Eduardo Baamonde: «Nos centramos en cómo ser útiles en una economía que se va a resentir»
El directivo del grupo cooperativo líder Cajamar es optimista sobre la salida de la crisis y defiende su expansión «donde haya potencial agropecuario»
Ingeniero agrónomo y con un largo rodaje en la alta administración –española y europea– en torno al mundo cooperativo, el lucense Eduardo Baamonde inicia segundo ... mandato al frente del primer grupo de cooperativas de crédito con origen en la concentración que lideraron desde Andalucía hace 20 años las rurales de Almería y Málaga. La crisis redobla una gestión conservadora del Grupo de 18 cajas y también primer accionista del Banco de Crédito Cooperativo. Cajamar ha aparcado su proyecto de salida a Bolsa y mantendrá la expansión de la marca, presente ya en las 17 autonomías.
–¿Cómo afronta estos cuatro años?
–Con ilusión, ánimo de renovación y con una experiencia adquirida. Han sido cuatro años en los que todos hemos aprendido y reforzado la entidad. La hemos dotado de un saneamiento importante y de expansión territorial, ganando incluso cuota de mercado en contextos muy competitivos, con tipos de interés en negativo.
–¿Estaremos mucho tiempo tocando fondo? ¿Es optimista?
–Es muy difícil hacer previsiones cuando aún no conocemos al cien por cien la salida al problema sanitario. España se ha internacionalizado y profesionalizado, y eso me permite ser razonablemente optimista para superar la crisis. Tenemos ahora mejores empresas, más internacionales y menos apalancadas desde el punto de vista financiero. Las que están lo están en condiciones más sólidas que antes de la anterior crisis. Soy optimista precisamente por eso y porque la sociedad ha reaccionado de forma ágil y solidaria y eso me anima. Se han buscado soluciones en situaciones críticas, las asociaciones en favor de personas vulnerables... Seguiremos navegando en la incertidumbre y por tanto es muy difícil calcular un impacto. ¿Y qué hacemos las entidades? Prepararnos para él, provisionando ese impacto que yo creo que se producirá más en 2021. Esta crisis es totalmente diferente a la de 2008, que fue endógena del sistema financiero. La actual la ha provocado una parálisis económica, pero tanto el BCE como las administraciones han actuado en consecuencia. No ha faltado liquidez. El BCE lo ha hecho de forma intensa y rápida, y esa es la gran diferencia respecto a 2008. Hemos podido dar respuesta a empresas y particulares.
–¿Qué datos tiene de la demanda de liquidez y moratorias por parte de sus clientes?
–A fecha 18 de junio, le puedo decir que hemos formalizado 24.181 créditos Covid por valor de 1.675 millones, y concedido 10.444 moratorias hipotecarias por casi 800 millones. Ha habido un trabajo muy intenso, superior al que nos hubiera tocado por cuota de mercado. El personal merece mi reconocimiento expreso por ese compromiso ejemplar que ha permitido funcionar al cien por cien y con agilidad en toda España, en servicios centrales y en las oficinas atendiendo a la gente. No hemos cerrado oficinas y hemos sido de las entidades que más cantidad hemos tenido abiertas.
–¿Y también de las pocas que sigue abriendo nuevas oficinas?
–Así es. Este mes hemos abierto en Lugo y en Vitoria, particularmente importante ésta porque completamos la presencia en las 17 comunidades. Hemos abierto allí donde hay potencial agroalimentario importante y les podemos dar un servicio a medida a nuestros clientes. Pensamos abrir en Vigo este año y seguir ampliando, pero ahora toca pensar en la recuperación, que dependerá de la crisis sanitaria y de la capacidad de las empresas y de la sociedad, que ha tenido ocasión de comprobar la eficiencia del sector agroalimentario, y sobre todo, su gran compromiso. Junto al sector sanitario ha estado jugándose el tipo. Merece una atención especial durante la recuperación.
«La hostelería es un canal clave para el agro; es importante que el turismo se recupere»
recuperación
«La recomendación del BCE sobre dividendos no debe ser una medida 'sine die'»
sector financiero
–Almería está especializada en ese terreno frente a provincias como Málaga, donde lo es el turismo ¿Saldrá mejor parada?
