Golazos y paradones

De un tiempo a esta parte 'suenan' más los guardametas que los goleadores. Al menos si se está cerca de un televisor o de una radio desde las que sus narradores parecen rivalizar en quién canta más alto, más largo y más musical el gol de turno. Como nosotros los 'escribientes' en busca del titular más sabroso.

Y a lo que vamos; siempre he considerado el puesto de guardameta como el de mayor responsabilidad dentro de un equipo (un fallo suyo suele ser decisivo y objeto de críticas) y, sin embargo, es infravalorado por clubes que prefieren fichar 'gente de arriba', a jugadores que marquen goles, en vez de evitarlos. Un razonamiento que contradice la máxima de la mayoría de técnicos que afirman aquello de que los equipos se arman desde la defensa hacia adelante.

Traigo esto a colación por la cantidad de partidos en los que uno o dos paradones evitan una derrota que parecía imposible. Bien está que los equipos cuenten con futbolistas de la talla de Mbappé o Lewandowski, capaces de marcar goles a pares. En hallar la igualdad está el secreto.

El ejemplo más cercano lo tenemos en casa. La presencia de Alfonso Herrero en la portería malaguista es un ejemplo claro y expeditivo por la cantidad de esos paradones que tanto se jalean y que en muchos casos han supuesto puntos importantes para el Málaga. Por algo es considerado esta temporada, como lo fue en la anterior, el mejor portero de la competición.