Rubiales inicia la carrera para su reelección al frente del fútbol español

El máximo mandatario del fútbol español comunicó su decisión a los miembros de la Comisión Delegada por vía telemática y también pidió el refrendo a su junta directiva, que hizo oficial la convocatoria electoral. Así, los comicios tendrán lugar el lunes 20 de julio para elegir a los 140 representantes de la la Asamblea General, y a mediados de agosto o septiembre para la presidencia y la Comisión Delegada de la FEF.

Los plazos han comenzado a contar a partir de este miércoles y hasta el 24 de junio se podrán presentar las candidaturas a la Asamblea, que serán proclamadas definitivamente el 3 de julio. Además, el 3 de agosto o el 3 de septiembre, en función de lo que determine el CSD, tendrá lugar la convocatoria oficial de las elecciones a la presidencia de la FEF y de su Comisión Delegada. Los aspirantes a dirigir el fútbol español dispone de plazo hasta el 4 de agosto o el mismo día del mes posterior para proclamar sus candidaturas.

Rubiales, muy discreto en los últimos tiempos, en los que incluso firmó junto a su enemigo Javier Tebas, presidente de LaLiga, e Irene Lozano, secretaria de Estado para el Deporte, los 'Pactos de Viana' para apoyar el regreso del fútbol profesional, lo tiene todo encauzado para mantenerse en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas al menos otros cuatro años.

A día de hoy, Rubiales no tiene rivales en el horizonte porque de la candidatura de Iker Casillas no se sabe nada hace tres meses. El que fuera portero y capitán del Real Madrid y de la selección española manifestó su intención de concurrir a las elecciones, pero a día de hoy sigue ligado al Oporto y ni siquiera ha hecho pública su decisión de colgar los guantes.

El pasado 7 de marzo, el CSD autorizó el adelanto electoral en la Federación. Apenas un día después, empero, Casillas comenzó a plantearse la renuncia a presentarse como alternativa. Hasta ese momento había mantenido la ilusión y la esperanza de poder presidir el fútbol español, pero el 8 de marzo Iker ya reconocía a sus allegados la posibilidad de una retirada.

Los plazos legales, la pandemia de la Covid-19, que le ha impedido viajar por España y hacer campaña entre las federaciones territoriales, la dificultad de revertir la Asamblea, casi siempre confeccionada a favor del presidente, y el propio Reglamento Electoral, dejaban a Casillas con muy poco margen de maniobra para tener opciones reales de ganar la carrera electoral.

Sin embargo, todavía podría presentarse alternativa a Rubiales. Tanto desde la patronal de clubes como incluso desde la Asociación de Fútbolistas Españoles AFE), sindicato que preside David Aganzo, enfrentado desde hace tiempo a Rubiales, buscan algún candidato alternativo.

Por otro lado, la Comisión Delegada de la FEF ha acordado declarar competiciones profesionalizadas la Primera y Segunda femeninas, así como estas dos categorías en el fútbol sala masculino y en la Primera de chicas.

«En un paso más por avanzar en el desarrollo de estas disciplinas deportivas, la FEF entiende que por las características sociolaborales de jugadores y jugadoras, por el volumen económico, por la existencia de contratos de trabajo y por ingresos mínimos de los clubes participantes deben pasar a ser competiciones profesionalizadas», afirmó en un comunicado.

La modificación de sus Estatutos aprobada recientemente por el CSD permite a la misma «establecer esta calificación para aquellas competiciones que reúnan condiciones materiales, económicas, profesionales y laborales que lo hagan aconsejable».

El cambio, según explicó, supondrá la creación de Comités Profesionalizados, en los que se integrarán todos los clubes que participan, con autonomía para gestionar los distintos aspectos de estos deportes, dentro de los órganos de la Federación.

Se fijarán las condiciones mínimas de carácter laboral que deberán reunir los participantes, el presupuesto de los clubes, el posible presupuesto mínimo para la plantilla con contrato de trabajo del primer equipo, el número mínimo de licencias profesionales, los salarios base para competir o la dedicación mínima de las y los jugadores profesionalizados.