Rozalén hace latir el folclore de la España de siempre
La cantante pone el broche de oro a su gira 'Matriz' en las tablas del Teatro Cervantes con un concierto lleno de emociones
CRISTINA PINTO
Jueves, 29 de diciembre 2022, 23:15
Un escenario lleno pero vacío. Un latido fuerte retumbaba acompañado por una luz roja que jugaba con la intensidad. Era el latido de una música ... que siempre estará ahí para recordar a los antepasados de España. Era el latido de 'Matriz', la gira con la que Rozalén hace un homenaje al folclore tradicional del país. Era el latido de los diez años de carrera que la artista albaceteña ha estado celebrando este 2022. Era el latido del último concierto del año de la cantante. Era el latido de un lleno total en el Teatro Cervantes de Málaga para recibir con cariño a la música de raíces y a la magia de su voz.
«Todo lo cría la tierra / Todo se lo come el sol / Todo lo puede el dinero / Todo lo vence el amor». Con estos versos proyectados en el escenario arrancaba el concierto de Rozalén: «Quería empezar con esas cuatro frases asociadas a Burgos y a Castilla y León, algo que viene de los romanos... Me parece que ese es el resumen de la vida», profundizó la cantante en sus primeras palabras, que tuvieron más de sentimientos que de otra cosa. «Es el último concierto del año y no sé cuándo vamos a volver porque ahora me toca componer y descansar una migaja».
Era el latido de ese disco que, según confiesa ella misma, es «un capricho y una manera preciosa de abrazar a quienes no están aquí». Era el latido que, entre esa España de siempre, viajó a las raíces del Norte y a esas primeras canciones que la artista aprendió a tocar con la bandurria, 'Te quiero porque te quiero' como fandango de Huelva. Era el latido del Pirineo aragonés y las mujeres de allí que recordó Rozalén con el tema 'La tumba de la golondrina'. Era el latido de las gallegas que lloraban la partida de los marineros reflejada en la canción 'A virxe do Portovello'. Era el latido del País Vasco con la dulzura de la artista cantando el tema en euskera 'Xalbadorren Heriotzean'.
Los interludios que Beatriz Romero, la intérprete de signos que acompaña a Rozalén cada concierto, interpretaba a un lado del escenario eran coplas ya grabadas por la cantante. «Las canté en el cementerio», confesó emocionada explicando el adiós a su abuela. «Ay, hoy estoy flojica de sentimientos, eh», añadía la albaceteña en una de las veces que no pudo contener las lágrimas. Como cuando se notó una pequeña pausa en su voz al recordar a su padre, fallecido en este febrero de 2022. Algunos que otros en el público del Cervantes sacaron el pañuelo emocionados.
Era el latido de la emoción y la atmósfera de sentimientos que Rozalén había creado en este su último concierto del año que celebró en Málaga. Era el latido del amor de la artista por su padre y el homenaje que junto a Silvia Pérez Cruz hizo en la canción 'Amor del bo'. Era el latido de Federico García Lorca y la artista cantando sus versos de 'Anda Jaleo'.
Homenaje a los verdiales
El pasillo del Cervantes se llenaba al ritmo de las raíces más malagueñas, de los verdiales. La panda Santón Pitar de Málaga se ponía ante el escenario para deleitar al público entregado con esta tradición de la tierra y, junto a ellos, la Ronda de Motilleja (Albacete). Con ellos se sentaba Rozalén para unir a esas dos tradiciones de Málaga y Albacete en una. Luego, se levantaba para hacer al público baila a ritmo de pasodoble. «¡Qué bonito!», celebraba la cantante al terminar con ellos.
Era el latido de la música cuando la artista cantaba sus éxitos 'Y busqué', '80 veces' o 'Las hadas existen'. Era el latido de Rozalén bajándose del escenario para cantar entre el público 'La puerta violeta' con la delicadeza y respeto que solo ella sabe. Era la artista despidiéndose con el baile del Charro de Zamora: «Si nuestras abuelas se iban de after, seguro que era con esto», bromeó la cantante. Era el latido de la cultura de España por la que se viajó durante todo el concierto dejando huella en cada uno de los lugares por los que pasó con su música en casi tres horas de concierto. La de antes y la de ahora. La España de siempre.
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