Ana Cortés 'Bosska', en la grúa, con el mural que pinta El Calvario. J. R. C.

Un mural de tres plantas de alto y dedicado a la mujer en El Calvario de Torremolinos

La artista Ana Cortés 'Bosska' transforma una de las paredes de la nueva plaza Vicente Aleixandre, un espacio «regenerado» por el Ayuntamiento

Torremolinos

Jueves, 8 de agosto 2024, 00:03

Comenta

Ana Cortés 'Bosska' lleva varios días subida en una grúa, justo al lado de un quiosco y, algo muy importante, a la sombra, hasta las ... una de la tarde aproximadamente. Está con su último mural, un trabajo que firmará en Torremolinos, en el castizo barrio de El Calvario. Su obra, tan alta como un edificio de tres plantas, casi cuatro, en la que destaca un bello rostro femenino, está destinada a convertirse en el cuadro que embellecerá la nueva sala de estar que está a punto de inaugurarse entre las calles Rafael Quintana Rosado y Río Trueba: la plaza Vicente Aleixandre. Es un espacio de «encuentro» con el que el Ayuntamiento, promotor de las obras, defiende que genera un lugar abierto, en lo que antes era un descuidado anchurón, con bancos, árboles y juegos infantiles.

La creación de 'Bosska' se llama 'Ave del Paraíso', el nombre común de la strelitzia reginae, que es la flor que tiene en el pelo la protagonista de la pintura. «Reflejar la relación que tiene esta ciudad, a través de su Ayuntamiento, con la mujer, la sensibilidad hacia ella, es uno de los objetivos», explica Cortés. Esta inspiración le lleva a llenar de color el lienzo en blanco que se ha puesto a su disposición, 180 metros cuadrados, a los que dedicará unos ocho días, para llenar la pared de hibiscos y color.

Imagen principal - Arriba, el mural, todavía sin concluir. En el centro, 'Bosska', subida en la grúa a una altura equivalente a más de tres plantas, en plena tarea de pintura. Sobre estas líneas, aspecto de la futura plaza, en la que todavía se trabaja. — Arriba, el mural, todavía sin concluir. En el centro, 'Bosska', subida en la grúa a una altura equivalente a más de tres plantas, en plena tarea de pintura. Sobre estas líneas, aspecto de la futura plaza, en la que todavía se trabaja. J. R. C.

Imagen secundaria 1 - Arriba, el mural, todavía sin concluir. En el centro, 'Bosska', subida en la grúa a una altura equivalente a más de tres plantas, en plena tarea de pintura. Sobre estas líneas, aspecto de la futura plaza, en la que todavía se trabaja. — Arriba, el mural, todavía sin concluir. En el centro, 'Bosska', subida en la grúa a una altura equivalente a más de tres plantas, en plena tarea de pintura. Sobre estas líneas, aspecto de la futura plaza, en la que todavía se trabaja. J. R. C.

Imagen secundaria 2 - Arriba, el mural, todavía sin concluir. En el centro, 'Bosska', subida en la grúa a una altura equivalente a más de tres plantas, en plena tarea de pintura. Sobre estas líneas, aspecto de la futura plaza, en la que todavía se trabaja.

«Torremolinos es un paraíso no solo en lo turístico, si no también por todo lo que representa para el colectivo LGTBIQ+ y lo que he querido plasmar es esa conexión y la importancia que tiene la mujer y el modo en el que tiene visibilidad. Hay aquí un afán por dar voz a una parte de la sociedad que estamos un poco más invisibilizadas», reflexiona la autora, convencida de que su mural tiene «una capa social que va más allá de lo estético».

Ana Cortés 'Bosska' es una diseñadora gráfica e ilustradora, alicantina de nacimiento, malagueña de adopción y mexicana de corazón, después de haber vivido allí durante 7 años. Se graduó en 2013 de la Licenciatura en Diseño Gráfico por la Universidad La Salle Cancún, ciudad en la que comenzó su trabajo, tanto en diseño como en ilustración. Sus ilustraciones son el resultado de muchas corrientes artísticas, destacando el Art Nouveau, corriente con la que se siente más identificada. 'Bosska' también es artista residente en el festival de música Fulanita Fest, de Fuengirola, el mayor evento de visibilidad LGTBIQ+ femenino en España y también la encargada del «Look and Feel» del festival 2023.

La reforma de la plaza comenzó en 2023, con el derribo de algunas viviendas que la estrangulaban, y es parte de un plan que busca que El Calvario sea un lugar más amable para la ciudadanía. Con este propósito también se intervino ya en las calles Molino de Batán y Fernández de Prado.

Este contenido es exclusivo para suscriptores