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FC Barcelona

Un órdago sin cartas

Mal asesorado, el mejor jugador del mundo tiene que seguir en el Barça porque el City y el PSG, bajo sospecha para la UEFA, solo le querían libre o con una salida acordada

Ignacio Tylko

Madrid

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Viernes, 4 de septiembre 2020, 19:00

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Inigualable con sus diabluras, gambeteos, goles, controles, conducciones y disparos sobre el césped, Leo Messi ha tenido que recular y seguir un año más en el Barça porque, sencillamente, ha lanzado el órdago a la grande sin cartas y sin el firme apoyo del Manchester City de Pep Guardiola o al París Saint-Germain, vigilados al extremo por la UEFA a causa de sus prácticas económicas sospechosas. Mal aconsejado por sus asesores, empezando por su padre, el mejor jugador del mundo ha ido de farol y ha tenido que recular. Mal jugador de mus.

La firmeza del Barça al no aceptar negociar una salida y también los argumentos de LaLiga, organismo que desde el minuto uno del culebrón dejó claro que para ser libre Messi tendría que abonar la cláusula de rescisión de 700 millones, transformaron en frustración los deseos de Messi de dejar el club de su vida. Incluso aún con los los rescoldos de la debacle ante el Bayern de Múnich en los recientes cuartos de final de la Champions

Ni Leo se veía capaz de acabar una época gloriosa en un juicio a muerte contra el Barça y contra el presidente Josep Maria Bartomeu, su gran enemigo, pero, sobre todo, tampoco el City de Pep Guardiola y el nuevo rico francés de los petrodólares, aceptaban entrar en esa guerra. O Messi conseguía gratis su carta de libertad, o alcanzaba un acuerdo amistoso con el Barça, o 'nanai de la China'.

La existencia de un pacto verbal entre los grandes clubes europeos de no acudir a situaciones límite en los fichajes, tampoco permitía a los 'citizens' y a los parisinos forzar más la situación. Y mucho más al ser clubes bajo la lupa de todos. La sanción de dos años sin competir en Europa, anulada después por el TAS a causa un defecto de forma de la UEFA, dejó al City en el punto de mira. Algo muy parecido ocurre con el PSG.

A fin de acabar con excesos de uno y otro equipo, y con la aprobación de sus propios dirigentes, los principales clubes europeos sellaron una especie de pacto de caballeros. Messi tiene que seguir de azulgrana, muy a su pesar, y su guerra con Bartomeu puede marcar toda la temporada de los culés. Ronald Koeman tiene ante sí un problema mucho más gordo que la táctica, la estrategia o el físico.

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