El Leipzig reacciona a tiempo ante el City y llegará vivo al Etihad

El City, siempre inclinado a dominar los partidos desde la posesión de balón, se hizo dueño de la pelota desde el primer momento. Paciencia inglesa para hallar la grieta en el entramado defensivo del Leipzig, muy bien ordenado. Pese a su insistente circulación de balón, el equipo de Guardiola encontró su primer camino hacía la portería rival a través de un cabezazo blando de Rúben Dias tras un saque de esquina. Eso y un remate lejano muy alto de Rodri fueron las mayores amenazas 'citizens' en el primer tramo del partido. Mucho control pero poco vértigo.

El Leipzig necesitaba una presión más agresiva para cortocircuitar el plácido juego de to que rival, pues bajo ese guion todo conducía hacia la ventaja visitante. Así fue como el 0-1 cayó por su propio peso. Laimer erró en la salida de balón, Grealish metió el pase, Gündogan la dejó pasar y Mahrez no perdonó ante Blaswich. Sensación de comodidad para el City, que pudo encarrilar la eliminatoria en un testarazo desviado de Rodri y en un disparo de Grealish.

Aplaudía Guardiola desde la banda, con su plan perfectamente plasmado sobre el césped y sin que su equipo hubiera sufrido lo más mínimo en una primera parte de dominio aplastante. Ni una transición destacable del Leipzig, absolutamente sometido. Solo lo ajustado del resultado animaba al equipo germano, al que al fin y al cabo un solo gol metía en la eliminatoria. Algo cambió en el descanso Marco Rose en su equipo, que fue otro en el inicio de la segunda parte.

Hasta en dos ocasiones tuvo el recién entrado al partido Henrichs la igualada. Y es que sufre el City en el ida y vuelta, pues Guardiola valora por encima de todo el control de los partidos. Le costó a su equipo bajar de nuevo las pulsaciones del duelo a través de largas posesiones para así reducir el ardor del Leipzig. Ya con Nkunku sobre el terreno de juego, su compañero Szoboszlai ensayó su gran golpeo desde la distancia y Ederson desvió con apuros. Fue la acción inmediatamente anterior al empate, que llegó con una demostración de poderío aéreo de Gvardiol, un titán defensivo pretendido por media Europa.

La igualada hizo reaccionar al City, desbordado desde el descanso. Grealish aceleró y Gündogan se topó con Blaswich en su remate. Estuvo cerca de llegar al balón rechazado Haaland, que poco antes había metido en el cuerpo del rival por primera vez en todo el partido con un remate ligeramente desviado. Poco del noruego en el Red Bull Arena. Lo cierto es que ambos equipos aceptaron al final el armisticio a la espera de la batalla decisiva en Mánchester.