La primera aventura de 'los cuatro fantásticos'

Tras siete años de un largo y tormentoso cortejo, Mbappé cumplirá al fin el sueño de vestir la elástica blanca en la capital polaca. Una vez cerrada su participación en la Eurocopa y tras darse un baño de masas con motivo de su faraónica presentación como nuevo futbolista del Real Madrid el pasado 16 de julio en un Santiago Bernabéu prosternado ante su nuevo ídolo, el crack de Bondy se tomó unas semanas de asueto antes de iniciar su puesta a punto con el metódico plan que el staff de Ancelotti trazó para que todos sus internacionales regresasen a la Ciudad Deportiva de Valdebebas de punta en blanco. Las primeras sesiones de trabajo con el grupo al completo, a excepción del lesionado Alaba, han servido para constatar que el rutilante '9' del Real Madrid llega a la primera cita del curso como un avión, lo que invita a pensar que Ancelotti le entregará la titularidad contra el Atalanta.

Carletto considera que la Supercopa de Europa supone una recompensa para los jugadores que levantaron la Champions. De ahí que hace dos años, en Helsinki y con el Eintracht de Fráncfort como adversario, reeditase el once que había abrochado la Decimocuarta en París. Sin embargo, la marcha de Nacho al fútbol saudí y la retirada de Kroos le impedirán rescatar dicha fórmula en el Estadio Nacional de Varsovia. No hay duda de que Militao reemplazará al central alcalaíno, mientras que la vacante del germano le ofrece al preparador transalpino la excusa perfecta para activar el arma nuclear que acaba de ingresar en su silo sin reparos de ningún tipo.

El alistamiento de Mbappé en el frente ofensivo repercutirá probablemente en un cambio de dibujo. Del 4-4-2 que permeó el triunfal trayecto del Real Madrid la campaña anterior se pasará previsiblemente al 4-3-3 este curso. Un viraje que devolverá a Vinicius y a Rodrygo a su condición primigenia de extremos puros, si bien las permutas de posición entre tres atacantes que tienen el flanco izquierdo como territorio predilecto serán la tónica habitual. Los dos brasileños han acogido la llegada de Mbappé con los brazos abiertos y en Varsovia se podrá comprobar en qué grado de compenetración se encuentran.

A tenor de lo visto, Vinicus afronta el inicio de curso mucho más fino que Rodrygo. El '7' sacudió el clásico disputado hace unos días en Nueva Jersey con su irrupción sobre el césped, dejando estampas propias de una estrella en plenitud de facultades pese al escaso rodaje, y volvió a brillar en el amistoso frente al Chelsea. «Va a ser brutal», auguró sobre su cohabitación con Mbappé. El '11', por el contario, se ha visto lastrado por molestias en un gemelo que no deberían impedirle participar en la Supercopa, pero que sí pueden alterar su rol en el encuentro.

Rodrygo, en cualquier caso, quiere reivindicarse dentro del nuevo marco y enterrar definitivamente las suspicacias en torno a su futuro que generaron un par de entrevistas concedidas por el paulista en vísperas de la final de la Champions. «Para mí siempre ha sido un sueño jugar con uno de los mejores del mundo», decía sobre la llegada de Mbappé hace un par de meses el de Osasco, que está obligado a dar un paso adelante para mantener su estatus no solo por la aparición en la ecuación del astro francés, sino también por la creciente competencia de Brahim y de Arda Güler.

En cuanto a Bellingham, el '5' abre su segunda temporada en el Real Madrid con nuevas encomiendas. Tras unos primeros meses deslumbrantes como inopinado goleador de los blancos partiendo de ese vértice superior del rombo que Ancelotti diseñó para potenciar su llegada al área y paliar así la ausencia de un nueve de guardia, y un segundo tramo de campaña más deslucido, el inglés deberá asumir ahora mayor peso en la construcción del juego a fin de cicatrizar, al menos en parte, la herida que abre el adiós de Kroos. Así las cosas, el todocampista de Stourbridge se perfila como interior el miércoles en Varsovia, con Valverde y Tchouaméni o Camavinga como acompañantes en la sala de máquinas del superequipo con el que el Real Madrid perseguirá su sexta Supercopa de Europa.