Rey de Málaga
Flashback ·
Hay una cosa que tiene que estar clara: Antonio Banderas no es alcalde de Málaga porque no le apeteceNo recuerdo la primera vez que vi a Antonio Banderas pero estoy seguro de que fue en la tele. Desde entonces, a partir de aquella ... vez primera de la que no me acuerdo, ha aparecido con la misma continuidad con la que lo han hecho otros nombres de mi vida, como el de Pablo Picasso (hubo un momento en Málaga en el que todo era Picasso).
Sin embargo, en los últimos años, el nombre de Antonio Banderas ha ido adquiriendo un empoderamiento singular y que ha ido mucho más allá de lo cinematográfico, extendiéndose en la cultura, la hostelería y lo cofrade, es decir, en las grandes fuerzas vivas de nuestra ciudad.
Hay una cosa que tiene que estar clara: Antonio Banderas no es alcalde de Málaga porque no le apetece, no es aeropuerto porque no le apetece. Ha hecho campaña para el PSOE y luego, desde su proyecto en la manzana del Astoria, que escrita así parece una tentación, ha decidido que jamás volverá a contar con dinero público. Y fue comprensible. No aspirará a ser alcalde, que también tiene que ser un coñazo, pero su figura ha adquirido un toque de embajador o de monarca.
Banderas lleva su procedencia con tal devoción que me hace sentir orgulloso no ya de él, sino del lugar de donde vengo. Un sitio que te tiene toda la vida hipnotizado y que se queda agarrado como un ancla en tu memoria. La ciudad entonces actúa como un imán al corazón, es la unión umbilical de nuestra alma.
En algún momento determinado de mi vida en el que recibía imágenes intermitentes de Antonio Banderas pude pensar que era homosexual. Pasó por ejemplo en las primeras películas de Pedro Almodóvar, lo cual es bueno, porque si hay algo que se le puede pedir a un actor para levantarse y aplaudirlo es que su personalidad se confunda con su personaje. Imaginaba que en aquella España de los 80 lo menos que podías ser era maricón. Luego le vi en un montón de películas de todo tipo, esquivando como un torero la farándula en la que se podía haber metido no ya por el caso de la casa de Encarna Sánchez, sino durante su entrañable unión amorosa con Melanie Griffith. Su romance fue siempre lo más sonado en nuestra ciudad. Qué bueno era encontrártelos en Semana Santa. Banderas se enamoró y de repente todos los malagueños eran novios de Melanie Griffith. 'Armas de mujer' es un peliculón. Nos pareció genial que se quisieran tanto y nos parece mejor que se sigan queriendo por la premisa fundamental de que siempre vas a sentir amor por todo lo que has amado.
Siempre he sido fan de Almodóvar y aunque tengo mis reservas con 'Dolor y gloria' la considero una película que ya es legendaria y que es capaz de estremecer por el trabajo de Banderas: quién le iba a decir a aquel manchego de los ochenta que Antonio Banderas terminaría haciendo de él. Y bordando el papel hasta el punto de que resultara complicado distinguirlos.
Ahora Banderas, después de haber pasado una experiencia nefasta con la administración, de haber hecho suyo parte de El Pimpi y de haber proyectado su casa como una especie de maqueta de la ciudad, abre un teatro tipo Broadway y lo inaugura con un montaje tan digno como 'A Chorus Line', que ya estarán hartos de leerlo, y demuestra que va a volcarse en esto. Un teatro que va a justificar un barrio entero. Están a punto de agotarse todas las entradas disponibles para verle. De los reyes del mambo a rey de Málaga. Protagonista de un acontecimiento decisivo en nuestra ciudad.
Cuando notas lo que siente por Málaga haces como cuando ves a dos personas que se quieren radicalmente y sin frenos: mirarlos con admiración y con algo de compañerismo. Aunque hay cosas que no me gustan nada de esta ciudad, la quiero.
Qué bien nos ha venido que Antonio Banderas sea de aquí. Estoy seguro de que a él también le ha venido bien ser malagueño. Qué chulo resulta saber que este territorio le ha impreso la misma marca en el brazo que a mí, que conservas como el sello de una discoteca a la que sabes que vas a volver.
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