Lewandowski pone al Barça en órbita

El partido comenzó sin dar tregua. Se esperaba el Barça una encerrona por parte del Alavés y lo que se encontró fue una montaña rusa plagada de acontecimientos, pero que le salió favorable. Raphinha marcó, pero su gol fue anulado por fuera de juego de Lamine Yamal, Ferran Torres se marchó lesionado y acto seguido Lewandowski adelantó a los azulgranas con un remate en una jugada a balón parado. Todo ocurrió en apenas diez minutos, mientras el aficionado de Mendizorroza tomaba asiento y antes de que los culés supieran qué tipo de partido iban a tener que jugar, si un correcalles o uno de esos en los que tienen el control del juego.

La respuesta fue una mezcla de ambas cosas, una fusión a la que los de Flick este año parecen adaptarse a la perfección. Y es que el Alavés no supo cogerle la medida a un Barça que salió dominador desde el inicio con la pelota, pero que supo alternar el juego en corto con balones en largo que hicieron temblar a los de Luis García Plaza. Lo hicieron gracias a la salida de Lewandowski de su posición y, sobre todo, con un Raphinha que es otro futbolista respecto al del curso pasado. Asistió en el primero a balón parado y dejó una cabalgada prodigiosa en el segundo que culminó regalándole el gol a un Lewandowski en estado de gracia.

El polaco demostró una vez más que es dinamita en el área. Lo ha sido siempre, pero este año tiene además los socios idóneos para explotar todas sus cualidades. Además de Raphinha y Lamine Yamal, tiene por detrás a Pedri, que no para de buscarle, y a dos pivotes que se atreven a batir líneas cada vez que tienen la pelota. En uno de esos envíos, Eric García encontró a Lewandowski, que aprovechó para completar el 'hat-trick' y terminar por allanar el camino de una primera mitad que acabó con susto por un gol anulado a Toni Martínez en los instantes finales.

Tras la reanudación, el Barça bajó las revoluciones al partido. Ya fuera por lo abultado del marcador o por la suficiencia de los azulgranas, pero el ritmo del juego cayó en picado y eso lo aprovechó el Alavés para venirse arriba. Los de Luis García no le perdieron la cara al encuentro, se instalaron en campo contrario y hasta estrellaron un balón en la madera por medio de Toni Martínez. Demasiadas concesiones para un Flick que vio desde el banquillo cómo su equipo ya no ganaba los duelos y como transcurrían los minutos sin amenazar la meta de Sivera.

Flick aguantó el nuevo escenario veinte minutos e inició el carrusel de cambios con la entrada de Koundé y Ansu Fati, que sigue con su puesta a punto. Jugó esta vez en el perfil izquierdo y desde allí se le pudo ver participativo. Se asoció con Pedri y Raphinha y gozó de dos claras ocasiones que desbarató Sivera. Su entrada coincidió con el desarrollo de un partido que se rompió por momentos y en el que el Barcelona levantó el pie del acelerador. Flick aprovechó también los instantes finales para dar minutos a Gerard Martín y a un De Jong que sigue buscando su mejor estado de forma. Con este triunfo, los culés suman ya 24 de los primeros 27 puntos en juego y se marchan al parón de selecciones con tres puntos de ventaja sobre el Real Madrid.