Koldo Serra: «'La Casa de Papel' se ha convertido en un fenómeno de la cultura popular»

Koldo Serra se ha hecho cargo de varios capítulos de la tercera y la cuarta temporada de 'La casa de papel', un fenómeno que ha superado sus expectativas y que le ha hecho sentir mucha responsabilidad. Sobre eso (y otros conceptos), charla a través del teléfono en las previas a su aterrizaje en la Costa del Sol.

–Ahora mismo está en un descanso de un rodaje. ¿Puede dar alguna pista de lo que está haciendo?

–Es el primer proyecto propio de la plataforma de productos a la carta de Orange, una serie de terror. Estamos rodando en el norte y la historia tiene el formato de 'material encontrado', lo que ve el espectador es lo que hay en los teléfonos de cinco jóvenes que desaparecen mientras hacen el Camino de Santiago. Y ya no puedo contar más [ríe].

–Últimamente dirige muchos proyectos para televisión...

–Estamos viviendo un momento en el que el auge de las plataformas de pago está generando una gran cantidad de material, eso genera muchos rodajes que antes no ocurrían. Antes era muy difícil, pero ahora es aún mas complicado hacer una película porque todo el mundo está en el 'momento series', 'video on demand' (video bajo demanda), y estas plataformas necesitan contenido propio. Pero ojo, que yo lo digo encantado, me gusta rodar ficción, sea para la pantalla que sea, grande o pequeña.

–'La casa de papel' es uno de esos productos televisivos que le han tenido ocupado. ¿Se esperaban el impacto que ha tenido?

–No me lo esperaba, creo que ni yo ni nadie. Va más allá de un título, 'La casa de papel' se ha convertido en un fenómeno popular, ha trascendido a algo más. Vemos manifestaciones en Chile con gente vestida de la casa de papel, también a algún jugador de la NBA disfrazado con el mono rojo de los personajes en Halloween. Voy a cualquier parte del mundo y me preguntan por eso, por la serie, presente lo que presente. Me siento feliz de que el resultado de un trabajo de unos profesionales españoles sea reconocido en todo el mundo.

–Es inevitable pedirle que comparta alguna experiencia vivida en los rodajes...

–Hay que tener en cuenta que he entrado al proyecto para la tercera y cuarta temporada, me pidieron participar en el primer bloque pero no pude. La serie ya estaba consolidada, y lo que más he disfrutado es poder trabajar con muchos medios y hacerla con la mentalidad de que va a ser vista en todo el mundo. No trabajas con la idea de un canal, un día de la semana o una hora de emisión. Es un producto que se va a ver en todo el mundo y sin ventana de horario. En eso hay una gran responsabilidad, porque estás haciendo un trabajo con mucha proyección. Pero, a cambio, tienes a mano todos los juguetes que necesites. Hasta que he llegado a 'La Casa de papel' no me había subido a un 'watertank', o a un helicóptero, o cortado Gran Vía para rodar. Fuimos a Londres al tanque de la escena subacuática en los estudios de Pinewood, donde se ruedan muchas escenas de James Bond. Te ves en una superproducción, como director es un sueño que te toque dirigir algo como 'La casa de papel', porque es jugar, divertirse, estar en la Champions.

–Volviendo al cine: ¿cuánto habrá que esperar para volver a ver un largometraje suyo?

–Ojalá no tarde demasiado tiempo, disfruto mucho haciendo cine. Pero ahora mismo no hay tanta gente queriendo hacer películas. Supongo que todo esto se estabilizará en algún momento y habrá ganas de hacer más.

–¿No le da miedo encasillarse, o que le encasillen, en el formato televisivo?

–Al final todo son rodajes, producciones audiovisuales. Los profesionales lo que queramos es contar historias… ¿me gustaría hacer más cosas para la pantalla grande?, sí, pero el publico demanda series en casa. Bendito sea que estos canales están produciendo películas cinematográficas como 'The Irishman' de Martin Scorsese, que de otra manera no habrían llegado a hacerse. Yo siempre preferiré ir a una sala de cine, soy de esos románticos porque la relación con el producto es muy diferente, en casa lo paramos, miramos el puñetero WhatsApp o nos ponemos a hacer la cena, y gracias a Dios en el cine eso generalmente no pasa. La magia de la sala no se da en casa por mucho que nos propongamos estar atentos a la película al cien por cien.