Pasión y mucho trabajo en un sector que es fundamental para Málaga

Desde la aldea antequerana de La Higuera directamente a restaurantes, carnicerías u hogares. Ésa es la valiente y arriesgada estrategia que la familia Gálvez comenzó a desarrollar en 2021 con el chivo lechal malagueño, una carne de gran calidad, certificada como tal.

Con esta iniciativa, consiguieron eliminar intermediarios en la cadena de distribución y controlan los precios, que pueden ser muy fluctuantes en determinadas épocas del año.

Esta empresa familiar dio el paso de vender directamente lo que producen, pero esta empresa familiar cuenta desde hace algo más de una década y media con un cebadero en el anejo de La Higuera, donde se alimentan hasta que son sacrificados para su despiece. Toda esa cadena, desde su cría hasta su distribución final a establecimientos comerciales o de restauración o incluso al público final es controlada por Caprisur.

En la actualidad, esta empresa familiar es la única comercializadora que cuenta con la certificación de la Asociación Nacional de Criadores de la Cabra Malagueña (Cabrama) para vender carne de chivo lechal malagueño.

Esta empresa, con sede en el Parque Tecnoalimentario de la Axarquía, en Vélez-Málaga, comenzó su andadura en 2013. Fue fundada por Sigfrido Molina, hijo y nieto de agricultores, quien después de trabajar durante once año en una firma del sector agroalimentario en Motril, en plena crisis económica, decidió montarse por su cuenta, creando esta empresa especializada en la producción y comercialización de aguacates y mangos, que en la actualidad gestiona unas cien hectáreas de cultivos de aguacates y mangos en la comarca de la Axarquía.

En la actualidad, desde su propia nave distribuye y comercializa sobre todo aguacates y mango tanto por toda España como por buena parte de Europa.

Sigfrido Fruit ha apostado desde sus inicios por la innovación y la tecnificación del campo durante todo este tiempo, instalando en su planta la última tecnología en sistemas de maduración y conservación, para garantizar en todo momento el máximo cumplimiento de la cadena de frío y trazabilidad. Por otra parte, en su búsqueda por la excelencia, tiene una planta fotovoltaica para el autoconsumo industrial y cinco más en distintas plantaciones de aguacates y mangos. Una apuesta que le permite transformar directamente la luz solar en electricidad.

Esta empresa familiar de Coín lleva más de una década ofreciendo una amplia variedad de quesos a partir de las leches de cabra malagueña de sus propios rebaños. Empezaron con los clásicos, es decir, frescos, tiernos, semicurados y curados, pero muy pronto la inquietud y la pasión por los quesos de los integrantes de la familia Hormigo fue transformándose en otros productos lácteos muy originales.

A partir de una materia prima de calidad, quesos azules, cuajadas lácticas, tipos 'brie' y 'camembert', provoletas o parmesanos, con las que han sorprendido a miles de paladares dentro y fuera de la provincia. El secreto de la inspiración está en esas reuniones familiares donde sus miembros proponen nuevas elaboraciones sin complejos, con la confianza de que lo artesano si se hace con buena materia prima tiene el éxito asegurado.

Fruto de esa innovación y ese esfuerzo han ganado numerosos premios en estos años. El último de ellos ha sido a su queso de mezcla (cabra y oveja) en el GourmetQuesos celebrado en Madrid.

En septiembre de este año, la fábrica de Frigiliana donde se elabora la conocida como 'miel de caña' cumplirá tres siglos de vida. Fue en el año 1725 cuando la casa palacio de los Manrique de Lara comenzó a funcionar como ingenio para la extracción del jugo de la caña de azúcar.

En sus inicios lo hizo con un sistema hidráulico, que se ha ido transformando en las últimas décadas hasta la actual fábrica, propiedad de la Sociedad de la Torre S. L. Allí cada año se producen unas 500 toneladas de esta melaza, que se comercializa tanto en España come en media docena de países europeos.

Va camino del medio siglo de vida distribuyendo frutas y verduras de calidad por Andalucía y buena parte del país. Bajo la denominación de Prados Ramos SL, comercializan desde El Morche, en Torrox cientos de toneladas de productos de temporada.

Eso sí, en los últimos años se han hecho especialmente conocidos por la marca 'Manolito', que para muchos clientes es garantía de un buen melón. También llevan ese distintivo sandía e incluso mangos.

Esta empresa familiar, que ya va por su tercera generación, cuenta en la actualidad con una nave de grandes dimensiones en El Morche, donde se hacen las subastas cada día, y un puesto estratégico en Mercamálaga.