Más especies vegetales útiles en los cultivos del Guadalhorce
Investigación. El proyecto registra un aumento de biodiversidad en las parcelas de ensayo y avanza en el diseño de bandas florales para el control biológico de plagas
La campaña 2025 del Grupo Operativo Bioflora Tomate Huevo de Toro avanza con resultados esperanzadores. En abril, el equipo técnico de la Universidad de Málaga ( ... UMA) realizó un nuevo registro de flora en varias fincas de agricultores del Valle del Guadalhorce, participantes en este proyecto que busca integrar la biodiversidad en el manejo sostenible del cultivo del tomate. La novedad más destacada de esta campaña ha sido el aumento del número de taxones vegetales respecto al periodo estival anterior, así como la evolución positiva de las bandas florales que se mantuvieron durante el periodo de intercultivo.
Según explica Carmen Vera, ambientóloga e investigadora del Departamento de Botánica y Fisiología Vegetal de la UMA, «el registro forma parte del diseño de un prototipo de banda floral específico para el tomate huevo de toro en este entorno agrícola». Estas bandas buscan atraer entomofauna auxiliar, es decir, insectos beneficiosos como depredadores y parasitoides que ayudan a controlar plagas, especialmente las que transmiten virosis.
El estudio se ha realizado tanto en verano como en primavera, para observar los cambios estacionales en la flora silvestre de las parcelas. En esta última campaña, la primavera lluviosa y el manejo diferenciado de las fincas han influido en la mayor presencia de especies. Algunas parcelas, cercanas a arroyos o con prácticas más respetuosas con la vegetación espontánea, han mostrado una biodiversidad más rica, en comparación con otras de manejo más intensivo o con menor presencia de flora autóctona.
«Los agricultores han estado presentes y ha sido clave», explicaba VeraDos especies han destacado por su resistencia: la borraja y lobularia marítima
Entre las especies más destacadas se encuentran el hinojo, la caléndula, la borraja, la olivarda y distintos cardos de los géneros Carduus y Carthamus. Estas plantas no solo sobreviven en condiciones agrícolas, sino que además florecen durante el verano, algo esencial, ya que muchas especies anuales desaparecen en esa época y no cumplen su función ecológica cuando más se necesitan.
El equipo también ha seguido la evolución de las bandas florales que fueron mantenidas durante el invierno, en periodos sin cultivo. Dos especies han destacado por su resistencia y eficacia: la borraja, muy útil por su atracción de sírfidos (cuyas larvas son depredadoras de plagas), y la lobularia marítima, una planta con gran capacidad para atraer avispas parasitoides. «Estas especies han mostrado una buena adaptación en el periodo intercultivo y es probable que se mantengan en el prototipo final», señala Vera.
Una particularidad del enfoque del Grupo Operativo es que no solo se buscan plantas funcionales, sino también seguras para el cultivo. En colaboración con el CSIC, a través del investigador Rafael Fernández Muñoz, se ha realizado un estudio de los virus presentes en el tomate huevo de toro, y se está evaluando qué especies vegetales podrían ser hospedadoras. Solo se seleccionarán aquellas que no supongan un riesgo de transmisión de virosis.
En total, se han registrado más de 200 taxones vegetales, y ahora el equipo trabaja en una evaluación múltiple que tiene en cuenta factores como: si son autóctonas, si atraen entomofauna auxiliar, si no hospedan virus, si mejoran el suelo, si están disponibles comercialmente, y si también pueden atraer polinizadores. A cada especie se le asigna una puntuación en base a estos criterios para seleccionar las mejores candidatas al diseño final.
El proyecto también destaca por la implicación activa de los agricultores, quienes han colaborado estrechamente en los muestreos. «Hemos tenido mucha suerte. Los agricultores han estado presentes, nos han acompañado, han compartido observaciones sobre insectos y condiciones del campo. Eso no siempre ocurre en proyectos de investigación, y aquí ha sido clave», apunta la investigadora.
Aunque el proyecto está centrado en el tomate Huevo de Toro, la metodología desarrollada es aplicable a otros cultivos hortícolas de manera que la investigación se podría ver ampliada en otras áreas y comarcas de la provincia. «Sería perfectamente viable adaptarlo a otros productos. De hecho, muchas especies vegetales pueden beneficiar a distintos cultivos a la vez», detalla Vera que además aclara que «ojalá más adelante pueda extenderse a otros cultivos».
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