¿Cuánto se ha conseguido y cuánto queda por hacer en el colectivo LGTBIQ?
Boris Izaguirre visita La Térmica para conducir un debate sobre cómo la literatura sirve de ejemplo en este ámbito
cristina pinto
Sábado, 30 de octubre 2021, 00:38
Transformadoras. Ese era el título que se le dio a la tarde de viernes vivida en La Térmica. Todo empezaba con la proyección del documental ' ... Que sirva de ejemplo. La heteronorma en la cultura' de Sofía Castañón y en el que forman parte del reparto Elizabeth Duval, Gloria Fortún, Alana Portero o Darío Gael Blanco, entre otros. Después seguía con el debate 'Literatura que sirve de ejemplo', que estuvo moderado por Boris Izaguirre y en el que participaron los escritores Eduardo Mendicutti y Pol Guasch; la editora Sol Salama y la librera Mili Hernández.
Ellos cinco llegaron para contar y reflexionar sobre ese ejemplo a través de sus vivencias y su propia experiencia desde el colectivo LGTBIQ. Las palabras de Boris Izaguirre hicieron arrancar el gran aplauso de la noche y los «¡Bravo!» del público: «La heterosexualidad no es una sexualidad, es una ideología que obliga a todas las otras sexualidades a explicarse de alguna manera para ser aceptadas o no», introducía el periodista.
«Estoy de acuerdo, es un mandato político a lo que nos teníamos que someter. Yo de pequeño no me veía en el modelo hetero, no me veía siendo padre de familia. Había algo que chirriaba y eso me hizo saber que era gay», respondía Eduardo Mendicutti. Le siguió Mili Hernández, que comparaba su experiencia: «Si Eduardo no se veía capaz de mantener una familia, mi mayor miedo es que me iba a tener que buscar la vida sin un hombre», confesaba.
Después se inició el debate que al final acabaría llenando parte de la casi hora y media de charla en La Térmica. Los años que se llevan luchando por la visibilización del colectivo, lo que se ha conseguido y lo que queda por hacer. Y ahí influían mucho las opiniones según las edades. Así opinaba Pol Guasch: «Soy muy consciente de que habéis luchado, pero esto no ha terminado. Todo está mutando». Sol Salama le apoyaba: «Todo muta y también ahora por estar más visibles hay mucha más violencia».
El debate siguió y Mili Hernández ponía su opinión sobre el escenario de La Térmica: «No podemos negar que no se han conseguido cosas. ¿Queda mucho por hacer? Sí. Pero sigue existiendo porque hay un campo en el que no hemos podido trabajar bien», reflexionaba la librera LGTBIQ. También Boris Izaguirre participaba con otra pregunta: «¿Cuánto hemos conseguido entonces los que llevamos años participando en este activismo?».
Al final comenzaron a retomar el tema por el que habían llegado a La Térmica. «Habíamos venido a hablar de literatura», apuntaba Sol Salama. Y Pol Guasch debatía desde su experiencia como escritor: «Cuando alguien te reivindica o te señala es importante. Y no se trata de utilizar las mismas herramientas, se trata de crear nuevos lenguajes y ahí está el papel de la literatura».
Para cerrar la charla, Boris Izaguirre quiso preguntar a cada uno de ellos que para qué era necesario seguir haciendo lo que hacían en su vida (escribir, editar, librería...). «Para seguir con el problema», contestaba Guasch. «Es necesario para seguir encontrando historias que sean como un consuelo o un bálsamo para los demás», apuntaba la editora Sol Salama. El escritor Eduardo Mendicutti lo trasladaba a lo personal: «Para sacar cabeza, ahora mismo estoy perdido, pienso que todos los chicos jóvenes escriben desde otro punto de vista», confesaba. «Para visibilizar la cultura LGTBIQ», concluía Mili Hernández.
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