Fran Vázquez y el juego colectivo elevan al Tenerife

Al grito de «¡Sí se puede!» que retumbó en el pabellón del Herbalife a favor del otro equipo canario, el Iberostar no sólo tuvo a una figura intimidatoria y determinante, sino que también fue mucho más equipo que el decepcionante Valencia, lastrado por su precipitación y el pésimo rendimiento de quien antes sí que era realmente decisivo, Bojan Dubljevic, una sombra ante Fran Vázquez y el resto de rivales en la pintura.

El griego Fotis Katsikaris le ganó la partida a Txus Vidorreta en un duelo muy igualado hasta el descanso que comenzó a decantarse para el Tenerife en cuanto los insulares potenciaron su defensa, se hicieron fuertes en el rebote y pudieron correr a la contra para desarbolar al Valencia. Entonces surgió la ascendencia, oficio y carácter de Fran Vázquez para completar desde el banquillo, junto a Javi Beirán, el excelente trabajo del quinteto titular del Tenerife.

Al final del tercer cuarto el equipo de Katsikaris comenzó a creérselo, al aventajar en siete puntos al rival (44-51) en el momento de su mejor demostración de baloncesto coral (siete jugadores acabaron con dobles dígitos en valoración) y fe. La que fue perdiendo sin remedio el Valencia, al que, pese a su último arreón de orgullo, se le apagó la luz ante el sacrificio defensivo del conjunto de las islas que estaba llamado, a priori, a repetir eliminacion en cuartos, como le ocurrió por última vez el pasado año. Sin embargo, en esta ocasión ganó el bloque, el juego de equipo del que sí podía presumir el pasado año el Valencia para ganar títulos.