Melendi le pone energía y buen rollo al cierre de Boombastic

Con un arranque al más puro estilo James Bond y una melodía inspirada en La Pantera Rosa, el concierto dio paso a un frenesí cargado de energía y temas míticos del artista. Melendi hizo un viaje por el tiempo, desde clásicos de hace más de 25 años como 'Con la luna llena' hasta sus composiciones más recientes, 'Gracias por venir'. Pero no todo fueron risas: el cantante también se mostró vulnerable ante el público, confesando sus peores etapas con 'Quiero ser guerrero'.

El momento más emotivo llegó con 'La promesa'. El público cantaba tan fuerte que parecía que ellos eran los verdaderos artistas. Las luces de los móviles se alzaron como estrellas caídas del cielo. El cantante agradeció la cálida acogida del público y, por supuesto, a todo su equipo por acompañarle siempre.

Otra de las artistas que generó gran expectación fue Marina Reche. La cantante conquistó los corazones de los espectadores con su voz carismática y cercana. La ilicitana lo dio todo en el escenario, mostrando su faceta más sincera y vulnerable con temas como 'Quién me enseñó a amar'.

Aunque gran parte de sus canciones hablan de desamor y del dolor de las rupturas como en 'Vida en el campo', el concierto estuvo lejos de ser triste o monótono. Con una sonrisa de principio a fin, la artista no paró de saltar y contagió su energía a todo el público. Su entrega fue tal que bajó a la grada para cantar '870'. Para cerrar, interpretó 'Por si quieres volver'. Todos esperan que ella también lo haga.

Maximiliano Calvo tampoco faltó a la cita del último día del Boombastic. Desde Argentina, el cantante y compositor hizo del domingo un día inolvidable. Entre canciones dedicadas a su perro e invitaciones al público para soltar el móvil y vivir el concierto lejos de las pantallas, Calvo regaló una conexión única. También hubo momentos para recordar etapas oscuras, como su estancia en un centro de desintoxicación con 'Una temporada mala': «Menos mal que ha pasado, pero así sabemos de dónde venimos», confesó.

La noche terminó con el dj Michenlo, que mantuvo la energía en lo más alto de 1 a 2 de la madrugada. Su sesión fue una descarga de ritmos frenéticos que hizo moverse hasta al más tímido. Las canciones recargaron las pilas del público, que bailó y cantó cada tema como si fuera el último. Entre luces, saltos y coros improvisados, la pista de baile se convirtió en una auténtica fiesta. Así se puso el punto final a una edición del Boombastic que dejó el listón muy alto.

Tras cuatro días de conciertos y un ambiente vibrante, el Boombastic dice adiós a Málaga. Se calcula que cerca de 8.000 asistentes vivieron su debut en la Costa del Sol, consolidándolo como una cita musical para recordar. Todo apunta a que esta no será la última vez que el festival y su público vuelvan a encontrarse.