniaco, Ceregumil, Aceites Minerva, Intelhorce y también periódicos como Diario Sur o El Sol de España.
A través de Twitter, los lectores de Sur.es han contribuido decisivamente con sus recuerdos a reconstruir aquellas visitas educativas para este reportaje. No es difícil suponer cuáles eran las más populares. Entre llevarse un periódico a casa y una bolsa llena de dulces… no hay color, mal que nos pese. «¿Mis favoritas? Coca Cola, Bacardi y Donuts. Y lo mejor, la bolsa cargada de cañas, donettes y caracolas», apunta Fran Rico. «La de Donuts en el Viso. De los mejores recuerdos de mi infancia. Nos fuimos con una bolsa cargada de dulces. Y ese olor…» recuerda Marián Pino. «La que más molaba era Coca-Cola. Te daban allí un refresco durante la visita (nadie hablaba de la cafeína y los niños) y luego te llevabas otro con 'merchandising' como llaveros, camisetas, etc.», comenta por su parte Pilar. Queda claro: el azúcar y los regalos ayudan a fijar buenos recuerdos en la memoria. Aunque también hay quien se quedó prendado del olor a tinta y papel: »Recuerdo como muy guay la visita a Sur y fliparlo en la rotativa… y la foto en el periódico después», comenta Lerele.
Yo fui a la fábrica de donuts y cuando nos íbamos nos daban una bolsa con donuts blancos, chocolate y donetes🤤🤤
— rocío gg (@guijarrorocio) October 21, 2020
¿Qué ha sido de aquellas fábricas que los escolares de los 80 y 90 atesoramos en la memoria? Lamentablemente, han desaparecido prácticamente todas. La industria malagueña ha sufrido un brutal proceso de erosión que ha acabado con la mayor parte de sus emblemas. «Desde el año 2000, Málaga ha perdido más de una veintena de empresas industriales emblemáticas que daban empleo a cerca de 3.000 trabajadores», apunta el secretario general de CC OO Málaga, Fernando Cubillos. Colema, Donut, Bacardi echaron el cierre; lo mismo hicieron Intelhorce o Amoniaco y lo mismo se dispone a hacer ahora Coca-Cola con su planta embotelladora malagueña después de 60 años de historia. Cervezas San Miguel es la única de aquellas grandes fábricas malagueñas que resiste.
Coca-Cola
Hasta hace muy poco ha seguido recibiendo visitas de escolares la planta embotelladora de Coca-Cola en Málaga. La presencia de estudiantes en la fábrica ha sido una constante en toda su historia. De hecho, Lola asegura haber visitado la planta el año de su inaguración, que fue 1960. «Fue mi primera excursión y más teniendo en cuenta que en aquellos años nos moviamos poquito fuera de clase», asegura. El programa de la visita apenas ha variado con los años. Así la describe Antonio Sepúlveda: «Proyección de vídeo, visita a la zona de embotellado , degustación y bolsa con regalos (abridor y llavero, como mínimo)». «Posiblemente fue la primera Coca-Cola que me tomé», añade Inocencio. Hay quien critica, por cierto, que solo dieran una por cabeza: «Eran unos tacaños», comenta Paloma, aunque probablemente los profesores agradecieran en el camino de vuelta que la dosis de azúcar estuviera limitada.
David Pérez Camarena aporta otro detalle crucial: «Lo malo era que después de la excursión había que escribir una redacción contando la visita». Lo cierto es que Coca-Cola tenía especial afición a eso de poner a escribir a los chavales: ¿quién no participó alguna vez en su concurso nacional de redacción?
Muy pronto no habrá Coca-Cola que visitar en Málaga. La empresa propietaria de la planta embotelladora, Coca-Cola European Partners, va a cerrarla y a trasladar a Sevilla la producción que se viene haciendo aquí. ¿El motivo? Lo de siempre: ahorrar costes o «aumentar la eficiencia», que es el eufemismo en lenguaje corporativo. Los 77 trabajadores directos de esta histórica fábrica (este año cumple seis décadas) serán despedidos; justamente ahora está negociándose el consiguiente ERE. La empresa ofrece prejubilaciones o traslados a Sevilla, en función de la edad de los afectados.
