La penúltima zancadilla
Nunca conviene decir que llega la última. Más bien será suficiente con decir que es la penúltima. Me refiero a una más de las zancadillas ... que el sector agroalmientario español y, en particular, el andaluz están sufriendo en los últimos años.
Si ya de por sí el campo es un sector bastante duro, que se expone a la meteorología y a distintas enfermedades, todo se complica más cuando aparecen en escena factores sociales, políticos y económicos que lo perjudican directamente.
La última china en el zapato es la que se empeña en poner Donald Trump, a pesar de que incluso en su país rechazan su presupuesto de crear una guerra mundial de aranceles que perjudicará especialmente al agricultor y al ganadero, pero también a muchas familias del planeta.
El equipo de economistas de CaixaBank Research ya ha puesto una cifra que hace temblar al sector. Aunque España no sería el país más perjudicado, los expertos de la entidad financiera aseguran que el empeño del presidente norteamericano de boicotear económicamente a los productos que viene de fuera podrían afectar a unos 480.000 empleos en este país.
De ellos, buena parte serán agricultores y ganaderos y no necesariamente asalariados sino también muchos autónomos profesionales que tienen en el campo su principal fuente de ingresos.
Mientras que las decisiones del huésped de la Casa Blanca hacen tambalear a las bolsas europeas y asiáticas, hay muchos agricultores y ganaderos del país que ven llegar otro varapalo más para lo que se exporta desde nuestros campos.
Parece que no hay crisis económica o política que deje en paz al sector primario tanto en España como en otros países. Como si aquí no hubiera suficiente lío con hacer frente a la escasez cíclica del agua, a las plagas o al encarecimiento de todo lo necesario para cualquier explotación agrícola o ganadera.
De momento, sólo queda esperar sin quitar un ojo a las cosechas, a las que están a punto y las muchas que, esperemos, quedan por venir.
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