MasterChef Junior reúne a más de 60 niños en el casting de Málaga

Llevan sus mejores galas. Se ven sombreros de chefs con sus nombres grabados, delantales personalizados (algunos que lograron durante su estancia en el campamento MasterChef) e incluso un monopatín. Todo vale para sacar lo mejor de ellos mismos. No importa la edad que tengan o su estatura. Todos comparten una misma pasión: cocinar.

Entre los más de 6.000 aspirantes ya se han seleccionado casi 70 niños, de entre 8 y 12 años, que lucharán por estar en la final que se celebrará en Madrid. A ellos se unirán los participantes que salgan esta tarde del casting que se realiza en Málaga. Esther González, directora de casting de MasterChef Junior, detalla el procedimiento de esta edición: «Hacemos castings presenciales en varias ciudades. Luego hacemos una prueba final en Madrid con los que hemos elegido como finalistas y de ahí saldrán los concursantes».

Desde la productora Shine Iberia, responsables del espacio televisivo, confiesan que trabajar en la edición junior es «muy especial» porque los niños son «absolutamente espontáneos». Además, el equipo del programa admira la valentía de estos concursantes y así se lo decían durante el casting en Málaga: «Hacéis cosas que son imposibles porque no sabéis que son imposibles».

Los padres, sus mayores maestros, son un pilar en la formación de estos pequeños cocineros. Muchos de ellos aprendieron desde edades muy tempranas junto a sus madres, como asegura Claudia, quien lleva cocinando desde que tenía 5 años. Ahora con 11 años es cuando ha decidido presentarse al concurso. Para llegar hasta esta prueba ha tenido que envíar algunos vídeos y completar varios cuestionarios. «Toda esta documentación lleva su tiempo y los padres nos los mandan encantados. Gracias a eso podemos ir filtrando. Estamos al servicio de niños que tienen un talento especial y sólo podemos dar las gracias a los padres por lo que facilitan nuestro trabajo», continúa la directora de casting.

Este año la porra antequerana es uno de los platos recurrentes en la prueba de Málaga, en el que tampoco falta la cocina de vanguardia. «Hay platos que me han impresionado, cada año estos pequeños son más perfeccionistas. La gastronomía malagueña se nota: se usa mucho más pescado que carne y los emplatados tienen otro estilo, por ejemplo se usa mucho el juego de los colores con las verduras», explica Nacho Ruiz, asesor culinario de MasterChef. Entre las sugerencias que se han presentado en Málaga se encuentran elaboraciones como una falsa lasaña de vieiras y carabineros, boquerones victorianos rellenos de ensalada de pimiento asado con un toque de salsa de salmorejo, tortitas con frutos del bosque y azúcar glass o tartar de salchichón de Málaga con miel de caña y uvas.

Entre todas las creaciones que han traído los pequeños de sus casas destaca una cúpula de cristal con una pistola de ahumado, una técnica de vanguardia de alto nivel que una pequeña tiene la valentía de exhibir delante de los asesores. «Aprenden no sólo de ver MasterChef, sino también se empapan de los restaurantes a los que van a comer con estrella Michelín», detalla Nacho Ruiz. Y el nivel está bastante alto entre los pequeños: «A veces elaboran mejores emplatados que los adultos», admite el asesor culinario. Y cada edición el nivel de los concursantes va en aumento.

Al selecto club de los elegidos quieren unirse ahora Telmo, quien ya participó en el campamento MasterChef, o Ariadna, que lleva cocinando desde que tiene 3 años. Sin olvidar a Aitor y Daniel, mellizos con un canal de Youtube, o Martina, quien se confía a su felpa de orejas de gato en color rosa como amuleto. Ellos son sólo algunos de los 60 niños que buscan en Málaga el primer primer paso para luchar por su sueño:conseguir ser el mejor entre fogones.