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Los actores Belén Cuesta, Vicente Vergara (d) y Antonio de la Torre EFE
Antonio de la Torre presenta en el Festival de San Sebastián 'La trinchera infinita'

Antonio de la Torre, 'el rey Midas' del cine español

El intérprete se encuentra en el Festival de San Sebastián promocionando 'La trinchera infinita'

AFP

SAN SEBASTIÁN

Domingo, 22 de septiembre 2019, 18:30

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Está en todas partes, y allí donde actúa, llueven los premios. El actor español Antonio de la Torre pasa por su mejor momento, gracias a su talento, la «suerte», y los directores: «de cada uno te puedo decir que he aprendido cosas flipantes». El intérprete se encuentra en el Festival de San Sebastián promocionando 'La trinchera infinita'.

Encarna a Higinio, un campesino de izquierda que se encierra 33 años en su casa para huir de la represión franquista, desde el inicio de la Guerra Civil en 1936 hasta la amnistía decretada en 1969. «Un hombre que sobrevive», y que el espectador verá como un héroe o un cobarde, tal como resume.

La cinta es un capítulo más en la prolífica carrera de este actor malagueño de 51 años, que en la última década se ha convertido en uno de los rostros más populares y exitosos del cine español. «La vida me ha sonreído», dice en una entrevista con la AFP este hombre de ojos azules y risa contagiosa, convencido de que «los proyectos te eligen a ti».

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Su último gran éxito se lo debe a su papel de político corrupto en 'El Reino', recientemente estrenada en Francia, un país donde por cierto dice que le «encantaría rodar». Con ella ganó este año el Goya al mejor actor protagonista, en una gala en que la película se llevó siete estatuillas. Entre ellas, la de mejor dirección para Rodrigo Sorogoyen, con quien De la Torre ya trabajó en el thriller policíaco 'Que Dios nos perdone' (2016).

En «'Que Dios nos perdone' soy yo, entre comillas, el que le está haciendo el favor a él, que es un chaval joven que está intentando levantar una película con un casting pintón». Pero en El Reino «es él el que me hace el favor a mí, de darme un papelón». Asegura Antonio de la Torre que de todos los directores que han pasado por su carrera ha aprendido «cosas flipantes».

Empezando por Daniel Sánchez Arévalo, con el que trabajó en cuatro filmes cuando todavía era periodista en Canal Sur, la radiotelevisión andaluza, y se preguntaba aquello de «¿'podré yo algún día vivir de ser actor?'». «Cuando hizo AzulOscuroCasiNegro (2006) me dijo: 'yo creo que nadie ha escrito un papel a la altura de tu talento, y yo lo voy a hacer'. De hecho, al personaje lo llamó Antonio, y ese personaje ganó un goya (al mejor actor secundario) y cambió mi carrera», recuerda.

Aunque quien más lo ha impresionado tal vez ha sido Álex de la Iglesia, con quien actuó de secundario en 'Muertos de risa' (1999) o 'La comunidad' (2000), antes de protagonizar 'Balada triste de trompeta' diez años más tarde. Esta comedia negra recibió dos premios en la Mostra de Venecia de 2010, con Quentin Tarantino de director del jurado. Álex «es el puto capitán del barco; él es el último en bajarse del Titanic», dice Antonio de la Torre con una sonrisa generosa. «Lo ves como un animal, en medio, y hay algo ahí que te contagia. Eso me encantaba, esa pasión, esa entrega, eso me fascina de él», cuenta recordando el rodaje de 'Balada triste de trompeta', donde en una escena memorable lo suben desnudo a un elefante, en pleno Madrid y a seis grados bajo cero.

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A los éxitos con Daniel Sánchez Arévalo y De la Iglesia se añaden otros como el de «Tarde para la ira» (2016), el primer largometraje del actor Raúl Arévalo, con el que había trabajado dos años antes en 'La isla mínima'. «Yo sabía que [Raúl Arévalo] podía ser un buen director de actores, pero cuando me ofreció 'Tarde para la ira', no pensé que ésa iba a ser la ganadora del Goya a la mejor película», en 2017.

Igualmente, en los últimos años interpretó el cautiverio del ex presidente uruguayo Pepe Mujica en 'La noche de 12 años', de Álvaro Brechner (Goya al mejor guión adaptado), y apareció de secundario como un áspero profesor de escritura creativa en 'El autor', premio FIPRESCI en el Festival de Toronto para su director Manuel Martín Cuenca, y Goya al mejor actor para Javier Gutiérrez. Antonio de la Torre ha acumulado 13 nominaciones en los Goya, aunque sólo ha obtenido dos galardones. Una circunstancia que algunos verían como una injusticia, pero a la que él le quita hierro, pues eso de los premios «es un tema subjetivo».

Un «topo» escondido 30 años para evadir el franquismo

El agobio de un «topo» encerrado en una casa más de 30 años para evadir las represalias del franquismo, una película de un grupo de cineastas vascos, concentró este domingo la atención en el Festival de San Sebastián.

Dirigida por Aitor Arregi, Jon Garaño y Jose Mari Goenaga, «La trinchera infinita» es una de las apuestas más fuertes del cine español en esta 67ª edición del festival donostiarra.

Compite en la Sección Oficial con otros 16 filmes de diversos países, incluidos México, Chile y Brasil, para alzarse con la Concha de Oro a mejor película, que se entregará en la gala de cierre el próximo sábado.

Filmada en interiores de madera por momentos asfixiante desde el punto de vista del «topo», nombre dado a estas personas que se refugiaron en sus viviendas para evadir la captura durante la dictadura franquista (1939-1975), cuenta con la sólida actuación de Antonio de la Torre, que transmite el agobio de su personaje.

Apenas comenzada la Guerra Civil en 1936, Higinio intenta huir de su pueblo en Andalucía, sin éxito, por lo que se esconde en un agujero en la cocina de su casa, donde es ayudado por su esposa Rosa (Belén Cuesta), que debe fingir que ignora su paradero.

Con Higinio siempre escondido, la historia discurre durante 33 años, en los que la pareja cambia de casa y tiene un hijo, que se hace pasar por sobrino para evitar sospechas. Hasta que, tras una amnistía en España en 1969, el hombre debe decidir si vence el miedo y pone un pie en la calle.

«La premisa fue no salirnos de ese encierro y ver 30 años de historia de un matrimonio, de un país, (...) y ver cómo ese encierro y ese miedo va condicionando a estos personajes y su relación», explicó en rueda de prensa Jose Mari Goenaga.

«Pretende ser una alegoría sobre el miedo, es lo que más nos atrajo. Todos tenemos miedo a algo, es muy universal, miedo a dar el paso, en definitiva», señaló Jon Garaño, quien junto a Goenaga y Aitor Arregi han estado tras las cámaras de películas como «Loreak» y «Handia» (ganadora de 10 premios Goya).

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