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En su etapa más polémica, Cela disfrutó de las fiestas marbellíes y presidió la Academia Gastronómica.

Sus visitas a Marbella y las siestas «con pijama, padrenuestro y orinal»

Alberto Gómez

Lunes, 25 de enero 2016, 00:24

Tras recibir el Nobel en 1989, Cela vivió su etapa personal más convulsa. Un divorcio tempestuoso, la posterior contienda familiar y un segundo matrimonio con ... la periodista Marina Castaño convirtieron la biografía del autor de Viaje a la Alcarria en carne de prensa rosa. Comenzó a prodigarse por la Marbella hedonista de la década de los noventa, aunque años antes había impulsado la fundación de la Academia Gastronómica, nacida al fuego del restaurante Siete Puertas y de la marisquería Santiago, donde Cela disfrutaba de una de sus grandes pasiones: un buen almuerzo que siempre recomendaba continuar con una siesta «con pijama, padrenuestro y orinal». «Es el yoga ibérico», decía.

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