Donut
Si hubiera un Premio del Público entre las fábricas que visitaban los chavales, Donut (después Panrico) lo habría ganado de calle. Jugaba con ventaja: la que ejercía la bolsa de productos que recibían los alumnos al terminar el recorrido por las instalaciones, durante el cual observaban en vivo y en directo cómo se elaboraban sus pastelitos preferidos. Los testimonios de los lectores de SUR en Twitter destilan nostalgia y grasas 'trans': «Fui a la fábrica de Donuts y cuando nos íbamos nos daban una bolsa con donuts blancos, chocolate y donetes», apunta Rocío Gg. «Recordaba el otro día con una sonrisa en la cara la visita a la fábrica de Donuts y el bolsón lleno de dulces que nos llevábamos a casa», dice Alicia Matas Adams. «Donuts, lo mejor la bolsa cargada de cañas, donettes, caracolas…», comenta por su parte Fran Rico.
Los 'donuts' se fabricaron en Málaga durante tres décadas. De la planta de El Viso salían hasta 45.000 docenas diarias de rosquillas y otros productos destinados al consumo en las provincias de Andalucía oriental. El principio del fin de este obrador industrial se gestó en 2001, cuando Panrico compró las factorías de Donut en Málaga y Sevilla. Sólo dos años después anunciaba el cierre de la planta malagueña, cuyo 'pecado' era ser la más pequeña de las tres que tenía la compañía en Andalucía. Más de 200 personas se quedaron sin trabajo y las instalaciones se convirtieron en un almacén de distribución de Panrico. Por cierto, a los pocos años sus compañeros de Sevilla corrieron la misma suerte.
Ron Bacardí
Probablemente, la visita más políticamente incorrecta de los escolares de los años 80 y 90. ¿Alguien pensaría hoy que es buena idea enviar a los chavales a empaparse del proceso de fabricación del ron? Además, surge una pregunta obvia: ¿a qué les convidaban al terminar la visita? Tranquilidad en las masas: 'sólo' les ofrecían un cóctel sin alcohol. «Nos hacían una especie de San Francisco dulzón que, claro, nos encantaba. Hoy no es políticamente correcto pero entonces era genial», recuerda Laura Teruel, que no retiene los detalles de cómo se elaboraba la bebida pero sí lo bien que se lo pasaron ella y sus amigos explorando los jardines del Cortijo Bacardí.
Bacardí empezó a fabricar en Málaga a principios de la década de los 70 y echó el cierre en 2008, trasladando la poca actividad que quedaba entonces a Barcelona. ¿Les suenan los motivos? «Los cambios en las condiciones del mercado, la búsqueda de costes más competitivos y de economías de escala obligan a concentrar las operaciones en un único centro», argumentó la empresa entonces. Casi 70 trabajadores perdieron su trabajo con la marcha de la industria espirituosa.
Cervezas San Miguel
Es una de las fábricas más veteranas de Málaga y, a la vez, está entre las más modernas de Europa, gracias a las continuas inversiones que recibe por parte de Mahou-San Miguel para garantizar que está a la vanguardia tecnológica. La planta cervecera recibe continuamente visitas de todo tipo de colectivos, y por supuesto también de colegios. »Recuerdo una sala grande que olía mal, pero pero luego compensaba porque había mucha cerveza sin alcohol y comida», afirma Paloma. Hay quien tuvo una revelación en aquella excursión escolar a San Miguel. «Amaba las visitas a la fábrica de la cerveza San Miguel. En la primera entendí que quería hacer el resto de mi vida. Fue mi epifanía», asegura Sergio Calle Llorens. La San Miguel puede presumir de ser la única fábrica de aquellas que visitaban los alumnos malagueños en los 80 que resiste. Y además, lo hace con excelente salud.
Colema
«Desde hoy podrá adquirir leche pasteurizada Colema, con toda su grasa, en botellas precintadas, con garantía absoluta de higiene y pureza«. Así rezaba el anuncio publicado en SUR en su edición del jueves 21 de noviembre de 1963. Comercial Lechera de Málaga se convertía en la primera empresa en servir leche embotellada en la ciudad, que comenzó a distribuir a través de 52 lecherías, cinco supermercados y siete tiendas.
La marca fue líder de ventas durante muchos años en la provincia y hoy permanece en la memoria sentimental de los malagueños. ¿Quién no recuerda aquellas escurridizas bolsas de leche fresca de Colema, las jarras de plástico con su característica flor verde y azul o los pequeños 'bricks' de leche con pajita pensados para la merienda de los escolares? No es de extrañar que la central lechera de Colema, ubicada cerca de donde ahora se ubica el parque comercial Málaga Nostrum, fuera visita obligada para los colegios de Málaga y sus alrededores.
¿Qué fue de Colema? Su ocaso coincidió con el final de la década de los 80. Su compra por parte de su competidora Puleva y los daños que sufrió su fábrica con las inundaciones del 89 precipitaron su final.
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