La Ópera de Viena homenajea a Carlos Álvarez por el 25 aniversario de su debú en el templo del 'bel canto'

Tras cantar el papel de Yago en 'Otelo', de Giuseppe Verdi, el malagueño recibió afectuosas ovaciones del público vienés, para acto seguido, sin que lo esperara, salir al escenario todo el elenco artístico y el intendente (director) de la Ópera de Viena para hacer público su homenaje y reconocimiento al barítono malagueño, muy sorprendido y emocionado.

El director de la Ópera de Viena, el francés Dominique Meyer, le entregó como recuerdo de esta noche un cuadro con el cartel original de su primera actuación el 6 de febrero de 1995. Álvarez, de entonces 28 años, tuvo su debut en Viena como Figaro en 'El Barbero de Sevilla', de Gioachino Rossini.

Este viernes, tras representar una quincena de papeles diferentes en 227 actuaciones («y media, porque en una ocasión salió en una segunda parte de una ópera para sustituir a un compañero que se puso enfermo...») en Viena, el barítono destacó la importancia de esta casa para su carrera, que empezó en 1990 en España.

«Cuando era joven nunca pensé que un día podría formar parte de este teatro. Jamás pensé que mis sueños se podrían hacer realidad en este escenario», dijo un emocionado Álvarez en un perfecto inglés tras pedir perdón por no dirigirse al público en alemán.

«Debutar hace 25 años aquí fue un sentimiento maravilloso, fue mi primer contacto con este teatro, con este escenario, con esta familia, que me ha ofrecido un lugar en el mundo de la ópera, aquuí estoy como en mi casa», agregó el barítono.

Meyer, por su parte, destacó que «todos en la ópera de Viena aman a Carlos, es bonito que haya cantantes que nos sean tan fieles y que le den tantas alegrías al público». Posteriormente, Álvarez fue agasajado con una cena sorpresa en uno de los restaurantes más significados de Viena a la que asistieron compañeros y personalidades del mundo de la cultura de la capital de Austria.

Carlos Álvarez está considerado como uno de los mejores cantantes de ópera mundiales de las últimas tres décadas. Ha actuado en todos los grandes teatros del mundo, no sólo en Viena sino también en Milán, Londres, París, Barcelona, Madrid y Nueva York, entre otros. Ahora actuará el día 14 en el Teatro de la Maestranza en un recital de música clásica y andaluza, posteriormente irá al Teatro Cervantes de Málaga, y en abril marchará a Nueva York para su reencuentro con el Metropolitan.