Nada detiene a Marc Márquez

El GP de Alemania de MotoGP estará para siempre en la memoria de todos por la atípica salida. La prueba fue declarada en mojado los pilotos delanteros, salvo Bradl, optaron por ruedas de lluvia y una moto B preparada completamente en seco. El germano, por su parte, fue el más rápido en darse cuenta de que las condiciones cambiarían y montó los neumáticos de seco... pero en una moto semiconfigurada para una carrera en agua. Los Márquez, Pedrosa, Lorenzo, Rossi y compañía se dieron cuenta durante el warm up que una sola vuelta con ruedas de mojado habría sido desastrosa, y se fueron al pitlane en lugar de a la parrilla. Hasta doce pilotos lo hicieron, y todos ellos dejaron desangelada la parilla y con un atasco sideral en la calle de boxes.

Tras la salida, Bradl cogió una gran renta pero no tenía armas para defenderla. Tampoco tenía rivales, al menos al principio, puesto que los principales gallos tenían muchos pilotos por delante.

Pero ahí estaba Márquez. El de Cervera fue el primero de los últimos, y marcó el ritmo de la remontada. Uno a uno se quitó a todos sus rivales, y a falta de 25 vueltas para el final ya marchaba como líder. Tras él, Pedrosa realizaba un trabajo encomiable. No es un secreto que a Dani le cuesta más adelantar que a Marc, y pese a todo pudo anclarse a su rueda y soñar con disputarle la victoria.

Algo semejante, aunque a distancia, ocurría entre las Yamaha. Rossi era quien marcaba la remontada, pero cuando se quedaron por delante Lorenzo le asestó un hachazo y se lanzó directo a por el podio. Para entonces, Bradl ya estaba naufragando en la mitad del grupo.

Las últimas vueltas fueron rutinarias, pero de ese día a día al que Márquez nos tiene acostumbrados. Es decir, él tirando, sonriendo, y los demás sufriendo, todos tras él. Novena victoria en nueve pruebas, y en el podio Pedrosa y Lorenzo, sus supuestos rivales y que ahora están ahí para poco más que ponerle la alfombra.