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De la fusión fría al gran salto desde la Bolsa

De la fusión fría al gran salto desde la Bolsa

Análisis ·

Unicaja Banco y Liberbank exploran una fusión para crear el sexto banco español

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Jueves, 13 de diciembre 2018, 00:56

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La mayor subida del día en la Bolsa la protagonizó ayer Unicaja, cuyas acciones, como las del resto del sector financiero, acusan el castigo agravado por la rocambolesca historia que el Supremo escribió en noviembre sobre el impuesto de las hipotecas. Parece que las muchas incertidumbres del momento –políticas, regulatorias y económicas– van a poder menos que la urgencia del calendario por tomar nuevas posiciones en el sector financiero, donde el tamaño importa no menos que la solvencia y esa complicada rentabilidad que no llega tras un ajuste de oficinas y plantillas –Unicaja volvía a negociar ayer con los sindicatos las condiciones para reducir sin despidos un millar de empleos– que continúa. Liberbank y Unicaja han roto la aparente calma en el sector y apuntan a algo más que a tanteos preliminares con los que atender las mínimas dosis de información que estipulan las normas que regulan la Bolsa. Sus encargos a dos firmas internacionales especializadas en este tipo de operaciones hablan ya de que las primeras cuentas de la operación salen, aunque habrá que esperar a que las sinergias y las economías de escala lo confirmen. Dentro y fuera de las dos organizaciones se analiza lo que parece una opción interesante: la de crear un grupo financiero capaz de tutearse con los cinco grandes y de hacerlo necesariamente sin posibilidad ni capacidad de arriesgar como ellos en mercados exteriores. Los accionistas de referencia –en el caso de la Fundación bancaria Unicaja, con un 49,6 por ciento y en el de la de Cajastur con un 24,3– tendrán un papel clave en el futuro que se dibuja. Si se confirma la vía de la ampliación de capital seguida de canje, el peso actual se corregirá a la baja, pero lo hará con un horizonte de permanencia y no de dilución. Se trata de competir con la gran banca, lo que equivale a evitar ser engullidos por alguno de sus líderes. Esa vía de integración estaba y está en las posibles quinielas en el incierto tablero para la banca mediana, pero la opción de ser 'comido' por alguno de los gigantes no se suele tener como primer plato sin antes haber explorado la posibilidad de una alianza entre iguales o cercanos en el 'ranking' y en las preferencias locales, como es el caso de Unicaja y Liberbank. La necesidad de acometer integraciones en el sector financiero entre las entidades medianas que quedan tras la crisis pone el foco también sobre otras dos firmas que aún no han dado pasos. Kutxabank se ha mostrado más reacia siempre a este tipo de operaciones, aunque ya adquirió CajaSur mientras que Ibercaja –las dos estuvieron en el punto de mira de integraciones que manejó en su día Unicaja– sigue en todas las quinielas.

Unicaja y Liberbank tienen un origen diferente. La asturiana nació de las ya muy lejanas 'fusiones frías', en 2011, aquel extinto Sistema Institucional de Protección que fue el prólogo de la primera ola de fusiones a temperatura de crisis. Unicaja fue pionera en el 91 con la integración de cinco cajas andaluzas. 26 años después salía a Bolsa, como Liberbank, un momento –el del verano de 2017– donde compartió con el banco surgido en Asturias la tempestad que siguió a la desaparición del Popular y que amenazó incluso la supervivencia del banco que dirige Manuel Menéndez. Los dos bancos comparten raíces en una centenaria historia de cajas apegadas a seis regiones donde las entidades de ahorro que fueron su origen están en el secreto de su fortaleza.

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