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La historiografía artística tradicional considera Málaga como un lugar periférico, fuera de los centros culturales en los que todo sucede. Pero se equivoca. El MUCAC ... La Coracha se estrena en el circuito del arte contemporáneo con el reto de desmontar esa creencia a partir de una relectura del patrimonio municipal. Aunque sin ninguna señalética en el exterior que identifique el espacio («Llegará», dicen), el antiguo Mupam del Paseo de Reding se reconvierte en una de las dos sedes del nuevo museo municipal con tres propuestas iniciales que sientan las bases de lo que quiere ser: un escaparate de la creación malagueña y un lugar comprometido con los objetivos de desarrollo sostenible. La segunda sede, el antiguo CAC ahora llamado Mayoristas, se incorporará a la ruta a mediados de 2026.
El núcleo duro, la justificación de este museo, ocupa las dos plantas centrales llamadas ahora Espacio Uno y Espacio Dos. Es el resultado de una primera revisión de las miles de obras que forman parte de los fondos del Ayuntamiento a través de compras (muchas de ellas del antiguo CAC y otras recientes para este proyecto), donaciones de legados (como la inmensa de Mingorance) o cesiones (como la de Carmen Riera). 'Ayer. Colección 1940-1990' reúne 123 piezas de unos 70 autores, casi la mitad de ellos malagueños, con el objetivo de demostrar que la creación malagueña «va al mismo ritmo que la internacional, siempre influida por el contexto social», apunta Salvador Nadales, comisario de la muestra y asesor del equipo de Mariana Pineda.
Por eso, más que la belleza formal, esta primera exposición quiere ubicar en la historia el arte malagueño y andaluz, combinando obras propias y préstamos. 'El canto de los muertos', una colaboración de Picasso con el poeta Pierre Reverdy, abre el recorrido por ocho secciones salpicadas de «hitos» de la creación más próxima. 'Exilio y surrealismo' incluye una de las últimas adquisiciones municipales, una interesante versión sobre las 'Tres gracias negras' de José Moreno Villa, junto con un préstamo muy singular de este mismo autor: un grafumo sobre papel, una técnica que el malagueño inventó. Hay una pieza de la etapa picassiana de Luis Fernández y otra muy marinera de José Caballero que parece recordar a compañeros en el exilio como Alberti.
La llegada del franquismo borra las vanguardias e impone un realismo academicista que exalta los valores tradicionales, aquí representado por cuadros de Félix Revello de Toro y Manuel Mingorance. A su lado, la primera mujer presente en esta muestra, Carmen Laffón, que con un sencillo bodegón muestra «una resistencia silenciosa al contexto sociopolítico del momento». No hay paridad en esta propuesta, imposible lograrla en un momento histórico en el que la mujer artista era invisible, pero sí hay una evidente intención de darle su espacio a lo largo de toda la exposición, con una presencia destacada de Pepa Caballero, por ejemplo, y con un apartado final que se titula precisamente 'Nuevos lenguajes y prácticas feministas'. Ahí están Marisa González y Paloma Navares, entre otras.
'La Generación de los 50 en Málaga', sin ser un grupo cohesionado, marca el inicio de la modernidad con una serie de autores que rompen el academicismo imperante para recuperar las vanguardias, un movimiento que surgió en la Peña Montmartre -que daría lugar después al Grupo Picasso tras la visita al genio en Cannes- con nombres como Enrique Brinckmann, Stefan Von Reiswitz. Manuel Barbadillo y Gabriel Alberca, «uno de los grandes descubrimientos en la investigación», afirma Nadales. Alberca entiende el arte como una herramienta de crítica política y denuncia social, una postura que comparte con Eugenio Chicano y Manuel Garvayo; y con colectivos como Estampa Popular Sur y Equipo Crónica.
A partir de los años 50, hay dos líneas principales en el arte que se rebela contra los cánones, la línea informalista y la de la abstracción geométrica. «Eso ocurre en España, pero ocurre también en Málaga», puntualiza Nadales. De la primera, destacan aquí Pepa Caballero con una nueva adquisición para los fondos municipales, un préstamo de Miguel Berrocal y un Tàpies en depósito de la colección Carmen Riera. De la segunda, sobresalen Jorge Lindell, Pepe Bornoy y, por supuesto, Manuel Barbadillo. En esta sala centra la atención un conjunto escultórico de Lugán adquirido por el CAC y que nunca antes había sido expuesto.
Subiendo las escaleras, el MUCAC reserva un espacio al Colectivo Palmo exhibiendo uno de sus cuadernos más emblemáticos, 'Cantos de Al Ándalus', junto a una llamativo cuadro con toques escultóricos de Stefan von Reiswitz. Los 80 son los años de la contracultura, de un arte vinculado a las subculturas urbanas y comprometido con su tiempo. Y ahí jugó un papel esencial el Colegio de Arquitectos de Málaga, que ha prestado piezas del colectivo Agustín Pareja School y de Joaquín de Molina que demuestran su espíritu irreverente e innovador. Conviven en esta sala con potentes obras de la colección de Carmen Riera, como la 'Cabra 1' de Miquel Barceló y 'Siete figuras en el balcón' de Juan Muñoz, con una presentación muy escenográfica.
Antes y después de esta exposición, el MUCAC hace su apuesta por la ecología. El Espacio Cero, comisariado por Marta del Corral, se destinará a la Málaga Sostenible, con una primera instalación en el hall de la artista francesa Françoise Vanneraud. 'El peso de la fragilidad' se titula. La última planta propone una singular inmersión en la colección municipal bajo el paraguas de la 'Naturaleza en Resistencia'.
A modo de Gabinete de las Maravillas, el origen de los primeros museos, se exhiben 90 piezas de distintas etapas y estilos. Sin explicación alguna, con una saturación expositiva que impacta, se suceden los paisajes, las vistas del mar, de los pájaros y del campo de artistas de corte clásico como Carlos de Haes y Verdugo Landi; de otros absolutamente contemporáneos como Cristina Iglesias, Evaristo Guerra, Laura Brinkmann y Juan del Junco, y de nombres internacionales como Marina Abramovic y Louise Bourgeois. Una composición que sirve de pequeña muestra de la cantidad de obras que custodia el patrimonio municipal y que aún están por enseñar.
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