Marc Anthony hace que la espera valga la pena

Si digo que desde las seis de la tarde las colas a las puertas del estadio de fútbol de San Pedro Alcántara llegaban hasta donde la vista alcanzaba para acudir al concierto a Marco Antonio Muñiz, pocos serán los que alcancen a dilucidar quién es el hombre capaz de congregar a las masas y hacer que cientos de personas aguarden pacientes horas de espera. Pero parece que todo vale la pena si se trata de disfrutar de los ritmos latinos del archiconocido Marc Anthony que hizo parada en Marbella en su único concierto en Andalucía dentro de su gira europea Live que ya le ha llevado a ciudades como Barcelona o Milán y con la que hoy mismo visita Londres.

Apenas unos minutos sobrepasaban siete de la tarde cuando abrieron las puertas y empezaron las carreras y las llamadas nerviosas entre amigos que no se encontraban y veían como llegaba su turno de entrar al recinto. 17.000 almas de todas nacionalidades entre las que se escuchaba el castellano hablado con todos los acentos imaginables. Un crisol de culturas latinas unidas por un mismo ídolo.

Fran Reyes y Clase A fueron los teloneros encargados de caldear el ambiente mientras los fans esperaban pacientes y el calor empezaba a tener consecuencias, aunque leves, materializadas en algunas lipotimias y mareos por lo que la organización decidió repartir botellas de agua entre la concurrencia.

Las horas pasaban y las redes sociales hervían con el descontento de los asistentes, los pitos ya eran irreprimibles y las protestas se hacían notar entre el público.

Por fin, a las once y media de la noche los músicos que acompañaban al galán latino subieron al escenario, el público tomó posiciones con sus móviles en ristre dispuestos a inmortalizar el evento y empezó la locura tras una cuenta atrás. A partir de ese momento todo el tiempo de espera valió la pena para las miles de personas congregadas con las manos en alto y coreando al unísono lo que ya se ha convertido en un auténtico himno, Valió la pena. Con camiseta blanca, vaqueros grises y chaqueta tipo casaca azul marino, salió con gafas de sol y continuó su repertorio con la romántica Y hubo alguien, lo que despertó miradas tiernas y bailes emocionados entre las parejas.

Marc Anthony presentó un repertorio en el que el romanticismo fue el protagonista y mantuvo en todo momento una estrecha relación con el público, prestando atención a cada uno de los flancos para que todos se sintieran atendidos y recogió cada uno de los regalos entre los que se encontraban banderas, ramos de flores y, por supuesto, ropa interior roja.

Haciendo gala de su buen hacer consiguió complicidad con su público y logró redimirse de la tardanza del espectáculo gracias a sus bailes, sus contoneos, su atención a las mujeres, a las que pidió colaboración para cantar Vivir lo nuestro y a sus grandes éxitos, para terminar cerrando a la una y cuarto con Vivir la vida, dejando buen sabor de boca y la energía en todo lo alto.

Una banda con más de una docena de músicos y el juego de sus miradas cómplice con el público fueron los complementos del espectáculo.