El gran salto para el Rugby Málaga

A día de hoy y a expensas de esta construcción, la entidad cumple con todos los requisitos necesarios para mirar más allá: una buena base de cantera, equipos en todas las categorías inferiores (en total, unos 400 jugadores entre once equipos), una masa de 1.000 socios y «una identidad de club atípica para una entidad que no dispone de instalaciones propias para poder desarrollarse». La Gerencia de Urbanismo ha tramitado y aceptado el proyecto, que puede salir a concurso después de verano, en el mes de octubre, como trasladó a este medio el presidente del Club de Rugby Málaga (CRM), José María Maestro.

La ciudad deportiva estará ubicada en El Cónsul (en concreto, en la Avenida Jenofonte, muy cerca del Paraninfo de la Universidad), en el distrito de Teatinos, y tendrá una extensión de 26.000 metros cuadrados. «Hace 25 años solo pedíamos un campo. Ahora necesitamos una ciudad deportiva, por el volumen de personas que somos y la cantidad de categorías que tenemos», cuenta. En calidad de presidente, Maestro afirma que el proyecto les daría un puntito más de calidad en comparación con otros clubes: estaría compuesto de dos campos de entrenamiento, aulas de formación, tiendas, restauración, gimnasio y un campo central con gradas apto para partidos de élite. «El área de restauración es importante, porque en el rugby tenemos tercer tiempo», apunta. La ciudad deportiva sería «la mejor de Andalucía y de las mejores de España». Hasta entonces han jugado sus partidos como local en el estadio Ciudad de Málaga «de prestados» y en contadas ocasiones. Cuando no les ha sido posible, han tenido que hacerlo en Marbella, Sevilla, Granada o Jaén, en los feudos de sus rivales.

Desde dentro creen haber dado con la tecla y explican cómo ha sido el camino de espinas que han andado hasta llegar aquí: «Esto viene de lejos. Hace dos legislaturas se dejó de lado por un proyecto de construcción de 25 o 30 campos de fútbol más uno de rugby, pero se quedaron sin dinero para este último. En esta última se ha vuelto a dejar de lado por otros motivos. En nuestro último intento se ha tenido un poco de ingenio y se ha llevado a cabo una concesión demanial por iniciativa privada. El promotor es una cadena de gimnasios, BeOne. Pero como es concesión demanial, habrá un concurso que se hará público para que se puedan presentar distintas empresas».

BeOne, una cadena gallega de gimnasios que acaba de aterrizar en el sur de España, entró en escena hace cinco meses. Lo hizo cuando se enteró, por medio de Urbanismo, de la promesa que existía entre el Ayuntamiento y el club para la construcción de unas instalaciones dedicadas exclusivamente al rugby por parte del CRM. Ahí se empezaría a dibujar la hoja de ruta. Sin firma aún, Maestro afirma que existe un convenio entre el propio club y la empresa promotora. «Ha sido aceptado por Urbanismo y se está activando el programa de condiciones. El concurso, con su pertinente licitación, estará publicado para después de verano», asegura. Si no hay más propuestas, será esta empresa la que se encargue del proyecto, cifrado en unos 11 millones de euros. «Por ahora solo se ha postulado BeOne. Si llega otra empresa, con otro proyecto similar que lleve implícito lo del rugby, ganará la que consiga más puntos en base a los criterios del concurso», explica.

La no presencia del grupo político Ciudadanos en el Ayuntamiento y, por ende, de Noelia Losada como concejala de Deportes «no debería influir en la puesta en marcha del proyecto». «Aunque esté dentro del programa de Deportes, ya se ha difundido en programas públicos del Ayuntamiento. Por ese lado me quiero quedar tranquilo», añadió. Por demás, recuerda que el proyecto está respaldado por la Federación Española y la Andaluza de rugby, la Diputación de Málaga y la Junta de Andalucía.

Maestro cree que con esta operación «se matan dos pájaros de un tiro». «Por un lado, entra un promotor privado que puede desarrollar nuestra parte deportiva y que va a dejar dinero en las arcas públicas y, por otro, es coste que se ahorra el Ayuntamiento», argumenta. No les resultó complicado llegar a un acuerdo y asegura que ninguna de las partes puso muchas trabas. «Nosotros solo pedimos necesidades mínimas», aclara.