Nueva vida para las fotos antiguas de Málaga: una app rescata con inteligencia artificial imágenes históricas

«Panoruma es un explorador de archivos históricos digitales que te permite navegar y descubrir imágenes históricas de manera intuitiva», explica el cerebro de este proyecto, que destripa su funcionamiento: «Lo que hemos hecho es añadir una capa más al Archivo Fotográfico UMA con la IA y crear un interfaz más accesible para cualquier usuario». De esta forma, la Inteligencia Artificial lee y clasifica las imágenes de este repositorio y las muestra como un mosaico, con una apariencia similar al 'muro' de Pinterest o de una red social. Esta primera primera versión Beta de la app pone así a disposición de cualquiera 3.000 fotografías de las más de 32.000 imágenes que el servicio de la universidad ya tiene digitalizadas, la mayor parte de la colección Bienvenido-Arenas.

«Las galerías se van renovando diariamente, pero la idea es ir aumentando el fondo de fotos disponibles», avanza García Peláez, que destaca que este desarrollo ha sido posible gracias al «espléndido» trabajo previo del personal del Archivo Fotográfico UMA «que no solo ha conservado esta colección, sino que lo ha recuperado y está disponible con una calidad excelente». Así, la app aprovecha las miles de imágenes que ya están al alcance en Internet, pero que normalmente tienen una disponibilidad más restringida al estar pensadas para ámbitos académicos, investigadores o consultas en general, mediante buscadores que devuelven listados de fotos y que hay que ir pinchando una por una para ampliarlas. Al aplicarle la «capa» de la IA, Panoruma permite un acceso directo, inmediato y más visual lo que «ayuda a democratizar y difundir» todo ese patrimonio, sostiene.

Como alumno de la UMA, Alejandro García Peláez, que aunque acaba de terminar ya está trabajando en el Centro de Ingeniería en Ciberseguridad de Google en Málaga -concretamente en el 'sótano', como se denomina coloquialmente al equipo de investigación e innovación de esta corporación-, ha centrado el desarrollo de su herramienta en los fondos fotográficos de la universidad, aunque señala que la app está abierta a todo tipo de colecciones que ya estén digitalizadas. «El Archivo Municipal o cualquiera puede usar la aplicación para que la IA clasifique las imágenes y puedan ser más accesibles», explica el informático, que añade que este es solo un primer paso y la inteligencia artificial está abriendo nuevas posibilidades al mundo de las fotografías antiguas, las cuales puede ser también restauradas automáticamente o convertirse en animadas a partir de una imagen fija.

De hecho, la app desarrollada por García Peláez usa la IA para reparar arañazos, tachaduras o taras de las fotos, las cuales son 'leídas' y clasificadas por la inteligencia artificial para crear sus propios metadatos en lugar de importar las definiciones de los documentalistas que las han archivado. De esta forma, la inteligencia artificial reconoce cualquier información textual, objetos y edificios característicos, y es capaz de reconocer pequeños detalles que en ocasiones son invisibles para el ojo humano, aunque también tiene sus limitaciones. Por ejemplo, no llega a distinguir si una calle o esquina anónima es de Málaga o de Nueva York. «Lo podría hacer entrenando un modelo específico o dándole ejemplos a uno ya entrenado, aunque la complejidad de las fotos históricas es que el urbanismo y el aspecto muchas veces cambia con respecto a la actualidad», apunta este joven experto que ha usado Gemini, la IA de Google, para crear Panoruma ya que dispone de un modelo optimizado para la lectura del contenido de la imágenes y la creación de metadatos.

Mientras el sistema se perfecciona, la aplicación ya permite explorar miles de imágenes, afinar la búsqueda con una palabra, crear álbumes personalizados, marcar fotos favoritas para acceso rápido y compartir con amigos y seguidores las instantáneas de la Málaga de ayer en redes sociales. «Ahora que está lanzada, mi principal objetivo es ver el 'feedback' de la gente y mejorar la app en base a la respuesta de los usuarios», asegura Alejandro García que confiesa que su objetivo era que su TFG fuera de «utilidad». Por ello, cuando descubrió el Archivo Fotográfico UMA y se quedó «como un tonto mirando fotos antiguas toda la tarde» lo tuvo claro. Y se propuso aplicar la IA a ese universo visual tan poderoso que conecta con el presente desde el pasado. Tras un año de trabajo, el resultado está al alcance de cualquiera. Y promete mejorarlo.