Tres mil valientes y tres mil motivos para correr bajo la lluvia

En una cita tan familiar como ésta, no podían faltar las estampas de padres e hijos corriendo juntos, como Francisco José y Fernando Aranda, de 48 y 12 años. «La de 4 kilómetros ya la habíamos hecho y este año hemos debutado juntos en la de 10 kilómetros y con la lluvia casi que mejor, más fresquitos» contaba el progenitor. A lo que su hijo añadía: «Ha estado muy guay correr con mi padre, seguro que repetiremos el año que viene». Iván Trujillo también tenía marcada esta cita con rojo en su calendario, porque aunque no era su primera vez, sí que debutó marchando. «Una operación de tobillo me impide correr por el exceso de impacto, así que llevo un año entrenando marcha y esta vez he decidido hacerla así. Ha sido duro hacerlo con lluvia, por los resbalones, pero ha sido un buen entreno», explicaba.

Quien también aprovechó para entrenar fue el laureado campeón mundial de remo Adrián Miramón, quien también se animó a correr para testarse a sí mismo, así como a otras caras conocidas del panorama local, como el líder del PSOE en Málaga capital, Dani Pérez. Y como viene siendo habitual en una ciudad tan cosmopolita como esta, no faltó la población extranjera residente en la zona. Como el inglés Benjamin Chesterton, que destacó al disputar la prueba junto a su perro, Roy. «A mi perro le encanta la lluvia. Ya he hecho todas las carreras de Málaga, voy con mi novia y ahora quiero practicar corriendo también con mi perro, lo hemos disfrutado mucho, explicaba. También recién llegada a la zona y amante del deporte, la paraguaya Rosalba Patiño disfrutaba ayer de la carrera: «La lluvia es abundancia, es una bendición correr aquí. Correr es mi pasión y espero federarme para seguir mejorando».

Aunque sin duda, no hay mayor motor que el afán de superación, unido además al dar voz a una causa. Este fue el caso de José Antonio Trujillo, atleta en silla de ruedas, que además portaba un cartel que decía: 'Soy persona sorda. Tengo discapacidad física y me supero cada día'. Su sonrisa al cruzar la meta fue impagable.