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Olvídense de lo que la fotografía representa. Ese 10x15 sobre papel que exhibimos en casa en un marco o esa imagen tamaño carnet que todavía ... nos piden para el DNI son historia. Reciente, pero historia. Y se puede comprobar en la nueva exposición que ha inaugurado el rebautizado Mucac La Coracha en el que la foto adopta los más singulares soportes, del aluminio al terciopelo, pasando por platos, portadas de discos, lienzos, madera, objetos, transparencias y pantallas para convertirse en murales, instalaciones o auténticas esculturas. 'Omnímoda. La fotografía como display' plantea la revolución de las antiguas instantáneas que, en la era de digital y de Instagram, se ha liberado de ataduras y negativos para convertirse en el «territorio principal del arte contemporáneo».
Así lo ve y así lo muestra el comisario de esta exposición, Sema D'Acosta, que ha reunido a 57 artistas nacionales o internacionales vinculados con España para mostrar los múltiples caminos de la fotografía actual y su contaminación de ida y vuelta con otras disciplinas como la pintura, el graffiti, la escultura, el libro o el vídeo. Como exhiben nada más entrar unos platos con retratos que recuerdan aquellos que se pusieron de moda en los 80 en los colegios y que los padres no podían dejar de comprar, y que en manos del rondeño Carlos Aires adquieren en conjunto un aspecto de mural tridimensional. O la propuesta extrema de Miguel Ángel Tornero que en 'Manojo' monta sus fotos sobre estructuras de varios metros que tienen un espectacular sentido escenográfico o escultórico.
«En esta exposición es tan importante el soporte como su iconicidad ya que se intenta explicar lo que está ocurriendo ahora, que no tiene nada que ver con la fotografía del siglo XX», ha explicado este miércoles D'Acosta en la presentación de la temporal que completa la oferta del renovado Mucac La Coracha abierto hace dos semanas en el antiguo Mupam, que se ha unido a los espacios dedicados al arte contemporáneo en Málaga. Así, el comisario de la muestra, que ha estado acompañado de la concejala de Cultura, Mariana Pineda, y el director de la Agencia Pública para la Gestión de la Casa Natal de Pablo Ruiz Picasso y otros Equipamientos Museísticos, Luis Lafuente, ha explicado que el «instante decisivo» del que hablaba Cartier Bresson para definir la fotografía del siglo pasado ha cambiado por completo en la actualidad con la irrupción de Internet.
«La sociedad ha mutado más en estas dos décadas que en los dos siglos anteriores», ha señalado Sema D'Acosta, que pone el acento en el reflejo de esa revolución en la fotografía, cuyo protagonismo se multiplicado en un tiempo en la que ya todo está mediatizado por la imagen y las pantallas. «La fotografía es una pieza clave en el mundo del arte contemporáneo, en el que el audiovisual está cada vez más presente», ha constatado el experto, que también incluye vídeos, como 'Fahrenheit 451' con la firma de Joan Fontcuberta que convierte la quema de libros en imágenes en movimiento.
La continua ruptura de fronteras entre estilos, disciplinas y formatos artísticos con el hilo común de la fotografía es el gran argumento de esta fascinante exposición que mira al futuro, pero mostrando que la experimentación ya es presente en el arte contemporáneo. Como los 'selfies' manipulados de Instagram que ofrece Cecilia de Val o la mezcla de razas, tonos y filtros del muro de la red social de Angelica Dass. «Frente a la fotografía atada al carrete y la ampliadora, la imagen ya puede ser física o digital, mientras que lo conceptual cobra cada vez más importancia», ha explicado el responsable de esta muestra, que recibió el encargo de Marta del Corral, asesora del Área de Cultura, y ha reunido un reparto omnímodo de artistas en el que se abrazan desde autores de noventa años, como Luis Gordillo, que usa la fotografía como base para sus pinturas, al tándem de veinteañeros formado por Cris Bartual y Miquel Ponce, que nos hablan de imagen y naturaleza.
Entre ellos, tenemos más de medio centenar de autores, la mitad mujeres, 22 andaluces y 9 malagueños. «La exposición funciona como como muñecas matrioskas y reivindica lo propio: vamos a mirarnos a nosotros mismos como miramos a los demás», ha argumentado Sema D'Acosta, que completa una amplia nómina de fotógrafos indispensables, como Alberto Feijoo, Pilar Albarracín, Ignasi Aballí, Carmen Calvo, María María Acha-Kutscher, Juan del Junco, Noelia G. Bandera, Bubi Canal, Esther Morcillo, Ángela Cuadra, Jorge Isla, Valle Galera, Miguel Trillo, Juan Uslé, Ofelia García, José Manuel Ballester, Ignasi Aballí, Daniel Canogar, Miren Doiz, Andrés Galeano, David Jiménez, Manuel Franquelo, Isabel Rosado, Moreno & Grau y, el malagueño afincado en Nueva York José Carlos Casado, que en 'My family' exhibe la fotografía-instalación más extensa del montaje. Así sus retratos íntimos en negativos están abiertos al público, el cual no solo puede verlos, sino intervenir y pintar sobre la propia obra. Muestra palpable de que la fotografía ya no es lo que era. Una imagen estética y fija. Más bien, todo lo contrario.
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