Moisés Salama estrena 'No sea tu falta': «Es la película en la que más me he desnudado»
El cineasta y miembro del comité de dirección del Festival de Málaga presenta este viernes en el Albéniz el filme, en el que habla de sus orígenes, la identidad y la familia
Es de los imprescindibles del Festival de Málaga. Y no porque haga películas, que las hace, sino porque forma parte del comité de dirección y ... de selección que desde hace décadas elige los largometrajes que aspiran a la Biznaga de Oro. Pero Moisés Salama (Melilla, 1953) tiene doble vida. O triple… o múltiple como queda claro en su último documental, 'No sea tu falta', en el que explora, desde sus orígenes melillenses y judíos, la necesidad de la memoria, la búsqueda de la identidad y la huella de la familia. Un documental en primera persona en el que también asoma Málaga, su «segunda casa», y en el que el director y protagonista abre su vida y sus sentimientos en canal. «Es la película en la que más me he desnudado», asegura a SUR el director que presenta este viernes el filme en el Albéniz (19 horas).

«La idea del documental me surgió en mis últimos viajes a Melilla en los que veía la casa vacía en la que nacieron mis abuelos, mientras que en la ciudad ya no me reconocía», cuenta Salama que, a partir de ese sentimiento de pérdida, construye una película sobre la búsqueda de las raíces en la que implica a toda su familia -hermanos, parejas, nietos y sobrinos- y en el que la nostalgia viaja del pasado al presente continuamente, dejando cada vez más paso a la emoción. Una relato que solo podía contar convirtiéndose él mismo en personaje de su película. «El motor ha sido contar mi vida y mis orígenes, así que hay algo de ajuste de cuentas porque con los años uno mira hacia atrás y no puede evitar reflexionar sobre su identidad y, más en mi caso, que vengo de una familia judía», asegura el cineasta.
Esa herencia religiosa también recorre el filme, aunque su autor nunca haya sido prácticamente. «Nunca estuve del todo cómodo por ser judío, porque para mí significaba ser muy religioso, pero con el tiempo entendí que también es una cultura, una herencia gastronómica o, lo más esencial que decía mi madre, el judaísmo significa hacer el bien a los demás, por lo que, con lo que está pasando en Israel, ser un buen judío no es aplaudir a Netanyahu», asegura Moisés Salama que, como en el documental, también saca su espíritu autocrítico para hablar del pasado y del presente.
Así, 'No sea tu falta' -un dicho sefardí del Norte de África que se refiere a echar de menos a una persona- también es un retrato de la Melilla del tardofranquismo y la transición, y de las aspiraciones fallidas de aquella sociedad. «La ciudad es una gran desconocida y su potencial es enorme. Cuando éramos jóvenes, aspiraba a tener una universidad euroárabe con la fusión de judíos, cristianos y árabes, pero eso ya solo es un lema político que no es real porque como cuentan algunos de los personajes del documental, en estos tiempos tan radicalizados, la comunidad judía se ha cerrado. Yo mismo no la recuerdo así, al igual que la musulmana; jamás vi un burka en Melilla como ocurre hoy», asegura Salama que puntualiza que en la ciudad autónoma hay una «coexistencia pacífica», pero ya no existe una «convivencia real».
Dos almas
En el documental tienen especial protagonismo la madre y el hermano del director, Sol y Falo, personajes como Moisés con inquietud artística, aunque el destino de la familia fuera esa empresa consignataria de buques que funciona desde 1870 y que ahora, en decadencia como la propia Melilla comercial afectada por el cierre de la frontera con Marruecos, su gestión ha recaído en el propio cineasta. Dos almas, la vocacional y la familiar, que han coincidido en este documental que tira de abundantes grabaciones de juventud del propio director y que supone el capítulo final de una trilogía que arrancó con 'Melillenses' (2004), dedicada a la ciudad, y continuó con 'Una historia personal' (2005), tras la muerte de su padre.

Vistos en perspectiva, parece que Salama lleva toda la vida haciendo y revisando la misma película. «He cerrado un ciclo», reconoce el también responsable de 'La memoria del cine: una película sobre Fernando Méndez-Leite' (2023) y 'Caballo de viento (2017)'. Esa vena artística de la familia también la ha heredado la siguiente generación, como sobrina Sol Salama, fundadora de la editorial Tránsito, y su hija Violeta Salama, también cineasta y que debutó en la ficción con 'Alegría', ambientada precisamente en ese mundo de las tres religiones de Melilla que también a ella le marcó.

No obstante, ya no queda nadie de la familia en la ciudad española del Norte de África, que Moisés Salama guarda en su memoria con viento de poniente. Ahora vive en El Palo, al otro lado del mismo mar que baña su documental y sus recuerdos. «Málaga es como Melilla, muy acogedora, tenemos caracteres parecidos», apunta este paleño adoptivo que también expresa una sensación cada vez más común entre los vecinos de la capital: «Cuando voy al centro ya no me reconozco. No sé qué futuro tiene Málaga, pero esta ciudad de moda y en continuo crecimiento debería repensar que también tiene que incluir a los malagueños». No es mal argumento para un documental.
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