–Almería ha resultado poco afectada desde el punto sanitario, y su agricultura es muy eficiente, tecnificada, volcada en la internacionalización; está por tanto en condiciones de fortaleza, pero es muy importante que el turismo también se recupere. Estamos en un mundo globalizado y la hostelería es un canal clave para el sector agrario, del que por cierto consume los productos de más valor añadido. De esta tenemos que salir todos y no se puede quedar nadie atrás. En una economía tan interconectada, la cadena se resiente si hay un eslabón débil.
«En Europa tendría que haber políticas comunes, al estilo de la PAC, también en el ámbito sanitario»
unión europea
«No hay intención de salir a Bolsa de forma inmediata ni tampoco lo necesitamos»
estrategia
–Desde la patronal bancaria se ha pedido, no diré insumisión, pero sí margen para decidir sobre el reparto de beneficios, congelado al menos hasta octubre por recomendación del BCE...
–Ante las perspectivas de aumento de la morosidad, de caída del PIB, el BCE ha hecho esa recomendación. Somos conscientes de que debe ser una medida coyuntural porque sin esa aportación la expansión se convertiría en algo muy difícil, aunque no es el caso de Cajamar. Tiene justificación, pero no 'sine die'. Nuestros clientes y socios nos piden servicios y no tanto retribución.
Morosidad
–¿Qué provisiones hacen ante el futuro aumento de la morosidad?
–Nuestra estrategia es muy prudente y conservadora, y una parte muy importante de los resultados de este trimestre los dedicamos a reforzar nuestras coberturas. Es muy difícil cuantificar el impacto. Primero, Tenemos una recomendación del BCE de que no podemos distribuir resultados hasta octubre y lo que hacemos es dotar ese cajón por si finalmente se incrementa la morosidad tener capacidad de respuesta. En nuestro caso la vamos a tener. Nuestras coberturas están en torno al cincuenta por ciento de nuestros activos irregulares para poder soportar sin problemas un aumento de morosidad. Toda la atención está puesta en reforzar el saneamiento y provisionar un impacto que aún no se puede valorar porque no ha terminado la crisis sanitaria.
Vocación estatal y un tercio de oficinas en pequeños municipios
La naturaleza doble de las cooperativas de crédito –social y financiera– y su vinculación con la economía agraria da carácter propio al Grupo Cajamar, que cuenta con 1.069 oficinas y 5.450 empleados. «Hemos procurado mantener oficinas donde hay riesgo de exclusión financiera e integrado oficinas en ciudades y adelgazando estructura», argumenta el presidente frente a los mensajes desde el BCE a la banca de reducir costes en tiempos de bajas rentabilidades. «Un tercio de nuestra red está en localidades de menos de 5.000 habitantes porque la proximidad y compromiso con el medio rural son parte de nuestros valores. Tenemos vocación de cooperativa estatal, sin dejar de mejorar nuestra ratio de eficiencia, pero nuestra misión sobre todo es ser un instrumento útil para nuestros clientes más que retribuir el capital social que hayan podido aportar», destaca en relación a ese 1,4 millones de socios, una condición que les reporta un trato diferencial. «Un socio, se siente copropietario y con capacidad para exigir, y ese es el gran activo respecto a otras entidades, que estaremos con él y a lo largo de la vida de la empresa», explica.
Málaga
En la provincia de Málaga, Cajamar cuenta con 99 oficinas y 350 trabajadores, y una cuota de mercado del 9%. Su presidente ve grandes oportunidades por las que seguir apostando y opina que «el turismo y un sector agroalimentario y ganadero importante tienen un gran potencial. Málaga tiene condiciones para ser un paraíso económico y es una oportunidad extraordinaria para Cajamar; queremos reforzar la presencia y avanzar en una diversificación a partir de la posición que ya tenemos tanto en el sector agro como en el turístico».
–La salida a Bolsa era objetivo de Cajamar para 2020. ¿Se abre una larga espera?
