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El paraje del delta del río Vélez es un entorno que abarca unas 35 hectáreas, al sur de la antigua N-340 y que limita ... con Torre del Mar al este y con Almayate al oeste. Se trata de un enclave con un enorme valor ecológico y medioambiental, aunque constantemente amenazado por la mano del hombre, en forma de agricultura intensiva bajo plásticos, uso de pesticidas, caza furtiva, suciedad y otros ataques a un ecosistema que alberga hasta 28 especies amenazadas. Por este motivo, desde el Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía (GENA)-Ecologistas en Acción han vuelto a alzar la voz y han alertado del «abandono» del entorno. Además, han elaborado seis propuestas para dar un vuelco a la situación.
Para los ecologistas, «es sobradamente conocido que en el delta del río Vélez existe un humedal, inventariado por la Junta de Andalucía con el código IHA617009, en el que se ha reconocido, a través de multitud de testimonios y publicaciones, una importante biodiversidad de aves, unas acuáticas, otras terrestres, que frecuentan este hábitat, aumentando considerablemente el número en los periodos de paso durante las rutas migratorias». Entre las especies destacadas figuran grandes poblaciones de gaviota de Audouin, y en torno a 300 especies distintas de aves, entre sedentarias, estivales, invernantes y de paso.
«Desde nuestra asociación reconocemos el esfuerzo realizado por la Junta de Andalucía, con la colaboración de la Diputación Provincial de Málaga y el Ayuntamiento de Vélez-Málaga en diversos proyectos de acondicionamiento del humedal, que se saldó con una reestructuración de la laguna con la creación de una isla, la construcción de un observatorio de aves y la instalación de una cerca cinegética a ambos lados del carril izquierdo de servidumbre de paso», ha argumentado el portavoz de GENA, el biólogo Rafael Yus, en un comunicado.
A su juicio, «lamentablemente, estos esfuerzos no se han visto refrendados con una necesaria vigilancia, tanto por parte de la Junta de Andalucía como del Ayuntamiento de Vélez-Málaga, sobre los numerosos impactos ambientales que se están produciendo en este lugar, unos de origen natural y otros por la actividad humana descontrolada en la zona, todo lo cual ha se ha realizado con total impunidad, cuando no con la connivencia gubernamental, y cuya consecuencia final ha sido la absoluta degradación de este espacio natural».
Rafael Yus
Portavoz de GENA
La decisión del Ayuntamiento de Vélez de crear una playa para perros justo a unos metros de la desembocadura del río Vélez, a sabiendas de la existencia de este humedal y que la presencia de perros podría crear molestias a la avifauna, fue denunciada en su día por esta asociación. La autorización de este proyecto corresponde, por el lugar en que se encuentra, a la Demarcación de Costas y, por traspaso de competencias, a la Junta de Andalucía. «Ambas administraciones son responsables de esta nefasta decisión», ha considerado Yus.
Para los ecologistas, «los impactos de la presencia de perros está más que demostrada y se debe, no solo a los ladridos de los perros sino a la costumbre de pasear con ellos, generalmente sin atar, por la desembocadura, extendiéndose hacia la playa anexa de Bajamar». «En este transcurso, los perros corretean por las orillas de la laguna, espantan a la avifauna con sus ladridos y, en más de una ocasión, disponemos de fotografías que lo corroboran, llegan a cazar aves en las orillas, principalmente limícolas», ha apuntado. «Por supuesto, este trasiego tampoco beneficia la nidificación del chorlitejo patinegro en la playa de la desembocadura», ha apostillado.
Para GENA, «para colmo de desaciertos sobre este mismo asunto, últimamente se ha cambiado la ubicación del cartel que advertía el final de la playa de perros y se ha trasladado, a nuestro juicio sin aprobación administrativa previa, varios metros más a poniente, hasta llegar prácticamente a la zona de la laguna, con lo que los impactos anteriormente señalados se agudizan de forma notable». «La última decisión, totalmente innecesaria, de colocar una torre de vigilancia socorrista en un lugar donde teóricamente no puede haber baño de personas, sino solo de perros, al ser una playa no controlada sanitariamente, pero en cualquier caso colocándola precisamente en el extremo occidental, también junto a la laguna del humedal del delta», ha detallado.
En segundo lugar, el observatorio de aves, construido en la margen izquierda del río en el delta, con ser una bienvenida estructura, «es objeto de continuos acto vandálicos, amparados por una falta total de vigilancia en la zona, pese a nuestras peticiones de 'patrulleo' de la Policía Local de Vélez-Málaga». «Como consecuencia de ello, hemos observado el uso de esta estructura para hacer fiestas, comilonas (paellas), como retrete, lugar de acampada y destrozos de todo tipo sin ningún tipo de justificación, algunos de los cuales han sido parcheados por esta misma asociación», ha argumentado Yus.
En tercer lugar, las cercas cinegéticas construidas a ambos lados del carril de la margen izquierda del río, han contribuido a impedir el trasiego que se producía anteriormente al cruzar el río de una orilla a la contraria, «con todos lo perjuicios que ello provocaba a la avifauna del cauce y la laguna». Sin embargo, estas cercas han ido sufriendo deterioros que no se han reparado, «pese a nuestras peticiones por personas que no han querido respetar este obstáculo, a veces por los agricultores de los cultivos aledaños, pese a que éstos disponen de otros accesos alternativos y tradicionales». Para colmo, durante la dana del otoño de 2024, el río se desbordó y provocó el abatimiento de las cercas, «deterioro que hemos pedido al Ayuntamiento de Vélez que sea reparado, sin que hasta la fecha se haya ejecutado».
