La disyuntiva de Golden Dike: Europa o NBA
El jugador malagueño, excanterano del Unicaja y del Real Madrid, habla de su experiencia en la NCAA con la Universidad de Loyola en un chat con el que fue su colegio, La Goleta
A Golden Nmaemeka Dike Egun, conocido en el mundo de la canasta como Golden Dike, la competitividad y el afán por prosperar y ... aprender parece que le viene dada en los genes. El malagueño de padres nigerianos y enrolado ya en un equipo de la NCAA, con los 'Greyhounds' de la Universidad de Loyola-Maryland, se sinceró hace unos días en un chat con el exjugador Anicet Lavodrama y el coordinador deportivo del Colegio la Goleta, Manuel Pablo Gómez, justo el centro en el que se formó hasta 3º de ESO, cuando partió a la capital de España.
«Jugar en Europa estaría bien, o hacerlo en la NBA a través del draft. Me gustaría más esto, pero siendo realista creo que tengo más posibilidades de actuar en Europa. Mi estilo es más de visión de juego, y la NBA es más resolutiva«, apuntó el internacional con España en categorías inferiores (oro en el Europeo sub-19 de Grecia en 2018) y que, pese a sus 2,08 metros y corpulencia puede también moverse por fuera, lo que le convierte en un jugador aún muy polivalente.
Golden Dike comenzó jugando al fútbol, deporte que sigue aún con interés, pero ya a los 9 años se pasó al baloncesto, en las filas del EBG Málaga, todo un clásico de la cantera local. No tardó en llamar la atención del Unicaja, con el que jugó seis años más. «En un Campeonato de España en Lleida y Andorra, cuando era cadete de primer año, veía a algunos jugadores mejores que yo y que habían progresado mucho, y eso no me gustó. No quería seguir en el Unicaja. Quería un sitio donde coger experiencia, donde me fuera esforzando. No me quería ir, con todo el respeto del mundo, a un CAI, Estudiantes o Valencia...«, explicó sobre su salida al Real Madrid. «Al final nos llamaron un 5 de junio y fuimos allí en el AVE y el 30 dijimos que sí», añadió.
En esa época Golden Dike continuó su formación académica en el SEK, adonde van los chicos de la cantera del conjunto blanco que se encuentran alojados en residencias, «pero lo primordial fue el baloncesto«, matiza. «En Madrid empecé a hacer varias asignaturas en inglés y me costó algo más».
El jugador de 19 años recién cumplidos explicó también cómo fue el paso de recalar en una universidad norteamericana, siguiendo una tendencia cada vez más en boga. «La decisión no la tenía nada clara. Me empeciné en debutar en la Liga ACB, y tenía que darme cuenta de que no todos somos Alocén, Bolmaro,... Jugar cinco o seis minutos ahí está bien, pero hay que formarse para tener más. Hablando con gente del Real Madrid, decidí hacer los exámenes (para entrar en una universidad estadounidense). Saqué buena nota y tuve varias ofertas. Hablé con Francis Alonso (su paisano, que también estudió allí y jugó en la NCAA) y me convencí«.
«Me empeciné en debutar en la Liga ACB, y jugar cinco o seis minutos ahí está bien, pero hay que formarse para tener más»
La experiencia está resultando muy positiva, y ya ha conseguido algún doble-doble para los Greyhounds. «La vida es distinta allí. La gente no sale a la calle como aquí. Me iba al pabellón a tirar, pues si no me aburría. Hacemos a la semana ocho horas de estudio en una biblioteca ('study hall'), y está todo el día a día muy estructurado por horas». Para él su primer curso en la Universidad, en la que coincide con su compañero de selección Santi Aldama, ha sido atípico, con la llegada de la pandemia. «Se jugaron los 'play-off', pero no se llegó al March Madness«, detalló, y al suspenderse el curso presencial y pasar a clases telemáticas decidió pasar la cuarentena en Málaga con su madrina.
Buenas notas
Golden Dike siempre fue un chico de buenas notas, aunque muy inquieto. «Tras pasar por el CEIP Lex Flavia, entré en 2º de Primaria, con 7 años, en La Goleta. Desde el primer día allí se exigía mucho y, aparte de amigos, me he llevado el cariño de los profesores«, recordó sobre el centro educativo malagueño, situado en la zona centro de Málaga. Allí vivió también su primer año de baloncesto, y suele regresar cuando puede a conocer a los nuevos alumnos y aportarles su experiencia. De hecho, su hermano Kelly y su hermana Chelsea siguen cursando sus estudios allí. »Los padres deben gestionar mejor el tiempo de sus hijos y no castigarles sin deporte; de la parte que nos sirve no hay que quitar«, opinó también sobre el hecho de dejar a los escolares sin actividades deportivas si su rendimiento no es bueno.
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