

Secciones
Servicios
Destacamos
Mery Carmona
Viernes, 24 de enero 2025, 17:07
Los alumnos de la universidad de Málaga, por una razón o por otra, recorren sus pasillos con un objetivo claro: alcanzar el número de créditos de la titulación. La diferencia entre hacerlo de una manera o de otra la marca algo evidente, y es que la vocación, cuando se tiene, no se puede esconder. Es una inspiración divina, son ganas de saber más, es la necesidad de preguntar e interrumpir todo el rato al profesor para asentar una gran galería de conocimiento en tu cabeza.
Esas ganas y ese profundo amor hacia una profesión es lo que yergue con cimientos estables la trayectoria de un buen estudiante. Pero, no nos equivoquemos, ese amor se puede descubrir con el paso de los años, se puede regar a diario y se puede cultivar. A veces no es la primera opción, y en otras ocasiones hace falta probarlas todas. Claudia Díaz, estudiante de Marketing e Investigación de Mercados ha empezado su segunda carrera este año con la esperanza de que sea la opción definitiva. No obstante, no cierra puertas y reconoce que a los dieciocho años «se saben muy pocas cosas». No es la única en esta situación, ya que el cambio lo ha efectuado desde Economía y Administración de Empresas en compañía de otra chica de su misma clase. «Desde un principio no sabía que hacer, siempre he tenido ideas en la mente, pero nunca lo he tenido claro», comenta a medida que relata su salto de la rama sanitaria a la económica, para finalmente centrarse en una versión más ligada al trato humano.
Alba Martinez, estudiante de quinto año de Medicina.
Se trata de ayudar y de salvar vidas
Paula Ramirez, Alba Martinez y Claudia Ruíz no se conocen, pero las tres sienten la vocación de la misma manera. Especial, profunda, con admiración. Cuando hablan sobre el tema, la cara se les ilumina. Paula, estudiante de enfermería de primer año, siempre tuvo claro que le encantaba el trato con las personas. Por otro lado, Alba, estudiante de quinto año de Medicina, sabía que al acabar la carrera iba a poder ser de gran ayuda en el mundo sanitario. Claudia, estudiante de Criminología, no sabe muy bien qué le deparará el futuro, pero sabe que entre sus deseos está la reinserción social de personas que hayan delinquido desde la rama de la Psicología.
«Hay muchos profesores que le meten ganas a las asignaturas», afirma Alba para justificar las bonitas palabras que le dedica a su profesión. No le costó entrar en Medicina, parecía que el destino lo tenía todo preparado para ella. Reconoce, que a pesar de tener vocación, lo más importante del proceso es saber que hay que seguir hacia delante aunque haya momentos de vacile o titubeo. «Aprendes mucho del cuerpo humano y de la sociedad», algo que deja caer cuando explica que sus profesores tienen una forma muy peculiar y bonita de darle color a su paso por la universidad.
«A medida que he ido estudiando, me he dado cuenta de que mi vocación no era ser policía», unas palabras que a Claudia le cuestan, pero que al final parecen tornarse en su favor. No sabe qué tren será el que la lleve a su destino final, pero sí sabe que en la parada hay ciertas señales sobre Psicología. Cuando se le pregunta por una segunda carrera, se le escapa una risa y lo duda, aceptando que esa parte aún está por decidir.
Un camino certero de sueños
Ángela Padilla comparte clase con Claudia Ruiz, y sabe a la perfección que su camino está bien definido. Estudiar la carrera de Criminología la llevará a una meta segura: convertirse en integrante del cuerpo de policía nacional. Para ella, la vocación ha sido muy importante ya que el puesto de inspectora de policía lo tenía claro antes de entrar a la carrera, una decisión que no era para menos.
Al igual que Sonia Ortega, estudiante de Ingeniería en Diseño Industrial y Desarrollo del Producto, que sabía que quería algo que tuviese diseño gráfico en las aulas. Aún así, declara que le habrían gustado más peso práctico en las asignaturas, algo que no le quita la ilusión al admitir que entró en la carrera por vocación.
Los alumnos de la Universidad de Málaga ofrecen una visión muy dulce de la entrada a los estudios superiores, defendiendo la vocación incluso cuando han necesitado cambiar de carrera para descubrirla. Con la esperanza de descubrir a futuros compañeros que entren a las aulas y las descubran con la misma ilusión con la que ellas lo hicieron, todas abordan el tema con una sonrisa en la cara.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.