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El 28 de junio de 1969 es una de las fechas clave de la historia del siglo XX. Aquel día, las personas del colectivo LGTBI (lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales) que llenaban un bar de Nueva York –el Stonewall Inn– se hartaron de la persecución de la policía por su orientación sexual e identidad de género y comenzaron una batalla campal. Los 'Disturbios de Stonewall' no solo marcan la fecha de la celebración del Orgullo LGTBI, sino que se considera el inicio del movimiento social como tal.
Sin embargo, en una pequeña localidad al sur de España, la diversidad ya era una realidad consolidada, al menos en un pequeño pasaje llamado Begoña, en el que el amor libre, la diversión y el respeto eran las cualidades que lo hacían conocido. Torremolinos, que ayer celebró su Orgullo ante casi 50.000 personas, celebra este medio siglo de reivindicaciones. Un lema, '50 años siendo visibles', que en realidad debe remontarse incluso un poco más atrás.
Tal como explica el investigador y presidente de la asociación Pasaje Begoña, Jorge Pérez, desde 1962 este vial de Torremolinos estaba lleno de bares y clubs de ambiente gay muy reconocidos a nivel internacional. Pese a la época de privación de libertades de la dictadura de Franco, en el Pasaje Begoña «todas las personas eran bien recibidas y convivían en igualdad en esta isla de libertad y diversidad con independencia de su condición afectiva y sexual», explica.
Esta asociación, que se encuentra trabajando en un proyecto de recuperación de este pasaje, ha determinado que la coincidencia con el Stonewall Inn tiene también que ver con la represión policial a través de una gran redada. El 24 de junio de 1971 la policía franquista llevó a cabo una operación que afectó a más de 300 personas. Detuvieron a 114 de ellas por el sólo hecho de «ser y sentirse libres», lo que entonces tenía la consideración de atentar contra la moral y las buenas costumbres. Algunas de las personas fueron incluso encarceladas y los extranjeros fueron deportados a sus países de origen. A todas ellas se les abrieron antecedentes policiales y recibieron la constante amenaza de quedar bajo vigilancia de la autoridad si volvían a tener un «comportamiento inadecuado».
Al término del Franquismo, Torremolinos fue recuperando sus calles como un espacio de libertad referente, aunque nunca con el matiz de la reivindicación institucional; una realidad que ha cambiado en estos últimos cuatro años.
Durante los primeros años del siglo XXI, y especialmente tras el hito de la aprobación en 2005 del matrimonio igualitario, se sumaron muchas voces en la localidad que pedían un reconocimiento al colectivo LGTBI en Torremolinos. A pesar de ello, el gobierno municipal del PP de aquellos no solo prohibió la celebración del Orgullo o el desfiles de carrozas, sino que dejó caer el débil ecosistema turístico y comercial ligado al colectivo, cuya sede principal estaba –y está– en La Nogalera. Una de las situaciones más tensas ocurrieron ya en 2014, cuando el Consistorio impidió que celebrara una gala 'drag' en la plaza, con argumentos homóbofos que fueron rechazados desde todos los puntos del país.
Sin embargo, en 2015 la ciudad celebró por fin su primer Orgullo (al que han llamado 'pride'), y en el que por primera vez dos carrozas recorrieron las calles de Torremolinos.
Desde entonces, esta celebración que mezcla la diversión con la reivindicación no solo se ha consolidado durante la semana de duración, sino que el trabajo realizado tanto por el Ayuntamiento como por las asociaciones y los comerciantes gays ha sido clave para que el municipio haya renacido como el principal destino gay de la península ibérica.
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Aunque queda mucho por hacer, La Nogalera ha recuperado en estos años gran parte de su esplendor. Sus calles oscuras han pasado a tener la luz que aportan las decenas de nuevos locales que se han abierto. Al abrigo de esta realidad surgió la Asociación de Empresarios Gays de Torremolinos (Acogat), que cada año ve crecer el beneficio para sus empresas.
Antonio Domínguez, propietario de varios locales de ocio en Torremolinos y fundador de esta asociación ya cifraba el aumento de visitantes para el verano pasado en torno a un 15 por ciento; un cálculo que era realizado en función al comportamiento de los meses anteriores y que finalmente se quedó corto.
Tal como él mismo señala, la clave ha estado en el cambio de la dinámica con el turismo gay nacional». Así, sostiene que estos buenos datos tienen que ver con las visitas «habituales y varias veces al año» de madrileños y andaluces de otras provincias. «El ambiente de Ibiza, por ejemplo, ha bajado sensiblemente, ya que se están escogiendo otras opciones como Málaga, con una relación calidad-precio muy superior al de otros sitios», explica; y que supone uno de los motivos por los que Torremolinos se ha convertido en la referencia turística del sector.
Además, Domínguez destaca un año más que el «apoyo municipal», junto a la colaboración de los empresarios del sector, ha sido «clave», al menos en el caso de Torremolinos. Este comportamiento no solo repercutirá en los empresarios, ya que el año pasado se crearon 1.000 empleos directos solo en el sector del turismo LGTBI durante el verano;una cifra que seguirá aumentando en 2018.
Torremolinos ha recuperado su esplendor y libertad en sus calles, lo que ha traído consigo un aumento en la actividad comercial y turística. Más de 50 años después de que se iniciara un movimiento en sus calles –y en un pasaje en concreto– la ciudad ha renovado el magnetismo que por alguna razón atrae a personas diversas de todas partes del mundo. Y ayer, sus vecinos y los miles de visitantes que pasearon por sus calles con las banderas arco iris, volvieron a rendir homenaje a los heróes de Stonewall, pero también a los del Pasaje Begoña. Heteros, homosexuales, trans, bisexuales, intersexuales, travestis y 'queer'. Baldosas amarillas destinadas a acabar en La Nogalera.
Según datos del Ayuntamiento de Torremolinos, desde es pasado miércoles y hasta mañana, la ocupación hotelera media será del 92'13 por ciento, con un pico del 97,14 por ciento la jornada de ayer. Así se extrae de los datos ofrecidos por las cadenas y hoteles que gestionan mayor número de habitaciones. El viernes ese tanto por ciento de ocupación media llegó hasta los 95'86 puntos, con todos los hoteles encuestados por encima del 95 por ciento y rozando el lleno; situación que se disparó con el cartel de no hay plazas en los hoteles Riu Nautilus y Ritual. Por su lado, las organizaciones de comerciantes cifran el incremento del movimiento económico de entre un 15 y un 25 por ciento.
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