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Beethoven en la temporada de la OFM

Crítica de música ·

mANUEL DEL cAMPO

Lunes, 16 de septiembre 2019, 08:32

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El pasado miércoles daba comienzo la XXX Temporada de abono de la Orquesta Filarmónica de Málaga en el Teatro Cervantes, un ciclo que en este curso se dedica fundamentalmente a conmemorar el 250 aniversario del nacimiento de Ludwig van Beethoven, hecho que ocurría el 16 o 17 de diciembre de 1770 –no está absolutamente claro el día– en Bonn (Alemania). Entre septiembre 2019 y junio 2020, de los quince conciertos programados por la OFM, en doce de ellos figuran obras de Beethoven (Sinfonías, Conciertos, Oberturas) que nos pondrán en comunicación con las más grandes partituras de ese genio de la música. Disfrutemos de ellas. En la primera parte de este primer programa, que pasamos a comentar y que dirigió el maestro Manuel Hernández-Silva, se incluía la «Sinfonía en mi bemol mayor» de Hindemith y el «Concierto en re mayor» para violín y orquesta de Beethoven, en la segunda. La obra de Paul Hindemith (1895-1963) como compositor, es abundante y utiliza disposiciones instrumentales muy diversas, desde el cuarteto de cuerdas a conciertos de cámara, sonatas y una producción sinfónica de importancia. Por supuesto que hay en sus creaciones una notable evolución estética, que va –se ha escrito– desde un «enfant terrible» a un neorromántico. Son palabras suyas: «Una arquitectura de materia sonora indiferente a la belleza del sonido, en guerra contra la armonía». En su vida, como en su música, se descubre una ironía ligera y elegante. Esta «Sinfonía en mi bemol mayor» la concluye Hindemith a finales de 1940 y un año más tarde será el famoso director griego Dimitri Mitropoulos (1896-1960) quien la estrena en Minneápolis con la Sinfónica de la ciudad de la que era entonces director titular. Se articula en cuatro movimientos. Aquí, desde su inicio se evidenció el buen trabajo de Hernández-Silva, explosión sonora vibrante al arrancar la obra con lucimiento de los metales, efectos en el tempo «Vivo» y con brillante conclusión. Superada la complejidad de la pieza por profesores y director de la Filarmónica, el público premió con muchos aplausos este Hindemith.

De piedra angular del repertorio violinístico ha sido calificado el «Concierto en re mayor', Op.61para violín y orquesta de Ludwig van Beethoven ( 1770-1827). Compuesto en Viena en 1806 es estrenado en diciembre de ese año por Franz Clement ( 1780-1842) violinista, director de orquesta y compositor vienés. Resulta inconcebible que no gustara en principio –es rechazado por el público– ignorándose virtudes como su gran exaltación melódica y luminosidad poética, rotundidad y nada de «experimentos». De este «concierto de los conciertos» fue solista el miércoles Svetlin Roussev. Impecable en la técnica, segurísimo y con atractivo sonido, aplicó la intensidad requerida al inicial «Allegro ma non troppo», seguido del bello «Larghetto» y desembocando en el último «Rondó» con su rotunda conclusión. Magnífico el trabajo violinístico como precisa la colaboración de la OFM y la firmeza del maestro. A las grandes y sostenidas muestras de agrado del público, correspondió Roussev con un espectacular bis, el «Capricho nº 13» de Paganini. Gran éxito.

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