«¿Por qué dan tanto miedo nuestras tetas?»

¿Qué sería de la historia del mundo, de los países, de los movimientos sociales del feminismo, sin la lucha insaciable de numerosas mujeres para obtener la ansiada igualdad? Pese a que la lucha feminista no se inició formalmente hasta finales del siglo XVII, fueron muchas artistas que, a lo largo de la historia, se cuestionaron a través de sus obras el rol que la sociedad les había impuesto y desafiaron las convenciones de su época. Sin embargo, a todas estas mujeres que pusieron las primeras piedras de la lucha no se las incluye dentro de ninguna ola feminista, ya que o bien realizaron sus aportaciones de manera individual y sin conciencia de estar luchando en una causa colectiva, o bien por qué sus obras no han llegado al éxito por el simple hecho de ser mujeres en un sector donde el género masculino lleva la batuta.

Por este motivo, Pepa Cano ha decidido realizarle un tributo a todas las mujeres «que han sido las verdaderas rebeldes, ya que han tenido que luchar contra sus maridos y con el sistema. Todo esto llevando la casa adelante a la par que realizaban los trabajos de campo que le permitían llevar comida a sus casas», asegura la autora. Además, denuncia que «ahora no somos conscientes de todo lo que han pasado para llegar al punto en el que estamos actualmente». Por eso es crucial visibilizar la labor de las mujeres que han tenido la valentía de alzar su voz con el objetivo de denunciar la opresión que estaban sufriendo.

La exposición tiene dos objetivos claros: realizar un homenaje a la importancia del pecho femenino y a la reivindicación de artistas andaluzas del mundo del flamenco o de la pintura olvidadas por la historia. Para ello, la artista jienense se vale de la abstracción artística representando con círculos concéntricos los pechos «a partir de mil y un tejidos y elementos del hogar al que tradicionalmente ha estado relegada la figura femenina», denuncia Cano.

La autora selecciona meticulosamente las telas y los objetos para componer el pezón y la areola otorgando a cada pieza un carácter único como representación de la singularidad de la artista homenajeada, a la par que traslada la idea de homogeneidad del grupo como reivindicación del papel de la mujer andaluza en la sociedad y en el ámbito del arte y la cultura de los siglos XIX y XX, tantas veces desprestigiado.

«Es curioso que las mujeres únicamente representan el 27% del catálogo de las galerías en el Arte Moderno, pero el 85% de los desnudos son femeninos», declara la profesora de Bellas Artes. El desnudo femenino también forma parte del repertorio que se realiza actualmente del arte contemporáneo, y su representación, sin lugar a dudas, ha evolucionado significativamente desde el pasado artístico. La representación del cuerpo desnudo de la mujer se utiliza como medio para cuestionar y explorar temas sociales y políticos, incluyendo la sexualidad, la identidad de género y por supuesto la desigualdad existente. Entonces, «¿por qué dan tanto miedo nuestras tetas?», cuestiona la artífice emulando la letra de la canción de Rigoberta Bandini.

A pesar de estar en pleno siglo XXI y de los aparentes avances en el mundo del arte, esta exposición de la profesora de Bellas Artes de la UMA no está exenta de críticas y debates. «Me ha pasado que cuando los hombres leen el nombre de mi exposición se piensan que van a ver tetas como las de la realidad. Cuando me preguntan siempre les digo lo mismo, que yo hago interpretaciones abstractas contemporáneas de lo que yo pienso que es un seno. Y, eso no les suele gustar», afirma la artista. Además asegura que el correo que ha recibido toda la comunidad universitaria anunciando su presentación ha sido lo más comentado de la semana.

La censura de los pechos femeninos, pero no masculinos, de plataformas digitales como Instagram, Twitter y Facebook, aglutina millones de quejas, entre las que se encuentra la de Pepa Cano. La artista tiene que cambiar el nombre de su creación por la palabra «lolas» ya que los términos que aluden a los pechos de la mujer están vetados en la redes por una estricta política de desnudez.

La artista, la cual comenzó esta obra en el año 2017, dividió su exposición en cuatro series: La primera se llama 'Mujeres de libertad' haciendo referencia «a todas aquellas mujeres que todavía quedan por investigar», recuerda Cano. Cabe destacar que en esta sección una de las tetas es voluminosa y geométrica, haciendo un guiño a lo que impone la sociedad, y la otra es plana ya que no hay dos iguales en el mundo. A continuación, se encuentra 'Mujeres patrimoniales', trayendo a la memoria del espectador todas aquellas pintoras o bailarinas que no han tenido su reconocimiento a lo largo de la historia. También, ha realizado un homenaje a las mujeres del mundo rural en 'Las de crochet', una colaboración con la asociación de mujeres de la tercera edad 'El Puntal' de las Navas del Selpillar en Lucena, Córdoba. Y para finalizar esta veneración a la mujer se encuentra la última estación denominada 'Mujeres de la Bauhaus'.