Borrar

Uno de los nuestros

Manuel Castillo

Málaga

Domingo, 2 de agosto 2020, 00:11

Comenta

La grandeza humana de las personas se mide por el vacío que nos dejan cuando se van. Y el de Pablo Aranda es enorme; diría ... que infinito. Ese silencio atronador que deja su partida se rompe con su eterna sonrisa, su buen humor. Pablo era un tipo sensible, exquisito, humilde y con una capacidad innata para ver la vida cotidiana y para contarla desde la perspectiva más cómica e inteligente. Su ingenio siempre estaba en alerta para hacer ese comentario agudo, imprevisto y certero que precedía a la risa. Nunca he conocido a nadie que jugara con el humor con tanta seriedad, como si hiciese malabarismos con las palabras y los dobles sentidos, desarmando a su interlocutor. Pablo era, y será, uno de los grandes.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur Uno de los nuestros