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Del rey beat al príncipe maquiavélico. Jack Kerouac y César Borgia

Tal día como hoy nacía Jack Kerouac, abanderado de la Generación Beat junto a Burroughs y Ginsberg, y moría, o César o Nada, César Borgia, figura que inspiraría el Príncipe de Maquiavelo

maría teresa lezcano

Domingo, 12 de marzo 2017, 00:11

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Tal día como hoy nacía Jack Kerouac, abanderado de la Generación Beat junto a Burroughs y Ginsberg, y moría, o César o Nada, César Borgia, figura que inspiraría el Príncipe de Maquiavelo.

Jack Kerouac. Del 12-3-1922 al 21-10-1969

El doce de marzo de 1922 nacía en Lowell, Massachussets, Jean Louis Kiruac, descendiente de los Kiruac de Quebec cuyo apellido se norteamericanizaría en Kerouac mucho antes de que Jack abanderara la Generación Beat junto a William S. Burroughs y Allen Ginsberg. Cuando el pequeño Jack acababa de soplar sus primeras cuatro velas cumpleañeras, su hermano mayor, Gerard, de nueve años, murió de unas fiebres reumáticas, ante cuya tragedia la madre se refugió en la religión, el padre en el Bourbon y Jack en cualquier rincón donde pudiera librarse del rosario materno y de los paternos sopapos bourbónicos a lo Four Roses, pies para qué os quiero o, como dirían en Massachussets, run, baby, run. Y ya que estaba corriendo, Jack Kerouac se hizo corredor de fútbol americano hasta que se rompió una pierna y se unió, primero a la Marina Mercante y después a la Marina de los Estados Unidos, aunque en esta última sólo sirvió ocho días ya que, tras ir a la enfermería en busca de una aspirina para combatir una cefalea le comunicaron que estaba demasiado zumbado hasta para ser marine, aunque lo eufemizaron un poco con un diagnóstico de personalidad esquizoide, y lo invitaron amablemente a que se pusiera On The Road, orden que acató literalmente el ya ex marine, rastreando por Norteamérica y México las huellas de la inspiración en beat, de la depresión en accésit y del alcoholismo maltés, no como el halcón de Dashiell Hammett de Malta, isla, sino de malta, cereal, que tras ser fermentado y envejecido en barriles, bebió hasta convertir su hígado de 47 años en una reproducción cirrótica de la famosa Ruta 66, también conocida como The Mother Road e incluso según algunos como The Mother Fucker Road... Here we go.

César Borgia. Del 13-9-1475 al 12-3-1507

Cuatrocientos quince años antes del nacimiento de Jack Kerouac, moría en la Viana española el César o la Nada, es decir César Borgia, hijo naturalmente natural del papa Alejandro VI y de una patricia romana. César, que había sido en principio destinado por su papá papa a la vida eclesiástica mientras a su hermano mayor le nombraban capitán general de los ejércitos pontificios, andaba bastante enfurruñado porque él no quería ser cura sino militar, cuando el oportuno asesinato del primogénito le despejó el camino hacia la capitanía general del Vaticano. No faltaron los rumores que, añadidos a los incestuosos relacionados con la sorella Lucrecia, asociaron al hermano menor con el afiambramiento de Juan pero, como todo quedaba en casa, los romanos miraron hacia otro lado y César hacia Milán y Nápoles, que conquistó de colegueo con el rey francés Luis XII, mientras iba sumando en su currículum nobiliario los Ducados de Valentinois, Romaña, Urbino y Camerino, se emblemaba y enlemaba en su célebre O César o nada, contrataba a Leonardo da Vinci para que le inventara algún artefacto bélico susceptible de desmembrar al mayor número de enemigos en el menor tiempo posible y, entre campaña bélica y conquista territorial, ejercía de mecenas de Miguel Angel, Tiziano y El Bosco, además del propio Da Vinci que estaba ya hasta los óleos inferiores de inventar armas y reclamaba vitrubiamente arte silencioso. Y cuando todo le iba tan bien al signore Borgia va y se le muere el papá papa y el nuevo pontífice primero lo encarcela y después lo destierra a España donde los Reyes Católicos, que no sabían qué hacer con él, lo vuelven a encarcelar. Cada vez menos César y cada vez más Nada, Borgia se evade disfrazado de mercader de grano pero no tarda en ser desgranado en una emboscada donde los hombres católicos de los reyes ídem le lanzan, ya Nada y nunca más César, por un precipicio de nombre Barranca Salada, y si te he visto, César, no me acuerdo Nada, aunque Maquiavelo, que aún no era maquiavélico sino sólo Nicolás, perfilaría su Príncipe con los contornos borgianos de César antes de ser Nada. Questo è tutto.

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