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Nunca había sido tan partidario de los superhéroes. Concretamente de un murciélago negro con gadgets suficientes para acabar con cualquier villano. Particularmente si tiene una sonrisa malévola de oreja a oreja. «Estoy pagando a Batman para ver si se carga al Joker», contestó Antonio Banderas a una pregunta de SUR hace unos días cuando, con el Goya todavía en la mano y la emoción a flor de piel, le cuestionamos por la siguiente pantalla: el Oscar. Con ironía, el actor daba a entender lo que después ha repetido una y otra vez. La estatuilla dorada está «imposible». El suyo sería el Oscar inesperado. Casi tanto como su primera candidatura que, a sus 59 años, ya no esperaba. Y menos por una película española, 'Dolor y gloria', por mucho que la haya dirigido su imprescindible amigo Pedro Almodóvar. El favorito mañana domingo –madrugada del lunes en España– es Joaquin Phoenix, que juega en casa y, como su burlesco personaje, le sonríen las apuestas. Pero giros más imprevisibles se han visto. Como la reinvención del actor malagueño tras cuatro décadas de carrera y esta selección al Oscar del que se consideraba el «eterno nominado».
Pero Banderas ya no puede seguir sosteniendo que es un Juan sin Tierra, una estrella sin premio. Sobre todo después de un año soñado que arrancó con el estreno de 'Dolor y gloria', un filme mágico en el que hace una recreación del propio Almodóvar tan memorable, emocionante y humana que comenzó llevándose en mayo el premio al mejor actor del Festival Internacional de Cine de Cannes, al que siguieron el de intérprete europeo, los galardones de la crítica de Nueva York, Los Ángeles y San Francisco, el Hollywood Film Award y el reciente Goya, el primero después de cinco nominaciones. Un reconocimiento detrás de otro que ha cambiado por completo la imagen de un actor que se consideraba más taquillero que premiable.
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De hecho, Banderas ha vivido en Hollywood casi un cuarto de siglo, ha protagonizado éxitos de los grandes estudios ('La máscara del Zorro, 'Evita', 'El gato con botas', 'Spy Kids'...) y ha sido reclamado por la Academia para entregar premios e incluso actuar en las galas de los Oscar, pero nunca fue nominado. Y, paradójicamente, ha sido cuando abandonó California por Europa y regresó al cine español, cuando ha recibido su primera candidatura. Aunque algunos medios lo hayan considerado un actor de color al hacer el recuento de los seleccionados, lo realmente distintivo y extraordinario es que su opción al Oscar ha llegado con un papel en español, frente a sus otros cuatro contrincantes con películas angloparlantes: Leonardo DiCaprio ('Érase una vez en... Hollywood'), Jonathan Pryce ('Los dos papas'), Adam Driver ('Historia de un matrimonio') y el 'villano' a batir, Joaquin Phoenix ('Joker').
Pedro Almodóvar, que también se la juega con 'Dolor y gloria' en la categoría de mejor película extranjera, ha situado en el punto exacto el estado de la nominación de Banderas. «La cosa está entre él y Joaquin Phoenix», comentó el manchego que, por lo visto en primera persona en las presentaciones del filme en Hollywood, «Antonio les tiene ganados de sobra por el corazón», aunque el favorito sea el actor que da vida al Joker. Pero el cineasta introduce un elemento importante, el conservadurismo de la sociedad americana y, particularmente, de la Academia. «En Estados Unidos, que son un poco más infantiles que nosotros, ven el Joker como algo muy desestabilizador. Piensan que alguien pueda imitar a Phoenix… y no les conviene. Esto no deja de ser un prejuicio pero puede que vaya en favor de Antonio», asegura.
Lo de ganar o perder se verá este domingo, aunque Banderas ha triunfado suba o no suba a dar el discurso. Su vida cambió hace ya tiempo. Con el ataque al corazón que lo puso ante el espejo. Abrazó en sueño de crear su teatro en Málaga y le hizo escoger papeles de un mayor reto interpretativo, como su Picasso de 'Genius' o su crepuscular y cercano cineasta Salvador Mallo de 'Dolor y gloria'. Los papeles que le están llegado a su mesa tras esta nominación al Oscar están buscando precisamente a ese actor dramático que ha dejado de ser el eterno nominado. Banderas ya tiene su Oscar. Aunque no se puede descartar que esta noche consiga otro con forma de estatuilla.
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