El divorcio entre Dovizioso y Ducati capitaliza el sábado austriaco

Yamaha logró meter a sus dos pilotos más fuertes en la primera línea de la parrilla, aunque ambos generan ciertas dudas en cuanto al ritmo tras los dos días de entrenamientos. «Estoy muy contento y satisfecho porque de ayer a hoy hemos mejorado muchísimo. Ayer no pudimos hacer una vuelta que hoy sí lo hemos hecho», reconocía el autor de la 'pole'.

Las M1 volaron en el oficial, sobre todo la de Valentino Rossi que dejó muy buenas pistas para la carrera, aunque los problemas de motor que han mostrado en las tres primeras pruebas del año dejan algunas incógnitas acerca de hasta qué punto podrán apretar en un trazado muy exigente, también lo que respecta al consumo de combustible.

En ese aspecto, en el ritmo, el más sólido, y con bastante diferencia, fue Pol Espargaró, demoledor en el cuarto entrenamiento libre, y quinto en la parrilla justo por detrás de Dovizioso, el que terminó siendo el hombre del día, aunque no por su resultado.

A media mañana, el manager del italiano anunciaba que no va a firmar su renovación con Ducati, un extremo confirmado poco después desde la fábrica boloñesa. El mayor rival de Marc Márquez en los últimos años, ganador de trece carreras, y punta de lanza de la marca en estos ocho años de unión, no seguirá en su actual sitio, en una parrilla que ya sólo tendría un hueco libre, el de compañero de Aleix Espargaró en Aprilia, la peor moto del campeonato actual. Un hecho que deja a Dovizioso con un pie fuera del Mundial.

«Es una situación que siempre he tenido en la cabeza. Son ocho años los que llevo con Ducati y son muchas cosas las que han sucedido, y poco a poco he decidido adoptar esta decisión», explicaba Dovizioso, que añadió no haber pensado nunca en vincular su decisión al hecho de contar con un plan B, y no haber querido que su continuidad estuviese ligada a sus resultados. Una señal de la importancia que le da a su currículo dentro de Ducati frente al hecho de lograr en el presente determinados éxitos.

«Es sólo mi opinión, pero no creo que Ducati pueda permitirse perder a alguien como Andrea Dovizioso. Creo que necesitan darse cuenta en algún momento que es el piloto, y no el túnel del viento, el que logra los resultados, así que tiene que escucharles», opinaba Casey Stoner, el único campeón con la moto roja en MotoGP, en sus redes sociales. «Entre pilotos nos entendemos», replicaba Dovizioso con una media sonrisa al ser preguntado por esa sentencia. Y es que a casi nadie se le escapa en el paddock de MotoGP que uno de los detonantes de este divorcio, puede que el mayor, es la mala relación entre el piloto y el máximo responsable técnico de la marca, Gigi Dall'Igna, con ideas muy diferentes en cuanto a cómo tiene que ser el desarrollo de la moto.

Tras este anuncio llegará el turno de Ducati de definir su futuro, que por ahora pasa por colocar a Miller en su equipo oficial y subir a su escuadra satélite a Jorge Martín, con tres piezas en juego para los otros dos sitios: Pecco Bagnaia, fuera hasta septiembre por lesión, que seguirá seguro, aunque está por ver si en su actual puesto o en el sitio de Dovizioso; Johann Zarco, tercero en Brno y que aspira a mejorar su posición; y Jorge Lorenzo, un regreso que sería una bomba en términos de marketing y que completaría una historia sin acabar, la suya con una marca de la que se fue cuando empezaba a conseguir resultados.

Por ahora la responsabilidad de seguir consiguiendo los resultados recaerá sobre Dovizioso, que tanto este domingo como el que viene cuenta con dos opciones claras de demostrar que Ducati se ha equivocado, con el objetivo máximo de firmar el primer título de la clase reina para uno, el segundo para la otra.