La historia del 'Ventorrillo de la perra': de la galga picarona a ser patrimonio municipal

La venta abrió sus puertas en 1782 cuando Félix Solesio ni siquiera había comprado la finca que hoy es Arroyo de la Miel, en Benalmádena, y por tanto no se había fundado dicha población. Sisebuto le puso el nombre en honor a su perra, que había sido un regalo de un señorito de Jerez. Se sabe que aquel fue un lugar «de bureo, chacharra y jolgorio, un lugar de fiesta, en el que paraban arrieros, cabreros, contrabandistas que traían tabaco y todo tipo de caminantes, porque era sitio de paso, donde se ofrecían también camastros para poder pasar la noche».

Todos esos datos los cuentan los documentos que han llegado hasta hoy y que han sido investigados por Rafael Gamero, vecino de Benalmádena y quien lleva años dedicado a recuperar la historia de este municipio. Concretamente, Gamero ha tenido acceso a las investigaciones realizadas por uno de los últimos dueños que tuvo el 'Ventorrillo de la Perra', Sebastián Souvirón, quien fuera asesor de Cultura en el Ayuntamiento de Benalmádena en el primer mandato de Enrique Bolín y quien era además académico de la escuela de bellas artes de San Telmo.

Porque la venta que un día fundaron Sisebuto e Inés estuvo abierta hasta hace aproximadamente quince años, lo que la convirtió en la más antigua de la provincia de Málaga, según cuenta Rafael Gamero, quien continúa narrando aquellos primeros años en los que allí se vendía contrabando (sobre todo tabaco), miel, quesos y comida tradicional de la matanza casera. Se vendían también bolas de sal para los animales (a las vacas se les daba a lamer para que bebieran más agua y produjeran leche), arreos de cuero, esparto, sacos, quinqués o remedios caseros medicinales. Entre otras cosas, pomadas para las almorranas.

Pero con lo que más dinero se ganaba era con la venta de las barajas de naipes que Solesio ya fabricaba en Macharaviaya.

«En 'El Ventorrillo de la Perra' se consumía comida casera. Sisebuto preparara la sopa 'quitafollones', que resucitaba a los muertos, y que todavía hoy se puede consumir en algunos restaurantes de Arroyo de la Miel. También se ofrecía chorizo, tocino de panceta y pan recién hecho, así como lomo de orza», explica Gamero, quien asegura que a diferencia de lo que ocurría con las ventas que había en aquella época en los montes de Málaga, ésta no era peligrosa, allí no se producían asaltos.

Desde que se cerró hace quince años hasta hoy, el edificio del 'Ventorrillo de la Perra' ha ido poco a poco perdiendo lustre y ahora luce prácticamente abandonado. Situado en lo que hoy es la avenida de la Constitución de Arroyo de la Miel, lleva años en venta y finalmente el Ayuntamiento de Benalmádena será su nuevo propietario. Así lo ha anunciado el Gobierno municipal, que ha detallado que el terreno y el edificio son ya de titularidad pública tras llegar a un acuerdo con la propiedad y llevar a cabo una permuta, de manera que el Ayuntamiento recibe el antiguo restaurante y a cambio entrega una parcela en Los Peñones.

Lo que aún no se conoce es el uso que se le dará a este espacio, ya que por el momento el Gobierno local no se ha pronunciado al respecto, aunque sí ha dejado claro su intención de poner en valor este espacio.