–No tenemos intención de salir de forma inmediata porque no se dan las condiciones ni tampoco lo necesitamos. Como caja rural tenemos una solvencia muy por encima de los requerimientos, un 2 por ciento por encima. Tenemos holgura para una posición confortable, pero ahora nos centramos en cómo ser útiles en una economía que se va a resentir. En 2020 se ha hecho lo que se tenía que hacer: dar liquidez, pero lo que hay que estar pendientes es de 2021. ¿Enseñanzas de la crisis? La interconexión. Somos vulnerables desde el punto de vista sanitario. Hay que reforzar nuestra estructura productiva, la atención a los mayores, ir a una economía productiva basada en el conocimiento. No podemos depender completamente de otros en sectores estratégicos para respiradores, mascarillas o Epis. En Europa tenemos que tener garantizado todo eso. El sector agroalimentario ha demostrado lo importante que es. No quiero pensar que se hubiera producido un desabastecimiento alimentario. Nuestro sector es muy fuerte y comprometido, porque hay una política agraria común que con todos sus defectos lo hace posible. Tendría que haber políticas comunes de ese estilo en sectores estratégicos: sanitario, financiero... Es fundamental, porque nos ha permitido soportar la situación.
–El afianzamiento de la población rural es uno de los objetivos fundacionales de la PAC. ¿Ve excesivo el valor que se le da a la digitalización como solución a la España vaciada?
–La despoblación es consecuencia del problema del relevo generacional. Hay que garantizar rentabilidad, y ahí las infraestructuras digitales son necesarias porque sin ellas no se puede desarrollar un modelo, lo mismo que sin invertir en infraestructuras físicas. Pienso en el ferrocarril de mercancías, tan poco desarrollado. Hay que pensar en global para atender problemáticas locales. El sector agro tiene grandes posibilidades de crecimiento sostenible desde el punto de vista social, económico y ambiental. En nuestro observatorio anual vemos que nuestra productividad es elevada, que somos competitivos, pero la rentabilidad está por debajo. No aportamos suficiente valor añadido porque nos falta estructura comercial internacional. Los problemas de las retorsiones de EE UU, por ejemplo. Se necesita estabilidad con terceros porque la globalización ha venido para quedarse. Hace falta posicionar mejor nuestros productos, la aportación continua de conocimiento, invertir más en todo: en big data, tecnología, logística, marketing... Un buen producto no se vende sólo. Es clave Invertir en la llamada última milla. Todo eso puede contribuir a reducir el despoblamiento rural.
–El tamaño del cooperativismo, pese a que España es una gran potencia agroganadera, es una anomalía en Europa...
–Es un sector basado también en pymes, y cuando hablamos de futuro, el tamaño es limitante. Tenemos un indice de 'cooperativización' del 45%, la mitad por ejemplo que en Países Bajos. Siempre he trabajado por la integración de cooperativas para tener tamaño acorde a mercados como el asiático o el americano, pero el tamaño no es un fin en si mismo. Es condición necesaria pero no suficiente para la rentabilidad, y los agricultores pueden asociarse bajo muchas fórmulas. En España mejora el tamaño medio, pero hay que ir más rápido. El mercado es implacable y lo que tú no haces en un año te lo puede hacer la competencia.
«No sólo creemos que hace falta más integración; la practicamos»
Con una cuota de casi el 50% en Almería, la marca líder de la banca cooperativa –4 millones clientes– es el referente nacional de un sector que de 81 entidades en 2008 ha pasado a 43, y sin ayudas públicas durante la última crisis. Cajamar está entre las 12 primeras entidades españolas (48.183 millones) y pelea su «ambición nacional» desde un 14,5% actual de cuota de mercado. En 2014, las 18 cajas del Grupo crean el Banco Social Cooperativo como entidad de coordinación de la que la entidad andaluza es el primer accionista. «No sólo creemos en la necesidad de integración sino que la hemos practicado», resume Baamonde una hoja de ruta propia para ganar tamaño en el sector cooperativo, un reto al que empuja el entorno prolongado de baja rentabilidad en la banca, y ahora, la crisis.
Cajamar ha crecido con diversas fórmulas que le han permitido consolidar el negocio en 45 provincias, y a la vez mantener consejos rectores locales como garantía de proximidad. «Tenemos las puertas abiertas no sólo a fusiones. En el sector tenemos un banco y también cajas que no forman parte del Grupo, pero lo importante es una visión corporativa que todos compartimos, aunque quizás no tengamos una misma visión sobre el futuro», matiza.
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