La Casa Natal lidia con el minotauro picassiano

Si se marcaran en un mapa todos los itinerarios que he recorrido y se unieran en una línea, ¿no aparecería quizá un minotauro. La frase de Pablo Ruiz Picasso da la bienvenida al visitante y su eco se expande casi como ese mapa al que se refiere. Una brújula para marcar el camino por una exposición planteada como un juego de espejos donde el autor se desdobla en uno de sus iconos predilectos: el minotauro.

Con esa figura mitológica, alter ego recurrente de Picasso, lidian la Casa Natal y la Fundación Juan March en el proyecto inaugurado esta mañana en la sala de exposiciones de la institución malagueña. Una exhibición que ofrece una de las piezas esenciales en la producción del artista malagueño: 'La Minotauromaquia' (1935). Es al mundo del grabado en Picasso lo que el 'Guernica' es a la pintura, ha remachado el director de la Fundación Picasso-Museo Casa Natal, José María Luna, quien ha reivindicado que la muestra programada hasta el próximo 28 de septiembre es fruto de la intensa y creciente colaboración de la entidad municipal con la Fundación Juan March.

Dicotomía entre pureza y dureza

La pulsión entre lo racional y lo irracional, la dicotomía entre pureza y dureza. Claves para adentrarse en escenas donde el minotauro convive con niños y palomas, con mujeres a las que unas veces acaricia y otras somete. Un proceso de creación y de concepción complejo en el imaginario picassiano, como ha recordado esta mañana Luna.

Además, el director de la Casa Natal ha recordado que el montaje parte del visto el año pasado en la sede madrileña de la Fundación Juan March a partir de los fondos conservados en la institución balear, ahora enriquecidos con aportaciones de la Casa Natal.