Entre el cielo y la tierra

Evidentemente lo que el profano no aprecia con suficiente claridad es que quien hace que todo eso parezca fácil a sus ojos es quien se encuentra en la carlinga del avión: Cástor Fantoba, un navarro nacido en Sangüesa hace 51 años, ingeniero aeronáutico apasionado de la aviación que alterna en su vida diaria los mandos de los Boeing 737, 757 y 767 comerciales con el bastón del Su-31 del equipo Bravo3 Repsol.

Cástor, que ha sido campeón de Europa (2014), medalla de bronce en el Europeo 2016, doble medalla de bronce en el Mundial 2015 y seis veces campeón de España, entre otros muchos logros aeronáuticos, es quien logra dominar a la bestia de 400 caballos de potencia y 650 kilos de peso, preparada para resistir aceleraciones de hasta 25 G y llevarla a 400 kilómetros por hora en posiciones imposibles para cualquier otro avión que no sea acrobático.

El pasado miércoles 26 de abril, Fantoba fue presentado en el aeródromo de Casarrubios de Monte como el único representante del Equipo Nacional de Vuelo Acrobático que acudirá el próximo mes de septiembre al Campeonato del Mundo de Sudáfrica. Este piloto, reconocido oficialmente deportista de alto nivel por el Consejo Superior de Deportes desde 2005, llevará también la Marca España en el fuselaje del Sukhoi. Al evento, previo a la exhibición acrobática preparada para la ocasión, acudieron el presidente de la Real Federación Aeronáutica Española, Manuel Roca, y Carlos Espinosa de los Monteros, Alto Comisionado para la Marca España.

Tras el acto protocolario Cástor Fantoba, a los mandos de esa poderosa máquina rusa de volar, dejó claro que los toneles, rizos, cuchillos y pérdidas no son todo lo sencillo que parecen a ojos de un inexperto que se encuentre seguro en tierra, con los pies en el suelo.