De idílico jardín botánico a un peligro para los que viven y pasan por la calle Pan Triste de Torremolinos
Especies vegetales crecen sin control en una parcela pese a que el Ayuntamiento ha multado diez veces a la propiedad por no mantenerla en buenas condiciones
En un primer momento, algunas comunidades de propietarios de la calle Pan Triste de Torremolinos optaron por registrar escritos de queja formal, dirigidos al Ayuntamiento, ... en los que alertaban del riesgo que supone el abandono que sufre el antiguo vivero que tienen junto a sus casas, un vergel que, por falta de mantenimiento, ha tornado en selva que crece sin control. Últimamente, la estrategia es llamar, todas las semanas, para avisar de que hay algún árbol a punto de caer u algún otro tipo de complicación. «Vienen, lo cortan y, así, evitamos que le caiga a alguien en la cabeza», ironiza uno de los que tiene que aguantar la dejadez que campa en esta parcela.
Y es que esta exhuberancia, lejos de ser motivo de relajación, es un auténtico quebradero de cabeza, tanto para los que viven cerca, como para los que transitan por esta vía, muy concurrida. De hecho, en 2018, hubo un incendio que, además de una gran alarma, motivó que se detuviera la circulación del Cercanías, cuyo recorrido está próximo. «En las pasadas elecciones, el PP, que está al frente del Ayuntamiento, se comprometió a realizar un 'proyecto verde' para recuperar este terreno. No solo que no ha empezado, es que está todo menos cuidado», explica uno de los residentes.
«Por aquí pasan diariamente miles de vehículos y numerosos escolares, muchos a pie, para ir y volver del colegio, guarderías o el instituto. Es una amenaza y, por eso, preferimos ir por otro camino mucho más largo. Además, ni si quiera hay aceras. Todo un despropósito», lamenta otro de los ciudadanos que tiene su casa en esta parte del municipio; un lugar con una ubicación excelente, ya que Pan Triste comunica El Bajondillo y Playamar con la calle de la Cruz y la antigua Nacional 340, así como con el centro del casco urbano torremolinense.
Sanciones coercitivas
La concejala Marina Vázquez, responsable de Disciplina Urbanística, es plenamente conocedora del problema de esta parte de la población. De hecho, aclara que, desde la Administración local se ha expedientado hasta en una decena de ocasiones a la propiedad de la finca; un rosario de sanciones coercitivas que comienza en 2014, debido, entre otras cosas, a la necesidad de acometer labores de acondicionamiento del solar por el riesgo de que origine un incendio o que se convierta en un foco de inmundicia. Desde hace dos años, como aclara la edil, también son habituales los trabajos de los operarios municipales en el entorno del suelo que ocupa lo que fue un jardín espectacular, aunque no se ha llegado a entrar dentro de los límites del vivero, hasta el momento, al tratarse de un terreno que es privado.
Promesa
No obstante, como apunta la responsable del equipo de Gobierno, las conversaciones van en ese sentido. Hay una propuesta sobre la mesa para que una permuta de terrenos que, por un lado, permita al Ayuntamiento hacerse cargo de este espacio, con grandes posibilidades de disfrute público, y, por otro, compense al titular del malogrado jardín con un suelo que le reporte beneficios económicos, con otro tipo de aprovechamiento urbanístico.
A raíz del último bando de la Alcaldía, en el que se insta al cumplimiento de la ordenanza que recuerda que es responsabilidad de los propietarios evitar el abandono de parcelas por «seguridad, salubridad y estética», de nuevo, se les ha recordado a los dueños de la «selva» de Pan Triste que tienen que poner en marcha todas las medidas que sean necesarias para el arreglo de esta masa vegetal, como el desbroce o la retira de biomasa; la concejala Marina Vázquez sostiene que ahora hay buena disposición para ello y que continúan los contactos para que, finalmente, se adopten soluciones que sean definitivas.
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