En cuarto lugar, las obras de extracción de gravas y arenas para la construcción de la motas de la margen izquierda del río Vélez, una obra realizada por Larios, con aprobación del Ayuntamiento de Vélez, y cuyo proyecto fue denunciado por esta asociación, se hizo a costa del aluvial existente en el cauce del río Vélez desde la zona de la depuradora hasta el viaducto de la N-340, «ciertamente respetando así el humedal del delta, pero con consecuencias desastrosas para éste, ya que la extracción de arenas del cauce del río, provocó un descenso de hasta cerca de 3 metros en el nivel del cauce, quedando más bajo que el del delta».
Como consecuencia de ello, durante la crecida de la mencionada dana de otoño de 2024, la fuerte escorrentía provocó en el delta una fortísima erosión que igualó el nivel del cauce que había dejado la obra, por lo que todos los árboles del delta quedaron descalzados, algunos abatidos y, al desaparecer la grava, «dejando un cauce lodoso actualmente, inadecuado para el restablecimiento de la biodiversidad».
Para GENA, «una parte importante de las agresiones que sufre el delta proviene del fácil acceso de vehículos por el carril de la margen izquierda del río». Se han realizado anteriormente algunos intentos de controlar la situación, como la colocación de una cadena, la colocación de bloques de piedra, etc., «todo lo cual fracasa porque dichos obstáculos son eliminados fácilmente». «Para colmo de disparates sobre este asunto, tenemos constancia de que el Ayuntamiento de Vélez-Málaga, ignoramos si con el correspondiente permiso de la Junta de Andalucía y/o la Demarcación de Costas, viene habilitando este carril para el acceso de vehículos a la playa de perros y la misma desembocadura, despejando un amplio espacio para el aparcamiento de coches, todo lo cual asegura un tránsito continuo de coches por este carril, con los consiguientes impactos en la avifauna del humedal».
Por otra parte, la margen derecha ha quedado sistemáticamente ignorada por las distintas administraciones, como si no fuese tan importante como la margen izquierda para la preservación y observación de la avifauna del delta. Como consecuencia de ello, en este margen hay «un constante trasiego de personas, creando una actividad que también perjudica a la avifauna del delta, además de usarse como basurero o retrete», han denunciado los ecologistas. Por último, al igual que en otros puntos del cauce del río Vélez, en la desembocadura acceden vehículos por el carril de acceso desde la N-340 al cauce, por debajo del viaducto, que vierten cantidades importantes de basuras, principalmente plásticos agrícolas y escombros.
Por todo ello desde el colectivo ecologista han enviado un largo escrito a las tres administraciones implicadas: Junta de Andalucía, Demarcación de Costas y Ayuntamiento de Vélez-Málaga, denunciando estos hechos relatados y solicitando a las distintas administraciones implicadas en esta problemática, «se adopten las medidas oportunas para restablecer las condiciones necesarias para el mantenimiento de este importante espacio natural en el municipio de Vélez». Así, han propuesto adoptar seis medidas concretas.
La primera sería «replantear la playa de perros en otro lugar de la costa del municipio de Vélez, o bien retranquear el cartel del límite de la playa de perros actualmente existente, hasta el punto donde estaba años atrás». En cualquier caso, los ecologistas piden «extremar la vigilancia para el cumplimiento de normas básicas como el no permitir el paso de los perros del límite occidental y menos aún sin el obligado atado por sus dueños». Al mismo tiempo, GENA reclama «eliminar, por improcedente, la colocación de la torre de vigilancia socorrista o como mínimo retranquearla 100 metros». «Debe advertirse a sus usuarios que la transgresión de las normas de uso de esta playa tendrán consecuencias en forma de multas y, para ello, que la Policía Local patrulle eventualmente la zona», han apostillado.
En segundo lugar, los ecologistas piden «reinstalar las cercas cinegéticas en el carril de la margen izquierda, sugerimos que sea el Ayuntamiento de Vélez en colaboración con la Diputación, y que se reparen los desperfectos que en lo sucesivo se realicen, por vandalismo, tanto en la cerca como en el observatorio de aves, si bien preventivamente la presencia eventual de la Policía Local podría servir de elemento disuasorio». «En la parte final de la cerca, ya en la playa, sería conveniente poner un cordón sostenido con postes cerca ya de la desembocadura», han detallado.
En tercer lugar, GENA reclama regenerar el cauce del río en la zona del delta, vertiendo los sedimentos acumulados durante la última dana en la zona de confluencia del río Vélez y el río Benamargosa. En cuarto lugar, solicitan «impedir, mediante la colocación de una escollera, el paso de vehículos por el carril de la margen izquierda, colocando un cartel advirtiendo de la prohibición del paso con vehículos y acordando con los agricultores aledaños que utilicen sus propios carriles de acceso para las labores agrícolas».
En quinto lugar, GENA solicita «cerrar el paso al cauce del río por el carril que parte de la N-340 bajo el viaducto». Asimismo, plantean acondicionar el carril de servidumbre de la margen derecha, reparando las oquedades del firme con gravas y arenas, eliminando cañaverales y generando la alameda de álamo blanco y, lo más importante, impidiendo el paso de vehículos a este carril mediante la colocación de escolleras. «En este lugar también convendría colora una doble cerca para evitar interferencias de la actividad agrícola aledaña y el acceso al cauce y su laguna por este lugar. En relación con ello, ofrecemos a estas administraciones la colaboración de nuestra asociación en los aspectos que se determinen», han finalizado.
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