CM Málaga reivindica un «museo híbrido» capaz de conectar con el público

Junto a Gómez-Baeza, Lucía Ybarra –también fundadora de YGBART, que desarrolla los contenidos del foro– incidía en la necesidad de favorecer instituciones culturales capaces de adaptarse a nuevos retos. Para ello es importante que cuenten con una «estrategia integral» capaz de «conectar de manera diferenciada con los distintos públicos y sensibilidades». Para Ybarra las instituciones artísticas están llamadas a jugar «un papel importante» en el «proceso de restauración social y económica» abierto tras los momentos más duros de la pandemia.

Una incertidumbre que no ha podido con CM Málaga Cities & Museums, que ayer abría sus puertas después de su aplazamiento el año pasado por la situación sanitaria y que durante estos meses ha mantenido el pulso del proyecto a través de una decena de encuentros telemáticos. Así, la cita está organizada por FYCMA (Palacio de Ferias y Congresos de Málaga), la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía y SUR. El Ministerio de Cultura y Deporte, el Ayuntamiento de Málaga a través de las delegaciones de Cultura y Deporte, y Turismo y Promoción de la Ciudad; la Diputación de Málaga, y Acción Cultural Española participan como 'partners' institucionales. Gnoss es 'partner' tecnológico. Fundación La Caixa, Eulen Art y Fundación Unicaja actúan a su vez como 'partners'. Entre los asistentes a la jornada inaugural figuraron el director general de la Fundación Unicaja, Sergio Corral, y el director territorial de CaixaBank en Andalucía Oriental, Juan Ignacio Zafra.

Son colaboradores la Asociación Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, Asociación de Museólogos y Museógrafos de Andalucía, la Asociación Española de Museólogos, Ambassade de France en Espagne, British Council, la Cámara de Comercio de Perú en España, Elektrart, Factoría de Arte y Desarrollo, la Federación Española de Amigos de los Museos, Finnova, Fundación Málaga Más Cultura, Futura Vive, Jing Culture & Commerce, Málaga TechPark, el Polo Nacional de Contenidos Digitales, Red de Museos y Estrategias Digitales, Tourism Data Driven Solutions, la Universidad de Málaga e YGBART Advising and Management.

Las intervenciones de Ybarra y Gómez-Baeza daban paso a un primer foro titulado 'Mejores prácticas y estrategias'. En todas las ponencias se ponía sobre la mesa la necesaria combinación entre lo presencial y lo digital para afianzar las audiencias y los modos de compartir sus propuestas. Así, el director de Públicos y Digital del Grand Palais, Vincent Poussou, reflexionaba sobre la importancia de captar la atención de los públicos, en especial, de los usuarios más jóvenes. Y las redes sociales juegan aquí un papel importante. Un horizonte parecido trazaba la responsable de Marketing Digital del Rijksmuseum, Marijke Smallegance, antes de defender la estrategia de «menos es más» en la web: «A veces si ponemos demasiado contenido, no funciona». Como defendía la directora del Museo de Málaga, María Morente, la institución museo «sigue siendo prestigiosa, pero debe sorprendernos».

Porque la transformación digital de los museos resulta una evidencia, pero la mera digitalización no basta para llegar al público. «No creo en esa canibalización de lo digital sobre lo presencial en los museos. La relación cercana con la obra original ofrece una emoción exclusiva», defendió Catherine Guillou, directora de públicos del Centre Pompidou París. El cambio, en su opinión, está en ser más «más performativos, más participativos, educativos, sociales y comprometidos».

Y todo eso lo pondrán en práctica en breve, cuando el museo cierre sus puertas a finales de 2023 para acometer unas profundas obras de mejora. La línea ya está trazada y lo demostró con una imagen: un cuadro de Picasso expuesto en un supermercado a las afueras de París: «¿No es esta la interacción fluida que queremos con el público y la sociedad?».

También Gerfried Stocker, director de Ars Electronica Center, animó a sacar las exposiciones de arte a los centros comerciales para buscar al público. Para Stocker, responsable de un museo donde todo gira en torno a la cultura digital, el gran aprendizaje que deja la pandemia no es que haya que introducir a toda costa la digitalización en el museo, la verdadera transformación está en la creación «de una nueva relación entre consumidores de contenidos y los proveedores de contenidos».

Pero en el Guggenheim Bilbao han comprobado de primera mano lo difícil que resulta hacer llegar las nuevas herramientas al público. Diego Cenzano, director técnico de transformación digital, explicó el innovador proyecto llevado a cabo con la artista Jenny Holzer a través deuna 'app' que añadía un plus a la experiencia física: «Quizás pueda llegar a públicos más jóvenes, pero ahora mismo conseguimos que el 9% de visitantes la descargue». En su opinión, es crucial buscar la manera de que la ejecución de la tecnología sea «lo más liviana posible».

La primera jornada de CM Málaga finalizaba con una demostración práctica de los 'nuevos medios' que ofrecen los museos a través de experiencias como la del Picasso Málaga con su Más Museo Picasso, un proyecto «social y crítico», en palabras del director de la entidad, José Lebrero. En 2014, la pinacoteca creó una plataforma 'on line' que recopila a modo de archivo los programas de arte e inclusión social puestos en marcha en España en los últimos 20 años. Hoy es la mayor herramienta de consulta de esta temática.

Ese mismo afán de acercar la cultura a otros públicos es lo que motivó la creación de 'Simphony: un viaje al corazón de la música', la iniciativa detallada ayer por Nuria Oller, de la Fundación la Caixa. Este proyecto inmersivo –que pasó por Málaga– convierte al usuario en un músico una orquesta sinfónica dirigida por Gustavo Dudamel a través de la realidad virtual con una película a 360º y sillas que vibran al ritmo de la música.

Ambas son propuestas prepandemia, pero es indudable que el también coronavirus supuso un revulsivo para que muchas instituciones abrieran nuevos diálogos con sus audiencias. Sucedió en la Fundació Joan Miró y en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, donde la fuerte apuesta por lo digital durante el confinamiento les hizo entablar unos lazos con su comunidad que aún perduran.