La Real peca de tierna y 'regala' la primera plaza

Sólo hay una competición que salva el curso de la Real y esa es la Liga Europa. A excepción de la visita a San Petersburgo, el conjunto donostiarra ha mostrado su mejor nivel ante el Rosenborg y el Vardar, que por otra parte tampoco son precisamente dos 'cocos'. En cualquier caso, ahí sí se han visto con más o menos continuidad las bondades de la idea de fútbol-control que predica Eusebio. Sobre todo porque ha venido acompañada de goles, quince en cinco partidos, que confirman hasta la fecha al equipo 'txuri-urdin' como el más goleador del torneo.

Así las cosas, la Real se ha plantado en la última jornada con la oportunidad de finalizar primera de grupo, y por tanto como cabeza de serie, en su mano. Para ello debe ganar al Zenit, victoria que supondría además un espaldarazo de moral a un equipo deprimido en las últimas fechas, que hace un mes que no gana fuera de la Liga Europa y que encadena tres encuentros para olvidar: Las Palmas, uno de los peores conjuntos de la Liga, y el ya mencionado Lleida le remontaron (2-2 y 2-3 finalmente) en Anoeta; mientras que el Atlético hizo lo propio en el Wanda sobre la bocina. Dos derrotas y un empate que han dejado a Eusebio en uno de sus momentos más críticos como técnico realista.

Claro que todo cambia con una victoria y un primer puesto de grupo. Y aunque el Zenit sea un rival duro, no es mal momento para 'meterle mano'. La horda de argentinos fichados a petición expresa por Roberto Mancini da una de cal y otra de arena, y al final está siendo el de siempre, el ruso Aleksandr Kokorin, quien tira del carro. Aunque en todo caso no le sirve para pelearle de cerca la liga al Lokomotiv de Moscú, sorprendente líder destacado a seis puntos. Y, de hecho, en los últimos cinco partidos ha cedido dos derrotas ante rivales directos como el propio 'Loko' y el Spartak de Moscú y un empate frente al Rubin Kazan que hacen peligrar su concurso en la Liga de Campeones la próxima temporada.

Para afrontar el encuentro, poco más que una final para la Real, Eusebio no se guarda ni una bala en la recámara. La defensa será la de gala con la única duda de Aritz Elustondo o Diego Llorente, que ya sabe lo que es marcarle al Zenit en esta Liga Europa. Para el centro del campo y la delantera, el técnico vallisoletano debe decidir entre la opción más conservadora, con Zubeldia y Zurutuza junto a Illarramendi y Canales o Xabi Prieto en uno de los costados, y la variante habitual pero más arriesgada que es incrustar a uno de estos últimos en el centro del campo y darle un punto más de 'punch' a su equipo con Juanmi o Januzaj en banda. La afición 'txuri-urdin' también es consciente de lo que su equipo se juega ante el Zenit y mostrará un mosaico a la salida de los futbolistas al terreno de juego.

No fue el día de la Real Sociedad, aunque últimamente pocos están siendo los días de la Real Sociedad, por no decir ninguno. Hizo todo lo posible para ganar al Zenit y sin embargo lo único que sacó en limpio de Anoeta fue una derrota, que además de privarle de la primera plaza del grupo prolonga su nefasta racha de resultados: sólo una victoria en seis partidos desde el parón de selecciones.

Fiel a su estilo, la Real de Eusebio Sacristán se adueñó del esférico desde el minuto uno, aunque es de justicia decir que al Zenit no le incomodó, ni mucho menos, prescindir de la pelota. Bien replegado tras un tramo de incertidumbres entre Criscito y Mevlja, el conjunto ruso apenas permitió a los ‘txuri-urdin’ crear ocasiones claras. Tuvo que conformarse el equipo realista con probar fortuna con centros laterales y disparos lejanos, hasta catorce en la primera mitad -que serían 23 al final del partido-.

Claro que el primer gol llegaría de parte del Zenit, también antes del descanso. Aunque hay que apuntárselo a Erokhin, bien atento para empujar el rechace, buena parte de culpa del 0-1 le corresponde a Gerónimo Rulli, que entendió oportuno despejar al punto de penalti un disparo seco pero centrado de Rigoni. Oyarzabal todavía pudo igualar antes del paso por los vestuarios, pero su remate en escorzo y sin apenas ángulo acabó golpeando el poste.

Sí consiguió empatar la Real tras el entretiempo, e incluso dio sensación de tener la victoria en el bote, pero de nuevo se llevó una bofetada en forma de gol en contra. Le puso la firma un veterano de guerra como Branislav Ivanovic con una chilena nunca antes vista en su dilatada carrera. Broche de oro a un partido de manual en el eje de la defensa del Zenit.

Antes, lo escrito, había empatado el conjunto ‘txuri-urdin’ por medio de Willian José, que marcó su quinto tanto en la Liga Europa. Aunque fue Adnan Januzaj quien tiró del carro realista, con una exhibición desde el costado derecho hasta que le dio la gasolina. Fuera-dentro y dentro-fuera, el belga volvió loco a Criscito y regaló el 1-1 tras una maniobra de escapismo sobre la línea de fondo. Anoeta se rompió las manos a aplaudirle.

Con el 1-2 la Real se vino abajo y acabó retratada minutos más tarde con el que sería el 1-3 definitivo, evidenciando ser un equipo alarmantemente blando. Sólo así se explica la pared que el Zenit trenzó en la frontal del área ‘txuri-urdin’, sin apenas oposición, y que finalizó magistralmente el argentino Paredes con dos ‘pisaditas’ de fútbol sala antes de definir ante Rulli.

El partido concluyó entre polémica no en el césped, sino en la grada, porque unos energúmenos -por llamarles de alguna manera-, aficionados del Zenit pero no del fútbol, se dedicaron a lanzar bengalas y demás artefactos a los hinchas donostiarras. Son un peligro, como el que se le avecina a la Real si no revierte la dinámica en la vive inmersa.