Así funciona el nuevo sistema de cotización por ingresos para los autónomos: 2 de cada 3 pagarán menos

En realidad, el ministro José Luis Escrivá ya había avanzado el pasado mes de enero que dos tercios del colectivo tendría una cuota mensual a la Seguridad Social inferior a la actual cuando se implantara el nuevo modelo que se basará en los rendimientos netos (una vez descontados de su facturación los impuestos y los gastos). Sin embargo, esta afirmación resultó cuando menos paradójica, ya que el objetivo final del Gobierno con este cambio de sistema es obtener más recaudación. De hecho, así se lo vende a Bruselas en el plan de reformas enviado a finales de enero.

Pero ahora los datos avalan esta afirmación. El propio Arroyo presentó a las principales asociaciones de autónomos unas cifras demoledoras: casi la mitad del colectivo gana menos que el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y apenas 700.000 tienen unos ingresos superiores a los 25.000 euros anuales. Los datos que aportó el departamento dirigido por Escrivá es que un 46,1% de los emprendedores, lo que supone más de 1,3 millones, tuvo en 2019 unos rendimientos netos por debajo de los 12.600 euros anuales, mientras que el 53,9%, unos 1,6 millones de trabajadores por cuenta propia, superó esa barrera del SMI. De este colectivo, entre 600.000 y 700.000 tuvieron unos ingresos (una vez descontados los gastos) superiores a los 25.000 euros. Es decir, que apenas uno de cada cinco autónomos gana más de 25.000 euros al año.

«El autónomo de por sí es mileurista», se lamenta Lorenzo Amor, presidente de ATA, quien asegura además que estos números empeorarán mucho a causa de la pandemia en el ejercicio 2020, cuando según sus estimaciones suceda a la inversa y serán más los autónomos que ganen menos que el salario mínimo, que se elevarán hasta suponer casi dos de cada tres, según los cálculos realizados por su organización.

Así, Amor confirma que si se implanta el nuevo sistema de cotización en función de los ingresos reales, al menos este año y el que viene «serán más autónomos los que paguen menos que los que paguen más, porque para la mayoría el rendimiento neto estará por debajo del SMI». Por ello, advierte de que habrá que analizar si este modelo es viable, porque «lo que no puede ser es que un tercio sostenga el sistema».

¿Cómo será este nuevo modelo de cotización para los 3,3 millones de autónomos? Aún está diseñándose, pero el ministerio ya adelantó a los interlocutores sociales hace unos días una primera propuesta que aún ha de perfilarse. Será flexible y con 13 tramos de cotización en base a sus rendimientos netos, aunque aún no se han definido las cuantías de cada tramo y su número incluso puede variar durante la negociación. Así, cada autónomo se encuadraría en una base de cotización en función de sus ingresos previstos, podría ir cambiando de tramo varias veces a lo largo del año para tratar de ajustarse a lo que está ganando y, posteriormente, a final de cada ejercicio fiscal, regularizaría lo cotizado.

Según esta primera propuesta, los autónomos, cada año, enviarían a la Tesorería General de la Seguridad Social en noviembre sus rendimientos netos obtenidos y reflejados en sus declaraciones tributarias, la Tesorería los compararía con las bases de cotización provisionales y pasaría a su regulación con una fórmula semejante a la declaración de la renta. Es decir, que si hubieran cotizado más que sus ingresos finales la Seguridad Social les devolvería de oficio el exceso, mientras que si hubieran cotizado de menos tendrían que abonar la diferencia.

En la propuesta que está estudiando el Gobierno y que, por tanto, es muy probable que varía y puedan ser más o menos tramos, estarían incluidos los autónomos societarios, los que tributan por estimación directa, objetiva y atribución de rentas y faltaría por determinar lo que pasa con los familiares colaboradores y los religiosos.

En la actualidad, los autónomos pueden elegir libremente su base de cotización entre un mínimo y un máximo, pero la inmensa mayoría escoge el mínimo establecido por ley. Aún así, sus cuotas han crecido más de un 20% de media en la última década.