El Real Madrid, de la balsa de aceite al polvorín

La balsa de aceite en la que se hallaba el conjunto madridista, nombrado mejor equipo del año, se ha convertido en un polvorín con los dos revolcones sufridos en apenas tres días, pasando de la euforia con la remontada en la Champions ante el Dortmund, al ridículo del 0-4 ante los azulgranas de Hanski Flick y la sacudida de la prensa mundial por el ataque de importancia del delantero brasileño tras no ser coronado en un trofeo que logró con merecimiento Rodri Hernández, el arquitecto que hace funcionar al City campeón de la Premier y a la España ganadora de la Eurocopa.

Vive el conjunto que preside Florentino Pérez, gran admirador del Balón de Oro desde que alcanzó el sillón con sus fichajes galácticos, una guerra constante en un inicio de temporada que no es el soñado para los blancos. Viene de lejos su pulso con la UEFA, organizadora de la ceremonia al trofeo de mejor jugador del año por primera vez con France Football, y aunque tiene varios frentes abiertos con distintos actores, el argumento que defiende no deja de ser el 'todos contra mí'. Una actualidad que recuerda a la extinta era del tóxico José Mourinho cuando actuaba como Napoleón Bonaparte para librar sus particulares contiendas psicológicas frente a cualquiera que osara ponerse en su contra.

A día de hoy, en el Paseo de la Castellana libran un combate con todas las organizaciones de fútbol españolas y europeas. Contra LaLiga que preside Javier Tebas porque pasa completamente de la Superliga del mismo modo que hace Aleksander Ceferin al frente de la UEFA. Sin olvidar a la Federación Española de Fútbol, organismo al que el Madrid le pide una revolución estructural del sector arbitral. Enfadado con los arbitrajes que recibe, ha llevado al extremo con varios vídeos emitidos en Real Madrid TV algo que el descubrimiento del 'Caso Negreira', con el pago del Barcelona al vicepresidente de los árbitros españoles durante una veintena de años, fue el epicentro de un terremoto que sigue temblando a nivel nacional.

Injusticia repiten en Chamartín, donde se han cubierto de oro en los últimos 25 años jugadores como Figo, Cannavaro, Zidane, Ronaldo, Modric, Cristiano o Benzema, por la no coronación de un Vinicius que que es el jugador más determinante en la Liga de Campeones en las últimas cuatro temporadas, donde ha producido 37 goles por los 32 de Mbappé. Tras aterrizar este verano en Concha Espina, todo tendría que ser más sencillo para el astro francés, que continúa con su irregular rendimiento deportivo a las puertas de noviembre.

El francés no es la superestrella que se esperaba y se ha visto envuelta además en una campaña de desprestigio en los medios de comunicación de su país por una denuncia en Suecia de agresión sexual, y que ha acabado con la abogada del jugador presentado una querella por denuncia falsa. Se entiende desde la capital española que detrás se encuentra PSG, antiguo club del crack de Bondy, y Nasser Al-Khelaifi, mandamás de la entidad parisina y uno de los principales patrocinadores de France Football.

Ve una mano negra constante un club al que los fuegos se le acumulan, y que cuenta en su himno con una estrofa que apela al señorío que no tuvo en el lujoso teatro de Chatêlet de París: «Cuando pierde da la mano, sin envidias ni rencores». A veces se gana y otras se aprende, como seguro lo harán también los al menos cinco jugadores de Valdebebas que se encuentran entre los contactos de Whatsapp con los que se compartió un vídeo con una menor de 16 años en unos hechos ocurridos en San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria) en septiembre del pasado año.

La tensión viste de blanco, y el Real Madrid ya atisba en el horizonte su próximo destino hostil: Mestalla y el Valencia si el temporal lo permite.